Comparte Ofelia Campos su arte tradicional con los sinaloenses
Son las diez de la mañana, y Ofelia Campos, una pequeña comerciante que radica en Altata, Navolato, prepara su puesto ubicado en el Malecón de este lugar, donde diariamente oferta sus productos, una amplia gama de artesanías, los cuales atraen la mirada de algunos turistas que desde tempranas horas visitan el lugar.
Ella es originaria de Puebla, de donde tuvo que salir con el objetivo de buscar una mejor vida para sus dos hijos, llegando así a Sinaloa, asentándose en Altata, Navolato, donde habita desde hace 12 años.
“Aquí vivo desde hace 12 años, la falta de trabajo nos obligó a mudarnos, y aquí me dedico a la elaboración de artesanías, oficio que aprendí desde chica, gracias a mis padres, una tradición que se realiza desde hace varias generaciones”, señaló Campos.
Junto a ella están sus dos hijos, la pequeña Dulce Mariana, de seis años y el niño Pedro Manuel Sánchez Campos, quienes apoyan a su mamá acomodando todas las artesanías en el puesto, buscando estar preparados para recibir a los turistas durante estos días.
La comerciante comentó que, previo a los días de Semana Santa, sus ventas han sido muy malas, debido a la poca asistencia hacia el lugar, por las restricciones que las autoridades han impuesto, generando que haya poca o a veces nada de venta, optando por cerrar temprano su puesto, sin haber vendido uno solo de sus productos.
“La situación ha estado muy mala, pero espero que durante estas vacaciones más gente venga, y adquiera nuestras artesanías, y así mejorar nuestra situación, porque no soy la única, a todos los que estamos aquí, nos ha ido muy mal, no hemos recuperado la inversión de los gastos que hemos hecho en productos, y materiales que usamos para crear nuestras artesanías”, subrayó.
Aún así, dijo, no pierde la fe, pues sabe que estos días de Semana Santa serán buenos para ella, como para sus compañeros comerciantes, invitando a las familias y turistas a que adquieran sus productos, en los cuales ha puesto su tiempo, su talento, y su amor al trabajo artesanal heredado por sus padres.
Desde llaveros, sombreros, pulseras tejidas, rebozos, bolsas, tarros de cerámica, y los elaborados de bambú con figuras talladas, entre otros productos, todo hecho a mano, son algunas de las opciones que el turista puede adquirir en su puesto a precios accesibles al bolsillo.
“Gracias a Dios, ahí la llevamos, no ha sido fácil, pero tenemos fe que todo esto terminará pronto, porque el año pasado nos fue peor, no pudimos salir a trabajar, lo hacíamos desde casa, pero no tuvimos nada de venta, pero sí mucha pérdida de material, pero aquí estamos, no nos rendimos, y quiero invitar a la gente a que venga que disfrute Altata, y lo que hacemos, porque yo amo mi trabajo” resaltó.