De acuerdo con un reporte de Rabobank “North America Agribusiness Review”, el verano pasado se presentaron una serie de problemas de siembra, calor extremo, sequedad e incendios forestales en Canadá, lo que llevó al mercado a anticipar rendimientos más débiles este año. Sin embargo, la alta calidad de la cosecha de EE.UU. ha desafiado las expectativas negativas en cuanto a la producción. A la fecha, prácticamente ya se terminó la temporada del vecino país, con un reporte hasta el lunes pasado, de cerca del 96 por ciento de la cosecha levantada. Por lo que se espera que el ritmo de la cosecha se mantenga rápido e ininterrumpido en las próximas semanas.
A pesar de lo anterior, la mayoría de estas regiones siguen necesitando de humedad, si bien la falta de humedad es menor a la que hubo a estas fechas el año pasado, serían ya varios años consecutivos con humedad menor al promedio. Es muy necesario regenerar la humedad del subsuelo durante el invierno y la primavera y será clave para los rendimientos del próximo año en la mayoría de las zonas productoras de América del Norte.
La prolongada sequía del Medio Oeste ha persistido hasta el punto de que el tráfico de barcazas de granos en dirección sur está limitado en ciertos puntos del río Mississippi debido a los bajos niveles de agua. Dado que aproximadamente el 60 por ciento de las exportaciones estadounidenses salen a través del Golfo, las vías alternativas son insuficientes y mantendrán las bases pagadas al productor americano del interior más baja de lo que sería de otro modo, hasta que las exportaciones vuelvan a fluir con normalidad.
El Niño, que se prevé que continúe durante la primavera, tiene entre un 75 por ciento y un 85 por ciento de posibilidades de convertirse en un evento “fuerte”, según la NOAA. Eso significa que es aún más probable que afecte las temperaturas globales y los patrones de precipitación de la manera esperada. Como resultado del episodio de El Niño, las temperaturas más cálidas de la superficie del mar en todo el Océano Pacífico central y oriental causan patrones inusuales en todo el mundo, siendo el norte de EE. UU. y Canadá más cálido y seco, mientras que el sur de EE. UU. tiende a ser más húmedo y frío. Las perspectivas invernales de la NOAA anticipan estas condiciones para América del Norte.
Incluso si resulta que no es un evento “fuerte”, los patrones de El Niño persistirán durante al menos unos meses más, según lo que nos dicen los datos de la superficie del océano y las condiciones atmosféricas. Seguimos monitoreando el evento durante el invierno en busca de implicaciones para la temporada 2024 que, para el caso de EE.UU., es la que corresponde a primavera-verano 2024.
En nuestro Estado un Niño tradicionalmente impacta en lluvias atípicas en el invierno, mismo que pudiera beneficiar los cultivos que tengan falta de agua, pero también reducen las expectativas de rendimiento desde la perspectiva de una menor radiación solar y de menores temperaturas a las óptimas para el cultivo. Por lo que sigue la incertidumbre si estas lluvias atípicas se presentarán, pero lo que es un hecho es que probablemente seguirán las temperaturas del mar más calientes que de costumbre, lo que ya nos afectó en esta temporada.
Fuente: https://research.rabobank.com/far/en/documents/782562_Rabobank_North-America-Agribusiness-Review_Oct2023.pdf