Científicos sinaloenses transforman residuos de cerveza en alimentos y electricidad
Científicos de Sinaloa desarrollan modelos para que los desechos generados en la producción de cerveza puedan convertirse en alimentos con altos valores nutricionales y en fuentes de energía limpia.
Desde hace dos años, los investigadores sinaloenses, Eli Terán Cabanillas y Miguel Betancourt Lozano trabajan con el bagazo, es decir, el residuo fibroso que se obtiene después de la molienda y maceración de los granos de cebada que se utilizan para la fabricación de cerveza.
Su proyecto tiene el objetivo de transformarlo este residuo, considerado desperdicio, en harina rica en fibra y proteínas, según explicó Terán Cabanillas, profesor e investigador de la Facultad de Ciencias de la Nutrición y Gastronomia de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Dicha harina, explicó, se integra en productos alimenticios como tortillas, aportando beneficios que incluyen un efecto probiótico para la microbiota intestinal y la mitigación de impactos de dietas desbalanceadas.

“Lo que estamos haciendo ahorita es tortillas de maíz fortificadas con afrecho de cervecería. Con esta fortificación lo que hacemos es aumentar la proteína de la tortilla, la cantidad de proteína y la cantidad de fibra”, detalló.
Creemos que si las personas lo consumen podemos regular su microbiota e inducir el crecimiento de bacterias benéficas en el intestino. Podemos, también, evitar que la glucosa también aumente de menor manera que lo hace regularmente cuando consumimos un alimento rico en glucosa o en azúcar. Entonces, tenemos un producto que es, desde el punto de vista nutricional, muy benéfico para la salud”, señaló.

Fuentes de energía
Por otra parte, el investigador Miguel Betancourt Lozano investiga el aprovechamiento de los residuos sólidos de la cebada para la producción de metano, a través de un proceso llamado digestión anaeróbica.
Este procedimiento permite generar biocombustible, electricidad y gas vehicular como una alternativa sustentable que contribuiría a la reducción de la huella de carbono.
La reutilización de estos residuos orgánicos, indicó, evita la contaminación del agua y del suelo, al tiempo que optimiza el aprovechamiento de la biomasa para fines energéticos.

“La idea es que las empresas se den cuenta que los residuos tienen valor y que tirarlos es tirar recursos”, expuso.
“Es crear un modelo de aprovechamiento de estos residuos que nos permita validar el modelo y que mande ese mensaje a las empresas, sobre todo a las generadoras de residuos orgánicos, que hay valor en esa biomasa”, abundó.
Los científicos sinaloenses subrayaron que esta iniciativa es una oportunidad para redefinir procesos industriales y fomentar modelos autosustentables que beneficien la salud pública, el medio ambiente y la economía.