Las guerras de Mario Zamora y ‘Alito’. ¿Tiene futuro el mochiteco en el PRI?

OBSERVATORIO
    Por lo pronto, el reto consiste en que cuaje el plan priista para presentar al partido con nuevo rostro que seduzca a aquellos electores que el 2 de junio de 2024 explorarán en la boleta comicial las oportunidades para un País devastado por la confrontación que toca los linderos de la violencia por el fanatismo de unos y aplomo de otros en torno a la figura y obra de AMLO.

    Después del 6 de junio de 2021 cobró fuerza la pregunta, pero ahora es más frecuente esa interrogante de qué futuro le espera a Mario Zamora Gastélum como parte protagónica del grupo que tiene el control nacional del Partido Revolucionario Institucional, con Alejandro Moreno Cárdenas a la cabeza. Por el hecho de estar lejanísima la elección de Gobernador de Sinaloa de 2027, los ejercicios de adivinación política lo ponen actuando mientras tanto mucho en el plano nacional y poco en el ámbito estatal.

    Ayer el Senador sinaloense apareció en las imágenes difundidas por el Comité Ejecutivo Nacional del PRI donde Moreno Cárdenas y los legisladores federales anuncian el voto priista en contra de la iniciativa de reforma energética del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Detrás de ellos la escenografía con la palabra “revolucionarios” como punta de lanza de la estrategia “Pimpón”, que le quiere lavar la cara al PRI con agua y con jabón.

    Con el grito de “¡unidad!, ¡unidad!”, los priistas que ocupan curules en la Cámara de Diputados y el Senado firmaron el pacto que más tarde ratificaría la alianza entre PRI, PAN y PRD para negarle el voto a la que quizás es la reforma más crucial de López Obrador. Por no alcanzar la mayoría constitucional, dice el Senador Zamora, la propuesta presidencial no pasará y el bloque prianredista pondrá sobre la mesa la correspondiente contrarreforma.

    Zamora se ha colocado en la primera línea de oposición a la reforma energética que plantea AMLO. “Es retrógrada, regresa unos 50 años a México al pasado”, dice y anticipa que el planteamiento alterno estipulará como derecho humano el uso de electricidad con tarifas bajas a grupos vulnerables y autonomía presupuestal y de gestión a la CFE.

    Tal activismo en el PRI nacional responde en parte la cuestión del porvenir de Zamora en el partido como único refugio que tiene a la mano y en el cual permanecerá al menos de aquí a 2024 al clarificarse si “Alito” será el candidato del partido tricolor a la Presidencia de México. De ser así se le predice un papel de alto nivel en la campaña y, en caso del triunfo electoral, situado entre los hombres de mayor confianza del siguiente Gabinete federal. En el escenario contrario, buscaría la reelección en el Senado y allí se guarecería para aspirar de nuevo a la Gubernatura al concluir el período de Rubén Rocha Moya, actual titular del Poder Ejecutivo Estatal.

    El mochiteco está dentro del círculo rojo en el cual toman decisiones importantes el PRI nacional y la coalición con el panismo y perredismo. Tiene que ver con los acuerdos que están cocinando en dichos partidos ante la complicada coyuntura donde el amloísmo parece consolidarse y al priismo se le vuelve difícil sacudirse la historia de agravios que en 2018 orillaron a los electores a jugarse la última esperanza con llevar a la izquierda política al máximo cargo de conducción del País.

    Es decir, Mario Zamora está tan cerca de Moreno Cárdenas que es copartícipe de la labor de asepsia interna que el PRI efectúe en México y, bastante más, en el caso particular de Sinaloa. La voz privilegiada que tiene, no sólo por ser secretario adjunto de “Alito” sino por formar parte de la oposición que el PRI necesitará en el Congreso de la Unión para abollarle la corona a la 4T, influirá mucho, por no decir todo, en la agenda priista estatal.

    Y en esta ruptura del viejo partido de Estado con el gobierno denominado Cuarta Transformación, Zamora es el fundamento en Sinaloa para la catarsis real o ficticia que aglutine a militantes y atraiga a simpatizantes después de que en la elección de Gobernador de 2021 creciera el catálogo de resentimientos con un Juan Alfonso Mejía que quería ser el candidato, Jesús Valdez Palazuelos que abandonó el liderazgo del tricolor una semana después de la debacle electoral y, ahora como la cereza del pastel que nadie quiere probar, la expulsión del ex Gobernador Quirino Ordaz.

    Pero una vez zanjados esos episodios aciagos, de los cuales el tiempo se ocupará para definir pérdidas y ganancias, Zamora adquiere un rol estelar en el PRI que desempeñará al lado de quien en 2021 sacó adelante aquella sorprendente postulación al Gobierno de Sinaloa que la noche del 21 de enero le tumbó las cartas de la sucesión a Quirino Ordaz. Fue a partir de ese “destape” que Moreno Cárdenas le puso marca personal al Gobernador hasta llegar el reciente 30 de marzo a expulsarlo, teniendo el Senador mucho que ver en el correspondiente dictamen.

    Por lo pronto, el reto consiste en que cuaje el plan priista para presentar al partido con nuevo rostro que seduzca a aquellos electores que el 2 de junio de 2024 explorarán en la boleta comicial las oportunidades para un País devastado por la confrontación que toca los linderos de la violencia por el fanatismo de unos y aplomo de otros en torno a la figura y obra de AMLO.

    Del freno a la reforma energética, que según Mario Zamora se dará sin sorpresas de última hora, depende que los electores perciban que el Revolucionario Institucional tiene palabra y sobre todo fuerza para volver a ser la opción política que alguna vez fue, ahora sin los abusos y corruptelas del pasado. Aunque no basta que al nuevo PRI “Pimpón” le aseen la cara si no lo enseñan a comerse la sopa sin volver a ensuciar el delantal.

    Reverso

    Zamora entendió al cien,

    Que al caerse desde la cima,

    Él debió fijarse muy bien,

    A cuál buen árbol se le arrima.

    La huella del zapato

    Alguien anduvo en diciembre caminando encima de los escritorios de Palacio de Gobierno no para instalar luces navideñas sino para sembrar dispositivos de espionaje en las oficinas de integrantes del Gabinete del Gobernador Rubén Rocha Moya. Aprendices de fisgones que ni siquiera borraron el rastro del calzado y menos les importó dejar huellas de lo perverso e ilegal de sus propósitos. Si no los van a llevar a prisión, al menos denles cursos de cómo limpiar los zapatos antes de espiar.