Buscan implementar programa para fomentar la paz en secundarias de comunidades afectadas por violencia
La asociación civil Suma, Sociedad Unida IAP, busca implementar un programa de construcción de la paz en escuelas secundarias públicas ubicadas en comunidades tanto urbanas como rurales de Culiacán y Navolato que afrontan situaciones de violencia.
El director de la asociación, Iván Velázquez Aréchiga, invitó a directivos de la Secretaría de Educación Pública y Cultura y a las autoridades escolares de los planteles educativos a firmar un ‘Acuerdo por la Educación para la Paz’ para llevar a cabo dicho programa.
“Queremos reiterar nuestro compromiso para estar presentes en las zonas donde tradicionalmente, en las zonas rurales y urbanas, para llegar a esas comunidades que más lo necesitan, que más necesitan liderazgos positivos, el acompañamiento de liderazgos institucionales de recursos, de los reflectores de la sociedad para que puedan los jóvenes (...) que están viviendo situaciones de violencia, situaciones que dificultan su sano desarrollo que tengan oportunidad de ver nuevos horizontes”.
La propuesta hacia las autoridades educativas, señaló, es generar las condiciones para llevar a cabo el programa en 73 escuelas públicas de ambos municipios.
En la zona de Navolato llevarían el programa a los adolescente de secundarias ubicadas en zonas que han reportado situaciones violentas como El Vergel, El Limoncito, San Pedro, El Tigre, Villa Juárez, Altata, Dautillos, Tecomate, así como Bacurimi, Laguna Colorada, Oso Viejo, Valle Escondido, El Tule, Jesús María, Las Arenitas, El Atorón, Higueras de Abuya.
Mientras que en Culiacán lo implantarían en secundarias ubicadas en los sectores como Mercado de Abasto, Huizachez, Villa Bonita y Fraccionamiento Los Ángeles.
Velázquez Aréchiga explicó que el programa consiste en una primera etapa consistente en un taller formativo en el que se les enseña a los adolescentes conceptos sobre la paz, sus tipos, así como las formas de violencia y en los tipos de ésta en la que se pueden ver involucrados a fin de prevenirlo.
Además, se les dan bases sobre los derechos humanos.
Este proceso que dura entre seis y ocho semanas continúa hacia la identificación de sus potencialidades, donde además se les invita a autopostularse como líderes por la paz, que son grupos de jóvenes a quienes capacitan y forman en cultura de paz, a fin de que impulsen acciones positivas que impacten en su escuela y comunidad.
Estiman que este proyecto impacte de manera directa en al menos 18 mil estudiantes.
“No podemos privar a las adolescencias de esas oportunidades, no podemos simplemente ser los adultos quienes dicten hacia dónde vamos como sociedad y esperar que los jóvenes sigan ese rumbo y ese destino casi como si fuera una orden por ejecutar, los adultos necesitamos escuchar a las juventudes, las adolescencias, las infancias, cuáles son sus inquietudes y problemáticas”.