Movilizar la democracia

    Fue una congregación del desacuerdo, de la defensa de lo que una parte del pueblo, la ciudadanía y la sociedad civil percibe y que coincide con la construcción de su identidad política, que enriquece las posibilidades de expresión en un régimen que no está ni cerca de ser autoritario, dictatorial o represor como algunos de los convocantes partidistas insisten en calificarlo.

    @guerrerochipres

    SinEmbargo.MX

    -

    Como movilización ciudadana, la manifestación del domingo pasado en el Zócalo de la CdMx y otras ciudades revela el valor ciudadano en la participación de instrumentos democráticos, pero reclama atención ante las posibles pretensiones de apropiarse de nociones que no le pertenecen a nadie.

    Las ideas de pueblo, sociedad civil, ciudadanía o democracia no son exclusivas de ningún grupo o partido político.

    Las expresiones de ese fin de semana, que según la prensa extranjera reunieron a unas 100 mil personas en la plaza central de la capital nacional, forman parte de la interpretación y valoración que un sector de la sociedad hace de la vida política del País.

    Más allá de que a juzgar por el contenido de los discursos pronunciados desde el templete el motivo no parece ser la defensa del INE, sino “la construcción de un gran frente ciudadano para ganar el 24”, en palabras de la priista Beatriz Pagés, hay que celebrar las posibilidades reales de que las personas expresen sus diferencias.

    Fue una congregación del desacuerdo, de la defensa de lo que una parte del pueblo, la ciudadanía y la sociedad civil percibe y que coincide con la construcción de su identidad política, que enriquece las posibilidades de expresión en un régimen que no está ni cerca de ser autoritario, dictatorial o represor como algunos de los convocantes partidistas insisten en calificarlo.

    En este diálogo democrático que toma las calles, se anticipa ya otra manifestación, programada para el 18 de marzo, en la cual saldrá el sector de la sociedad que, de acuerdo con diferentes estudios de opinión, representa las preferencias mayoritarias. Hay una oportunidad de modificar esa tendencia, y eso forma parte de la democracia.

    No son dos pueblos -entendido como el sujeto colectivo organizado políticamente- antagónicos ni opositores en un sentido irreconciliable; es uno mismo conformado por ciudadanos con concepciones diferentes, integrantes de la sociedad civil.

    En esta noción amplia de colectividad civil encuentran espacio las agrupaciones o partidos políticos que buscan hacerse de la representación de la ciudadanía en el terreno electoral, pero sin que pueda ser exclusiva de ellos. Aún está por verse si en la oposición al partido gobernante en el país, la CdMx y 21 entidades más hay la capacidad de liderazgo y voluntad de representar a quienes salieron a la calle este 26 de febrero.

    Al final, como bien lo señaló esta semana la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, la decisión se expresará en las urnas y quedará claro así el crecimiento de cada partido político. Por lo pronto, desde la ciudadanía es tiempo de celebrar la energía democrática de todos los sectores en nuestro País.