“De premio le dieron una Embajada que le ofreció el Presidente. Quirino se va a España dejando al PRI en ruinas, en garantía y en señal de buena voluntad ofrece en prenda una bancada legislativa al servicio de la mayoría. Nunca en la historia de Sinaloa un Gobernador tendrá tantos legisladores aliados. Esperemos sea para bien en la construcción de un buen gobierno y no para perversión de la democracia representativa”.
Por la cerrada San Jerónimo, a dos cuadras del Museo del Prado y a una de la glorieta de Neptuno en un lujoso barrio de Madrid estará la nueva oficina de Quirino. Se irá sin mayor trámite, el Senado aprobará la solicitud de la Secretaría de Relaciones Exteriores, terminará su encargo en unos días, hará maletas y se montará en un avión de Iberia o Aeroméxico, en clase ejecutiva por supuesto, porque nadie de su categoría aguanta un vuelo de 14 horas en asiento para turistas.
Andrés Manuel lo premió, no por la construcción del Kraken, por el aumento de la violencia familiar o los feminicidios, tampoco por los miles de desaparecidos que sumó en su sexenio o por el pésimo manejo de la pandemia que tiene a Sinaloa como una de las entidades con el mayor número de defunciones por cada 100 mil habitantes. Lo premió por su lealtad, por su disposición a colaborar con la 4T, pero sobre todo porque en Sinaloa salieron bien las cosas, tal como se las encargaron.
Quirino se va al Reino de España, un país con el que México tiene una relación comercial importante que suma alrededor de 5 mil millones de euros, nada comparado con la relación comercial con Estados Unidos o China. Poco sabe de relaciones diplomáticas, él ha sido legislador, burócrata y Gobernador, pero jamás se formó en los protocolos o las puntuales funciones del Servicio Exterior Mexicano. El nombramiento es un ajuste político, igualito a los que los gobiernos del PAN y el PRI procesaban para ex gobernadores, senadores, diputados o secretarios como premio o castigo al concluir un cargo.
En el PRI nacional ya lo sospechaban pero no tenían por donde actuar, el Gobernador sinaloense fue muy hábil, armó su salida tejiendo los puntos más finos. Tomando el control del PRI, después de sus candidaturas -particularmente las diputaciones plurinominales- y por último cerrando la pinza con los que sabían ganarían de calle la elección. ¿Traicionó a Mario Zamora?, no, no era necesario, desde su desangelada y tardía designación la derrota estaba marcada, las preferencias electorales estaban en Morena y simplemente dejó que las cosas sucedieran, sin humearse, ni chamuscarse.
Quirino hizo su plan de escape, su ruta de salida, planeó el cierre como hombre que entiende de la administración y la empresa. “Ningún cargo es para siempre y siempre tuve claro el día que terminaría mi mandato” dijo puntual en una entrevista radiofónica. Y así fue, el Gobernador en estos años se hizo experto en medir el tiempo, en entender el valor de la cercanía y la distancia y así lo operó. Se alejó del PRI y se acercó a López Obrador, no a Morena, al Presidente que es mucho más importante que el partido.
Por eso las amenazas de expulsión que desde la capital lanza Alejandro Moreno y las voces de reproche que algunos priistas locales o los “tuitazos” de la desarraigada diputada Paloma Sánchez le hacen, son para el mazatleco gritos en el vacío, llantos de desespero, minúsculos daños colaterales. El PRI a Quirino le hará lo que el viento a Juárez porque por ahora, y en un buen tiempo, nada le podrán hacer, con nada le pueden cobrar, porque el Revolucionario Institucional vive su calvario y poco falta para que comiencen a sentir la penosa orfandad del poder.
Andrés Manuel volvió a dar una lección de juego anticipado minando los flancos más fáciles de la Oposición. En Sinaloa invitó a Quirino, en Nayarit a Antonio Echavarría y los que faltan de cara al 2024. Mientras tanto Quirino se va a España pero deja una bancada de leales a cuidarle las espaldas, dejará también dirigente estatal. Lo dije en otra columna y lo vuelvo a repetir, no se confundan: En las elecciones perdió el PRI, ganó Quirino, ahora sí, sin máscaras, bienvenido el nuevo fichaje de la cuarta transformación. Jugada maestra. Luego le seguimos...