Esta semana la futura presidenta Claudia Sheinbaum nombró a los primeros secretarios de su gabinete. Estas primeras designaciones tuvieron un énfasis en el manejo de la economía, esto para darle seguridad a los mercados de los perfiles que llevara las riendas del país en los próximos años. Este equipo, que junto con la ya reiterada continuidad del secretario de Hacienda Rogelio Ramírez de la O, se perfila un equipo con muchas capacidades técnicas y con una amplia experiencia en las dependencias en las que serán designados.
Por ejemplo, en el caso de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) se designó al sinaloense Julio A. Berdegué, quien hasta el año 2022 fue Representante Regional para América Latina y el Caribe para la FAO. Dado que es quien desarrollara las políticas públicas, para el campo nos enfocaremos principalmente en este puesto de alta relevancia para nuestra actividad.
En su perfil se destaca que el Dr. Berdegue cuenta con una larga trayectoria académica y científica, ya que tiene un Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad de Wageningen, Países Bajos, y una Maestría en Ciencias en Agronomía de la Universidad de California-Davis (EE.UU.), así como Licenciatura en Ciencias de la Agricultura por la Universidad de Arizona.
Antes de su nombramiento en la FAO, fue Investigador Principal en el Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural en Santiago, Chile, donde coordinó el Grupo de Trabajo sobre Cohesión Territorial, encabezando programas de investigación, apoyo a políticas y desarrollo de capacidades que abordan cuestiones de desigualdad territorial y desarrollo rural, ha publicado y trabajado extensamente sobre diferentes aspectos del desarrollo rural, como el desarrollo territorial, el empleo rural no agrícola, las estructuras cambiantes de los mercados agroalimentarios y rurales así como su impacto en los pequeños y medianos productores las empresas, incluyendo el papel de las ciudades pequeñas y medianas en el desarrollo rural.
Ha sido miembro de la junta directiva de varias organizaciones internacionales, incluido el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), que presidió entre 2008 y 2011, y el Instituto Internacional sobre Medio Ambiente y Desarrollo.
En particular dentro de los 100 pasos para la transformación, se presentan dos objetivos:
1. Aumentar sosteniblemente la producción agrícola, ganadera, pesquera y acuícola, destinada al mercado nacional.
2. Acrecentar el superávit comercial agroalimentario, incorporando con mucha fuerza elementos y metas de mayor bienestar y mayor sostenibilidad.
Para el objetivo del mercado nacional destaca “Propuestas y acciones de gobierno para aumentar la producción de alimentos para el consumo nacional”, donde menciona que la estrategia será de carácter integral, porque en cada región y territorio articulará cinco pilares:
● Agua, para aumentar en 50% la superficie de riego tecnificado y conservando y restaurando los suelos para que retengan la humedad.
● Precios y mercados, promoviendo acuerdos directos entre productores y compradores, con instrumentos financieros, recursos y medidas específicas, para dos millones de productores, incluyendo precios de garantía para los campesinos de menor escala. Se promoverán las cadenas cortas y los mercados y cadenas regionales.
● Financiamiento para el campo, la pesca y la acuacultura, atendiendo al menos a un millón y medio de pequeños y medianos productores.
● Invirtiendo en más y mejor ciencia, tecnología, innovación, sanidad e inocuidad y fortaleciendo la transición agroecológica.
● En alianza con los productores, como garantes de nuestra soberanía alimentaria.
En cada región y territorio se contará con mecanismos de concertación con los actores de las cadenas de valor, que serán consultados para la definición de las prioridades regionales y territoriales y de las líneas de acción correspondientes. Los estados podrán participar con cofinanciamiento para aumentar el alcance de los subprogramas de interés en sus territorios.
En el ámbito internacional se presentaron las “Propuestas y acciones de gobierno para fortalecer el superávit comercial agroalimentario”, donde destacan las siguientes acciones donde se pondrá énfasis en mejorar la provisión de determinados bienes públicos que son indispensables para la actividad agroalimentaria. Estos bienes públicos consisten, básicamente, en:
● Sanidad vegetal y animal e inocuidad de los alimentos.
● Ciencia, tecnología e innovación.
● La inspección y vigilancia relacionada con las actividades pesqueras y acuícolas.
● La inversión en infraestructura hidráulica y la política para enfrentar la crisis del agua en la agricultura.
● La generación de información oportuna y de calidad, incluyendo para la debida evaluación de las políticas públicas.
Por todo lo anterior, consideramos que es un cambio importante con respecto al perfil de funcionario y las políticas públicas propuestas con relación a la administración saliente que estuvieron marcadas con un fuerte sesgo ideológico. Ahora se perciben propuestas enfocadas a mejorar la sustentabilidad, la seguridad alimentaria, el valor agregado y los bienes públicos, algo en lo que podemos coincidir tanto productores, como consumidores. Por lo que de implementar este tipo de estrategias consideramos que mejora la expectativa de que se avancen en los grandes problemas de nuestro sector.
También los mercados tuvieron un repunte, considerando que la propuesta de esta primera parte del gabinete ofrece un buen perfil de funcionarios que están listos para integrarse a la administración pública, reduciendo al máximo la curva de aprendizaje que muchas veces aqueja al inicio de una nueva administración.
Fuente: https://claudiasheinbaumpardo.mx/wp-content/uploads/2024/03/CSP100.pdf
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