Día Mundial del Suelo: Malas prácticas que podrían dejarnos sin alimentos en 2050
Este pasado 5 de diciembre se celebró el Día Mundial del Suelo, una jornada centrada en reflexionar sobre el impacto del suelo en nuestra alimentación, biodiversidad y ecosistemas. Proclamada por la ONU en 2013, busca destacar la importancia de su conservación ante amenazas como la erosión, la salinización y las malas prácticas agrícolas, que ponen en riesgo nuestro futuro.
El origen se remonta a 2002, cuando la Unión Internacional de Ciencias del Suelo (IUSS) propuso la creación de un día internacional dedicado al suelo. Su propuesta fue retomada por Tailandia y apoyada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) dentro de la Alianza Mundial por el Suelo. Finalmente, en diciembre de 2013, la Asamblea General de la ONU aprobó la conmemoración oficial, y 2014 dio comienzo a esta celebración anual.
Más del 95 por ciento de los alimentos que consumimos dependen directamente del suelo, que aporta 15 de los 18 nutrientes esenciales para las plantas. Además, este recurso alberga a más del 99 por ciento de la biodiversidad subterránea, que incluye millones de especies cruciales para los ciclos naturales y la agricultura. Sin embargo, apenas identificamos un 1 por ciento de estas especies, dejando en evidencia que desconocemos mucho sobre lo que sucede bajo nuestros pies.
A pesar de su relevancia, el suelo está en peligro. La deficiencia de micronutrientes en los alimentos, conocida como “hambre oculta”, afecta a millones de personas y está directamente relacionada con la degradación del suelo. De ahí surge la necesidad de adoptar prácticas sostenibles, como la rotación de cultivos, el uso de materia orgánica y la implementación de coberturas vegetales para proteger y regenerar este recurso esencial.
erosión, salinización y el futuro de la humanidad
La erosión del suelo, una de las principales amenazas, implica la pérdida de la capa superficial por acción del agua, el viento o actividades humanas como la deforestación, la agricultura intensiva y el sobrepastoreo. Este fenómeno, que puede tardar más de mil años en revertirse, tiene consecuencias devastadoras: suelos menos fértiles, menor productividad agrícola y alteración de los ecosistemas. Si no se toman medidas, para 2050 se estima que el 90 por ciento de los suelos del mundo estarán degradados.
Por otro lado, la salinización, una acumulación excesiva de sal en el suelo, es particularmente preocupante en regiones áridas y semiáridas. Aunque la sal está presente de forma natural, factores como el riego inadecuado, las sequías prolongadas y la sobreexplotación del agua subterránea agravan el problema. La salinización reduce la capacidad del suelo para sustentar cultivos, afecta la biodiversidad y amenaza la seguridad alimentaria global.
Cuando el suelo pierde su estructura y fertilidad, la capacidad de retener agua también disminuye, lo que agrava problemas como la desertificación y la escasez de agua dulce. Además, los sedimentos generados por la erosión obstruyen ríos y embalses, afectando tanto a ecosistemas acuáticos como al suministro de agua potable para las comunidades.
Por su parte la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) destacó hoy la necesidad crucial de contar con datos e información precisos sobre el suelo para comprender sus características y respaldar la toma de decisiones informada sobre la gestión sostenible del suelo para garantizar la seguridad alimentaria.
A nivel mundial, mil 600 millones de hectáreas de tierra están degradadas debido a la actividad humana, y más del 60 por ciento de este daño se produce en valiosas tierras de cultivo y pastizales. Para revertir esta tendencia, necesitamos una gestión sostenible del suelo basada en datos e información precisos para una toma de decisiones informada, comentó el director general de la FAO.
e interpretación
Los datos del suelo proporcionan mediciones brutas de las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo, mientras que la información del suelo ofrece datos interpretados y sintetizados para aplicaciones prácticas y formulación de políticas.
La información y los datos precisos sobre el suelo pueden permitir una gestión sostenible del mismo y un secuestro eficaz del carbono, ya que los suelos capturan hasta 2 gigatoneladas de CO2 al año. Proporcionar más datos e información sobre los suelos, entre otra información específica del lugar, permite a los agricultores utilizar los fertilizantes de manera más eficaz, lo que podría mejorar la eficiencia de los nutrientes de los cultivos (en particular el nitrógeno) en un 30 por ciento en todo el mundo.
Fuente: https://urgente24.com/foco/dia-mundial-del-suelo-malas-practicas-que-podrian-dejarnos-alimentos-2050-n591204
https://www.fao.org/world-soil-day/en/