Para los que me conocen, saben que tengo una clara postura respecto a los partidos políticos, una postura que conforme avanza el tiempo se va tornando cada vez más precisa, hoy para mí es casi una dicotomía. Es decir; tomamos los partidos, o los superamos.
Cuando hablo de tomar los partidos me refiero al involucramiento activo dentro de sus filas, pero no para abonar a las prácticas de siempre que tienen tan lacerada nuestra democracia y el sistema partidista, sino para irrumpir en la forma en la que se determinan y hacer contrapesos desde la raíz del problema, y digo la raíz del problema porque la forma en la que se conducen los partidos, se determinan las candidaturas, termina eventualmente por hacer un espejo en la forma en la que hacen gobierno.
Para ser más específico, me refiero a las prácticas donde disentir no está permitido (es decir; está prohibido pensar), no tienen votaciones internas, no se discuten o se generan proyectos, las candidaturas se resuelven por influencias, dinero o ambas, y estas prácticas no son ajenas a NINGÚN partido en la boleta, unos más que otros, pero TODOS participan del mismo sistema.
Por eso, aunque iré a votar este 2 de junio, no veo un cambio significativo para nuestro País en ninguno de los escenarios, mis apuntes son a lo local, incidir inmediatamente en un proyecto que cuide nuestra ciudad y eventualmente pueda contagiar otras ciudades y ojalá nuestro estado.
A esto último me refiero también con superarlos, las problemáticas, locales, estatales y nacionales nos atraviesan a todos, no por igual, pero sí a todos, por eso creo en construir proyectos de gobierno transversales sin estar sujetos a la lógica partidista. Se que esto se lee muy idealista, pero ante los hechos actuales, para mí deja de ser idealista y se vuelve necesario.
Hay ejemplos como el municipio de Cherán, Michoacán, que a partir del 2011, liderado por sus mujeres, se levantó en armas para defender el bosque de los alrededores de los madereros ajenos a la población, expulsaron delincuentes y también a la policía, desconocieron a los políticos y el sistema de partidos como forma de organización política.
En 2017, Cherán tuvo la tasa de homicidios más baja en todo el estado de Michoacán, y quizá la de todo México.
Las medidas desesperadas de este pueblo en Michoacán parecen lejanas para “contextos más urbanos”, pero lo cierto es que la imposibilidad del sistema de partidos, judicial y de gobierno, hacen que se sienta como un recurso cada vez más presente en el imaginario.
Es nuestra responsabilidad que a partir del 2 de junio, dejemos de desperdiciar recursos económicos, ambientales, energéticos, en partidos, candidatos, y “pseudo-proyectos” que no nos representan.
Este 2 de junio, y a partir del voto, hagamos valer de verdad la democracia para aquellos que no nos sentimos representados bajo ningún color.
Gracias por leer hasta aquí, nos leemos pronto.
Es cuánto.
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@isaacarangureconacentoenlae