Narcoguerra y percepción: Rocha la libra
Pese a la violencia, mejora en encuestas
Llama la atención el hecho de que a pesar de la situación de violencia agravada que padece Sinaloa desde que estalló la guerra entre los segmentos del narcotráfico que lideran los hijos de Ismael Zambada García y los de Joaquín Guzmán Loera, el nivel de aprobación del Gobernador Rubén Rocha Moya se mantenga casi igual que en agosto de 2024, cuando tenía el 50.9 por ciento, pues la medición de opinión pública que realizó en diciembre el despacho Consulta Mitofsky le da el porcentaje de 51.9 a favor. Inclusive, ese punto que crece significa una hazaña que invita a desentrañar la aceptación ciudadana que contrasta con la descalificación de los críticos y adversarios políticos.
Si bien es cierto que en el Ranking Mitofsky Rocha Moya descendió del décimo tercer lugar que ocupaba en agosto, al décimo sexto en el que está en diciembre, el cálculo del impacto demoledor que la narcoguerra le hubiera asestado a cualquier Mandatario estatal dista mucho del efecto que ha tenido en el Gobernador de Sinaloa. Ni por asomo aparece entre los peor evaluados; al contrario alcanza lugar entre los de calificación alta. Aparece entre María Lezama, de Quintana Roo, con aprobación de 58 por ciento y Samuel García, de Nuevo León, con 50 por ciento.
Importa revisar que en julio de 2024, cuando ocurrió la detención forzada de “El Mayo” Zambada, concretada por uno de los hijos de “El Chapo” Guzmán para entregarlo por medios extrajudiciales a la justicia de Estados Unidos, Mitofsky le dio a Rocha el 53. 8 por ciento de respaldo al gobernante, poniéndolo en el sitial 11. En septiembre, mes de mayor belicosidad en el Cártel de Sinaloa, descendió al 50.4 por ciento, lugar 22, pero luego fue ganando terreno: 51. 0 puntos y lugar 21 en octubre; 51.8 por ciento y casilla 18 en noviembre, hasta avanzar en diciembre a 51.9 por ciento y subir al nivel 16 en el ranking nacional.
¿Cómo mantenerse estable o subir en el apoyo ciudadano mientras la narcoviolencia y el miedo y las afectaciones que ésta genera causan estragos en Sinaloa? Para extraer los motivos de la fidelidad que refleja tal empatía ciudadana, más allá de lo que determinen los sociólogos, primero debe descifrarse el enigma de una población que mayoritariamente le apuesta a la gobernabilidad al sostenerse en el paradigma de que con gobernantes emanados del Movimiento Regeneración Nacional puede haber mejores resultados que con instituciones en manos de la Oposición.
El sentido común general considera inviable retornar a opciones del pasado cuando los partidos Revolucionario Institucional y Acción Nacional hicieron que la desconfianza tocara fondo. Más claro, en Sinaloa la masa decisoria se la juega con la prueba extendida a la izquierda gobernante para no volver a apostarle a la derecha o centroderecha cuyos agravios son aún heridas sangrantes.
Otro parámetro que auxilia a descifrar cómo la percepción está determinada por variables opuestas a las que los antropólogos sociales utilizan para calificar o descalificar a los gobernantes, tiene que ver con la cuantificación de aciertos muy sobrevalorados por encima de los errores. Cuando en octubre pasado Rocha fue retirado del manejo del tema de la narcoguerra que lo confrontaba con sus adversarios, a tal grado de que éstos pedían su destitución por la vía política o hasta por medios violentos, entrando al quite Feliciano Castro con la correspondiente Vocería, para el de Batequitas empezó la burbuja de oxígeno que poco a poco lo fue elevando en el orden de aprobaciones.
Igual, cuando el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana del Gobierno Federal, Omar García Harfuch, vino a Sinaloa a principios de diciembre a tomar el control del choque intracártel, la interpretación de los ciudadanos, que en esa estrategia vieron el apoyo de la Presidenta Claudia Sheinbaum, significó para Rocha una gran bocanada de aire que lo hizo subir casi al 52 por ciento en la aceptación pública.
Y así, sin salir de la línea de los mejores evaluados ha oscilado entre el 50 y 52 por ciento en el trecho difícil que le significa al Gobernador la crisis de seguridad pública, un accidente político que indistintamente de quien llevara las riendas del estado, del partido que sea, lo hubiera colocado al borde de la dimisión. No es cualquier cosa la anulación de Ismael Zambada García como elemento de equilibrio entre las organizaciones del narcotráfico y más si el otro fiel de la balanza, que es Joaquín Guzmán Loera, también fue suprimido.
En las siguientes evaluaciones de Mitofsky, uno de los gabinetes de medición de opinión pública más reconocidos, es predecible que Rocha Moya recupere más terreno en la confianza ciudadana ya que está dedicado a la estrategia de reparación de imagen con la obra pública que entrega a diario, las acciones de reactivación de la economía y, sobre todo, los avances en resultados de los operativos para la pacificación.
Es que Sinaloa se aferra,
A la vehemente esperanza,
Y contraataca en la guerra,
Con el arsenal de la confianza.
Lo dicho: al asumir ayer la Presidencia de Estados Unidos, Donald Trump incluyó dentro de los 100 decretos que firmaría en el primer día de su mandato aquel que declara a los cárteles mexicanos como grupos terroristas extranjeros, con lo que dará facultades al Departamento de Justicia para aplicar las leyes federales en contra de estos grupos criminales. De ser llevada a sus últimos términos la invocación de la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, el Gobierno de México nada podrá hacer para salvar de la gran acometida de la Casa Blanca a los nueve cárteles, entre éstos el de Sinaloa, en la mira del Tío Sam.