Sí debatir para fortalecer la democracia
Asistir o rehuir, el dilema de morenistas
Ojalá que la negativa a participar en debates políticos, que han adoptado en Sinaloa algunos candidatos del Movimiento Regeneración Nacional, sea en realidad por inconformidad contra reglas y árbitro electorales y no por la arrogancia anticipada que deriva de la intención del voto que los favorece en las encuestas, puesto que la retirada constituye menoscabo a la democracia al evitarles a los ciudadanos fincar el libre acto electivo en el conocimiento de quienes les piden el sufragio. Y mal hacen los que sí debaten en recalcar la práctica donde estos foros se convierten en hogueras para quemar al contrincante.
Después de que la morenista Graciela Domínguez Nava desairó el encuentro que realizaría el 8 de mayo el Instituto Nacional Electoral entre los candidatos a Diputado federal por el primer distrito con sede en Mazatlán, parece ser que el partido adoptó la línea de la inasistencia, pues la aplicó también al debate que se realizó ayer entre aspirantes al Senado, sin la presencia de Imelda Castro y Enrique Inzunza, de la coalición Seguimos Haciendo Historia.
O tal vez se les está permitiendo a los abanderados por la llamada Cuarta Transformación que sean sus cuartos de guerra los que determinen si acuden o no a los debates, tomando en cuenta que el candidato de Morena a Diputado federal por el distrito 05, Jesús Ibarra Ramos, sí estuvo en el interrogatorio político frente a Sergio “Pío” Esquer Peiro, de la coalición Fuerza y Corazón por México, e Ivanjov Valenzuela, de Movimiento Ciudadano, centrándose la confrontación entre los dos primeros.
Ibarra Ramos demostró que sean cual sean las circunstancias, al margen de cuentas alegres en cuanto a comportamiento del voto, resulta mucho mejor asistir a los debates para defender lo que se tiene, sin permitir que la gente les aplique a los ausentes la lógica de “el que calla otorga”. Esquer Peiro, por su parte, hizo bien la estrategia que sigue en el País la candidata presidencial Xóchitl Gálvez consistente en hacer ver como mentirosos al gobierno y “corcholatas” de Andrés Manuel López Obrador.
Habrá que esperar al 17 de mayo para conocer la decisión que tomará el Comité de Campaña de Juan de Dios Gámez Mendívil, candidato a Alcalde de Culiacán por Morena, ya que la disposición de aceptar o desairar la invitación a debatir se toma hasta el último momento, mientras que Erika Sánchez, postulada por PRI, PAN, PRD y PAS, se ha declarado lista para asistir. Y descifrar también lo que decida la cúpula cuatroteísta sobre su aspirante a la Presidencia Municipal de Mazatlán, Estrella Palacios, en el evento programado para el 24 de mayo.
La interrogante de quiénes sí y cuáles no debatirán tiene mucho que ver con los por qué unos morenistas asisten y otros rehúyen. Por ejemplo, cobijado por las siglas guindas para que busque la reelección en la Alcaldía de Ahome, Gerardo Vargas Landeros aceptó confrontarse frente a frente con su opositor Mingo Vázquez, de la mancomunidad Fuerza y Corazón por México, en el debate concretado el 3 de mayo que dio la impresión de ser trifulca en lugar de sana comparación de proyectos políticos.
Los debates consumados o los realizados a medias exponen que recuperar el cotejo de pretensiones políticas como herramienta para consolidar el avance democrático será una tarea a realizar por los órganos electorales locales y federal una vez que transcurran la votación del 2 de junio y las controversias legales que resulten, porque en el actual proceso comicial ya no alcanza el tiempo ni la voluntad de partidos y candidatos en la prioridad de colocar la propuesta y civilidad encima de la confrontación y la descompostura. La desvalorización del esquema de las ideas expuestas cara a cara hace ostensible la urgencia de reconstruir pódiums y alegatos como precursores del sufragio inteligente.
Por ahora lo que vemos es que al acto fundamental de elegir a excelentes servidores públicos lo obstaculiza la costumbre de convertir los debates en actitudes primitivas donde la palabra es garrote para aniquilar al contrario, acto neandertal que apaga la voz y resalta la incivilidad como estrategia útil para entretener a las audiencias pero no para fortalecerlas como factor cívico que participe en las decisiones más trascendentes de Sinaloa.
Las candidatas y candidatos, sin importar el partido al que representen, están llamados a robustecer la cultura de la propuesta que al ser verificada por los electores determine la idoneidad para construir buenos gobiernos y contar con mejores representantes en las instituciones legislativas. Es la única forma de lograr que la gente se dé tiempo para escucharlos y pasarlos por el tamiz de la confianza y no claudique a medio debate al encontrar un ring donde esperaba hallar mesas de diálogo.
Debatir constructivamente lejos de la tentación de ser unos los modernos Tomás de Torquemada y otros presentarse como los San Juan Bautista del proceso electoral.
Nadie quiere que un debate,
Sea como circo romano,
Donde el más feroz abate,
A su favorito villano.
Cuidado con la reacción de los mexicanos si antes del 2 de junio se generalizan los mega apagones en el País y las altas temperaturas que se prevén sobre todo en Sinaloa irritan a la población más de lo habitual, al enfrentar el calor sin electricidad. Por lo pronto preocupan las alertas del Centro Nacional de Control de Energía sobre el sistema eléctrico en estado operativo de emergencia, aunque el ánimo electoral en los ciudadanos puede dar un viraje brusco si detecta que el Gobierno es parte del problema y además carece de capacidad para aportar las soluciones.
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