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Aún es muy pronto para anunciar la ruptura definitiva de la alianza electoral Va por México, pero después de la doblada presidencial al bloque opositor en las cámaras se antoja difícil que el PRI pueda continuar en ella. Todo apunta a la separación de los aliados que “juraron” ser la contención contra el presidencialismo mexicano y la concentración del poder en un solo hombre.
Mientras los senadores panistas acusaban a nueve priistas y dos perredistas de “traidores”, la bancada naranja cerraba filas. Clemente Castañeda, coordinador de Movimiento Ciudadano en el Senado, no entregó un solo voto a la iniciativa presidencial disfrazada de tricolor por la “ingeniosa” inventiva de Alejandro Moreno “Alito”, quien misteriosamente, después de alinear sus astros legislativos dejó de ser perseguido.
Avanzan en la capital las negociaciones entre Acción Nacional y Movimiento Ciudadano de cara al 2024, los dirigentes nacionales, diputados federales, senadores y consejeros políticos de las dos instituciones partidistas, dibujan, con lápiz aún, una ruta común para competir juntos en 2024. Dante Delgado, creador del “movimiento naranja” tiene claro que, sin el PRI, las condiciones y oportunidades de negociación son mayores y que por el momento, el PRD es un adorno que podría llegar a estorbar.
Movimiento Ciudadano no es una estrella enana, gobierna Nuevo León y Jalisco, dos de las entidades más pobladas del País, tiene triunfos en municipios importantes. En la elección federal de 2021, el INE reportó casi 3 millones 300 mil votos para MC, mientras que el PAN consiguió 3 millones 700 mil en la misma elección. Con apenas 500 mil votos de diferencia entre azules y naranjas -votos en distrito sin alianza-, los primeros se hicieron con 33 curules de mayoría y los naranjas se quedaron con siete. ¿Cómo se explica esto? El juego en alianza, que en conjunto PAN, PRI y PRD obtuvieron 12 millones 331 mil votos, la mayoría de ellos azules.
Dentro de la categorización tradicional de los partidos políticos propuesta por Otto Kirchheimer, ante las contradicciones ideológicas de sus postulados, Movimiento Ciudadano podría entrar en los catch-all o “atrápalotodo”, a diferencia del PAN que podría definirse como un partido tradicionalmente conservador y de derecha. Esto para efectos de análisis del sistema electoral mexicano sirve únicamente para la anécdota, porque difícilmente podríamos encontrar en la boleta electoral un partido doctrinario, congruente a sus principios y fundamentos ideológicos.
Lo importante de la reflexión respecto a las diferencias entre azules y naranjas, es que, si bien se declaran ideológicamente diferentes la necesidad de triunfo los volvería aliados, siempre que logren resolver quién podría ser el candidato o candidata ideal para la elección presidencial, la más importante para los próximos comicios. De ahí en adelante, es cosa de ponerse de acuerdo y repartirse los estados, municipios y distritos.
En Sinaloa, la cosa se complica un poco más. La dirigencia de Movimiento Ciudadano y las estructuras del partido naranja están en manos de un grupo de desertores del PRI, viejos enemigos de los albiazules locales. Resultará de una maroma de alto grado de dificultad tener que borrar cientos de notas periodísticas que suman las acusaciones de corrupción, abuso e ineptitud que los panistas hicieron contra Sergio Torres, su futuro aliado.
Como apunte final, no se debe dejar de lado lo sucedido en el foro “México tiene opción: justicia y paz” presentado hace unos días por los coordinadores de las bancadas legislativas de Movimiento Ciudadano. Como invitado de honor, en primera fila, junto a Dante Delgado y Salomón Chertorivski, estaba el ex Secretario de Educación, Juan Alfonso Mejía, quien podría ser pieza clave y artífice nacional de la llamada operación “Naranja Azul”. Luego le seguimos...