Un plan integral para el combate a la violencia

22/02/2025 04:02
    Hoy estamos sufriendo las consecuencias de una política de indecisiones de EPN y otra de abrazos no balazos de AMLO.

    Muy interesante la nota de primera plana en el periódico Noroeste del 15 de febrero sobre que “...la violencia debe verse desde nivel más profundo...”, es decir, no es sólo enfrentarla por la fuerza, sino involucrar todas las facultades del Gobierno y de la sociedad, porque sus raíces están en la deficiente educación, en el desempleo y las dificultades económicas, en la poca cultura de la legalidad, en la falta de salud y de servicios públicos, en la impunidad, pero también en la desintegración familiar, en las distorsiones de los medios de comunicación y finalmente en la falta de organizaciones sociales positivas.

    En buena parte este fue el enfoque que se pretendió dar al Plan para combatir la violencia en el gobierno del ex Presidente Calderón, que se inició recurriendo al Ejército para apoyar a las mermadas autoridades civiles, porque ya no contaba el Estado con otra fuerza organizada y preparada para enfrentar a una delincuencia, esta sí organizada y bien armada, que asesinaba impunemente y controlaba territorio y poblaciones en todo el País. El primer paso fue la desarticulación de las bandas principales aprehendiendo a sus líderes y asediando el tráfico de drogas, lo que provocó la lucha interna de los grupos remanentes porque el “negocio” ya era muy fuerte; la consecuencia fue un incremento en asesinatos entre ellos; sin embargo, para los medios de comunicación éste fue el factor que más se comentó y se criticó, con lo que se diluyó mediáticamente el plan en sus aspectos constructivos y de inclusión social.

    Se implicaba la intervención de prácticamente todas las secretarías con una serie de programas coordinados para atacar las causas de la violencia:

    1. Desde luego se requirió la intervención de la Secretaría de la Defensa Nacional y de Gobernación en las labores de control de las bandas y del narcotráfico.

    2. Se requería la actuación decidida y valiente de la Secretaría de Educación y todo el ramo magisterial, padres de familia y sindicatos de maestros en la sensibilización de los alumnos, padres de familia y de la sociedad en general, acerca de los problemas del consumo de drogas, los asesinatos y violencia que se estaba ocasionando y los problemas familiares. Se estaba plenamente consciente de que sin una sociedad educada y actuante, no habría solución de profundidad. Este era un programa fundamental.

    3. Otro elemento necesario era el de la colaboración entre las autoridades locales y las de la Federación, pues las policías estatales y municipales tenían o deberían tener bastante información sobre los integrantes de las bandas que actuaban en cada zona.

    4. Se preparó un plan de investigación de todas las corporaciones policiacas para depurarlas y eliminar a las que era cómplices o eran parte actuante de las bandas.

    5. Se creó el Plan 100 x 100, que consistía en que todas las Secretarías apoyaran a los 100 pueblos más pobres del país, que después se subió a 150 comunidades. Así, actuaban en esos pueblos las de Educación con escuelas y maestros, la de Salud con el IMSS, con clínicas, doctores y enfermeras, la de Comunicaciones, con caminos, puentes y carreteras; la Conagua y Salubridad con agua y drenaje, etc.

    6. A nivel nacional y estatal, cada Secretaría llevaría el Plan Nacional de Infraestructura, el Plan Nacional de Salud con el Seguro Popular, intensificar los Programas Oportunidades, el Fonaes, el Pro-árbol y en general todos los programas de apoyos sociales, para ayudar en la economía familiar.

    7. Se creó el Sistema Nacional de Inteligencia con base en un Centro Nacional de Vigilancia satelital y digital.

    8. Se reorganizaron los penales federales y se construyeron seis más de alta seguridad.

    9. Se emitieron diversas leyes en materia penal y se inició una depuración de ministerios públicos, jueces y personal administrativo del Poder Judicial.

    10. Se logró coordinar estas acciones con las autoridades norteamericanas con la Iniciativa Mérida; la Operación “Xcellerator” y acuerdos con Colombia y Ecuador.

    El Plan, aunque logró finalmente en 2012 disminuir los asesinatos y los actos de violencia, el gobierno de Peña Nieto no continuó con el esfuerzo y los gobiernos de los Estados y municipios tampoco colaboraron y mediáticamente todo el esfuerzo se midió por los homicidios y el gobierno no alcanzó a “vender” los programas y esfuerzos colaterales, que finalmente eran los más importantes.

    Hoy estamos sufriendo las consecuencias de una política de indecisiones de EPN y otra de abrazos no balazos de AMLO.