El pueblo tiene grandes expectativas en la Presidente electa, Claudia Sheinbaum, tendremos seis años por delante para corroborarlo.

    No podemos sustraernos ante el optimismo que muestra el pueblo de esta gran nación, por el momento histórico que se vive. A esta generación le está tocando construir un nuevo país, una nueva realidad, basada en la economía de bienestar y en la democracia. Esta es la impresión que nos produce conversar con los moradores de este enorme y variado territorio nacional.

    Una de las causas que hace que los ciudadanos se encuentren felices es la monumental obra de infraestructura que viene mostrando -con orgullo-, todos los días, en sus mañaneras, el Presidente Andrés Manuel López Obrador. Se trata de una serie de obras realizadas en su sexenio, tales como los aeropuertos Felipe Ángeles y el de Tulum, el tren interoceánico del Istmo de Tehuantepec y el panorámico Tren Maya, etc. Sin duda, estas megaobras van a ser la base para que la virtual Presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, impulse su plan de gobierno progresista, a favor de la soberanía de la Nación.

    Los ciudadanos están ciertos: la cuarta transformación camina a pasos agigantados, consolida sus planes para sacar de la pobreza a enormes núcleos sociales, que aún permanecen en bolsones de grandes carencias en varios puntos del País. En general, estos grupos contarán con el mejoramiento de los programas de bienestar, que serán impulsados con entusiasmo por la doctora Claudia Sheinbaum Pardo desde el primer día de su mandato, ya como Presidenta de esta gran Nación. La ciudadanía tiene la convicción de que la cuarta transformación avanza y no se detendrá ni para tomar aviada.

    Insisto, las magnas obras estructurales realizadas por el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, y que viene presentando en sus mañaneras, son realmente impresionantes. Los mexicanos no habíamos conocido ni presenciado en muchas décadas la construcción de obras de tan enorme calado, lo que emociona y otorga certeza en el rumbo tomado.

    El Presidente Andrés Manuel López Obrador se ha convertido en el Mandatario con más obra material en la historia reciente. Ha sembrado un ejemplo que sin duda continuará su sucesora. Desde ahora decimos: el pueblo tiene grandes expectativas en la Presidente electa, Claudia Sheinbaum, tendremos seis años por delante para corroborarlo. Nuestro vaticinio es que México se encuentra en la senda de su desarrollo con bienestar, de eso no tenemos ningún resquemor, tenemos certeza en lo que afirmamos, los hechos lo van a demostrar a plenitud.

    Por eso era importante darle continuidad al programa de la cuarta transformación, no dejarlo trunco o a medias. Lo construido por el Presidente Andrés Manuel López Obrador servirá de primer piso, firme, sólido, para que la nueva Presidenta Claudia Sheinbaum impulse un segundo piso, en la senda de construir la infraestructura material y cultural de la transformación democrática de México. Esto la ciudadanía lo entendió a la perfección, otorgándole con su voto electoral otro de plena confianza al rumbo trazado por las nuevas generaciones.

    En general, hay indicios de que la transformación tiene un esplendoroso futuro, como lo han sostenido los militantes del partido político Morena, que vinieron a revolucionar las conciencias y, haciendo bien su trabajo político, han priorizado siempre a los más pobres, como lo indica su lema. La unidad de sus miembros ha sido esencial para lograr consolidarse como el partido favorito del pueblo mexicano. Su lucha por la transformación va viento en popa y hay mucho cuidado en que no se cometan errores políticos que tengan que lamentar. En sus discusiones con la oposición chabacana han enfrentado con entereza los debates, demostrando lo infantil de sus argumentos, que parecen más patadas de ahogado, que propuestas sustanciales.

    Fueron patéticas las necedades que presentaron los líderes de la Oposición, pretendiendo sumar más diputados plurinominales a sus partidos, cuando no alcanzaron más que pírricas cifras de votos en las urnas, durante la elección del 2 de junio. Los ciudadanos les dieron su merecido, para que entiendan que con el pueblo no se juega; el pueblo los mandó, como dice la gente, por un tubo y ahí se van a quedar.

    Lo hemos dicho reiteradamente: el pueblo es mucha pieza y a los políticos falsarios los pone en su lugar para siempre, para que no vuelvan a medrar con la buena fe de los ciudadanos. En el futuro tendrán que ser respetuosos en su trato con la ciudadanía.

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    lqteran@yahoo.com.mx

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