Pacto de San Lázaro, versión Sinaloa. A la 4T le va bien con el PRI de aliado
Vale el mismo acuerdo adoptado el lunes en la Cámara de Diputados federal, para que en Sinaloa los partidos Movimiento Regeneración Nacional, Revolucionario Institucional y Sinaloense se alternen la Presidencia de la Mesa Directiva y la jefatura de la Junta de Coordinación Política en la 64 Legislatura local que será instalada dentro de un mes y regirá hasta el 30 de septiembre de 2024. O solamente que la correlación de fuerzas sea medida en función de las alianzas electorales y que en el prorrateo entren nada más Morena y PRI.
Todo indica que no habrá mayor dificultad para la avenencia entre los dos bloques políticos que conformarán el Congreso que se alista para funcionar en Sinaloa. El primero, con Morena al frente, tendrá a Feliciano Castro Meléndrez como líder, y el segundo, en el cual el PRI es cabeza, llevará la batuta Ricardo Madrid Pérez, sin que por hoy resulte visible la confrontación, a menos que los partidos suplementarios (PAS y PT con el morenismo, PAN con el priismo y MC ¿con quién?) decidan romper alianzas y operar cada cual de manera independiente.
A diferencia de la 63 Legislatura que para Morena significa la crónica de desprendimientos y pleitos domésticos interminables, la del relevo le da al partido de la Cuarta Transformación la mitad de las curules y la mayoría simple con la adhesión del Partido del Trabajo. Si en un difícil acto de equilibrismo parlamentario el resto de las siglas no morenistas se aglutinara como una sola fuerza, la Cámara quedaría dividida en dos mitades iguales.
Pero haciendo un primer ejercicio de proyección del comportamiento de bancadas y partidos, Morena contará con la disposición de los asambleístas del PAS o del PRI para alcanzar la mayoría constitucional (dos terceras partes) requerida para sacar adelante iniciativas de gran calado enviadas al Congreso por el próximo gobernador. Es decir, Rubén Rocha Moya estará en la tesitura de no ser rehén ni de los diputados pasistas ni de los de priistas sino negociar con cualquiera de los dos bloques cuando se le enoje o pretenda chantajearlo alguno de estos.
Obviamente que la indicación que viene desde el centro consiste en acudir al PRI antes de incurrir en tratos que comprometan mucho, en los que el caldo salga más caro que las albóndigas. Con los ocho legisladores del PAS o los ocho del PRI Rocha tendrá la mayoría calificada para sacar en el Congreso sus propuestas fundamentales, misma que no lograría ni sumando los votos del PAN, PT y MC a los de Morena, en caso de que buscara salidas que no lo comprometan con pasistas o priistas.
Otro elemento para avizorar la probable operación de la dupla Morena-PRI en el Congreso durante el ya cercano período constitucional trianual del trabajo legislativo tiene que ver con la posible transición tersa que se espera en el Poder Ejecutivo Estatal, cuyas señales han sido reiteradas en dicho sentido por el Mandatario saliente, Quirino Ordaz Coppel, y el entrante, Rubén Rocha Moya. Ricardo Madrid pertenece al grupo quirinista que tomó el control del Revolucionario Institucional, colocando en el timón a Cinthia Valenzuela Langarica, después del desastroso resultado electoral del 6 de junio.
Todo esto soporta la eventualidad de que el pacto sacado a nivel federal a fuerza de concertacesiones, sin apego a lo que establece la normatividad interna de la Cámara baja, sea el modelo a aplicar en entidades donde la fuerza guinda dominará los Congresos con marcada contundencia y los partidos tricolor y azul actúen como coadyuvantes de la gobernabilidad local por no estar en posibilidades de concretar oposiciones a ultranza.
Y que también el rasero sea el mismo: que se tome como indicador el concepto de coalición para que los dos principales órganos de dirección del Legislativo, que son las presidencias de la Mesa Directiva y de la Jucopo, se alternen entre los consorcios políticos “Juntos Haremos Historia”, de Morena, PAS y PT, y Va por Sinaloa”, del PRI y PAN, replicando aquí ese raro prototipo que se inventó para la disputa por el control de la Legislatura nacional.
A todas luces se trata de un nuevo guiño de la Cuarta Transformación al PRI después de que para Andrés Manuel López Obrador ha resultado mejor aliado por esa soterrada identidad ideológica que a veces remarca en exceso los rasgos de la izquierda y en ocasiones se acerca bastante a los insolentes modos de la derecha. Confrontado hoy con Ricardo Anaya, ícono del poder panista, el Presidente intenta la estrategia de seducir a un PRI invariablemente dispuesto a la depravación política.
Sólo queda una duda en el caso Sinaloa. ¿El gobierno de Rocha Moya buscará tener solamente al PRI como aliado ocasional por si el PAS se le sale de algún pacto legislativo con Morena, o preferirá que en esta alianza de “úsese en caso de emergencia” también vaya el PAN, cuidando el esquema de la coalición prianista? Siempre los combos atraen más la atención.
Son Morena y PRI ganadores
En la Cámara de Diputados,
En honor a los viejos amores,
Que hoy quedaron desenterrados.
Morena y PRI coincidieron ayer en el Congreso del Estado al formularse el llamado a la unidad para ir todos en apoyo de las familias afectadas por las lluvias derivadas del Huracán Nora. El diputado priista Jorge Rodríguez Ayala exhortó a cerrar filas en torno a la declaratoria de emergencia solicitada por el Gobernador Quirino Ordaz para varios municipios, mientras el presidente de la Diputación Permanente, el morenista José Rosario Romero López, planteó que esta solicitud sea operada a la brevedad para poder atender con prontitud a damnificados y reparar los daños.