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Historia

Carolina lustra zapatos por un futuro brillante para sus hijos

Con su familia a los lados, Carolina del Carmen bolea el calzado de los pasantes de la plazuela Obregón para cubrir las necesidades básicas de sus hijos

CULIACÁN._ Con bebé en brazos, Carolina del Carmen alimentaba a su hijo más pequeño con un biberón a las afueras de la Catedral Basílica esperando la llegada de alguien quien necesitara una boleada de zapatos.

Entre una cuna, un portabebés y una carriola, Carolina del Carmen Mejía Aréchiga lustra el calzado de los pasantes de la Plazuela Obregón para buscar la manera de comprar alimento para su familia.

Junto a su esposo, Carolina trabaja mañana y tarde desde hace más de un año, a su vez cuida de sus cuatro hijos Paulina, Francisco, María Monserrat y Miguel Ángel.

“No tenemos quien nos los cuide, por eso los tengo aquí. (Ha sido difícil) pues más o menos, ya están acostumbrados, antes sí, lloraban mucho, más ella”, dice Carolina mientras señalaba a Paulina que dormía a su lado en la carriola.

A pesar de lo complicado que puede ser la exposición a las altas temperaturas, el más pequeños de los niños endulzaba los oídos de los pasantes con una risa auténtica.

Durante las tantas horas que dedica Carolina y su familia al negocio con el que salen adelante, las ventas no son las esperadas, esto ha dificultado la solvencia de los gastos del hogar, principalmente de insumos básicos.

El dinero generado en las largas jornadas lo utilizan “para comer nada más, es lo único”, según Carolina del Carmen, pues la carencia de trabajo solo alcanza a cubrir esa necesidad vital.

Por último, la madre de familia pidió a los lectores darse la vuelta por la plazuela Obregón para “que vengan a bolear porque ahorita no hay mucho trabajo, para que nos apoyen”.