La UAS
y la real politik

‘Héctor Melesio ya triunfó en el arranque con la alianza completa, y vaya de que manera, siendo un partido que en 2018 quedó reducido a una diputada y un puñado de regidores, ahora tendrá mano en las candidaturas de varias alcaldías, entre ellas la de Mazatlán...’

A Juan Eulogio Guerra Liera, Rector de la UAS, se le complica su llamado a respetar a la institución universitaria para mantenerla a distancia de pretensiones políticas porque la institución “no es un partido político”.

Y es que si bien está en su derecho de hacer el llamado, no puede pedir a Mario Zamora, el candidato para gobernador por la coalición ¡Va por Sinaloa!, y a Sergio Torres, candidato al mismo cargo por Movimiento Ciudadano que no se pronuncien en contra del cacicazgo que ha creado él junto con los ex rectores Héctor Melesio Cuén y Víctor Antonio Corrales Burgueño y que el mismísimo Presidente López Obrador lo ha reconocido.

Y es que Héctor Melesio, quien recientemente ha renunciado a su ambición de competir como candidato a gobernador por el PAS, es conocido por tener poderes extraordinarios en la institución rosalina.

Y hoy, que el líder también del PAS acordó ir en candidatura común con Rubén Rocha para que este compita por la titularidad del gobierno del Estado bajo la fórmula Morena-PAS mete a la UAS en un serio predicamento. Es imposible que Mario y Sergio no aprovechen ese nicho para impulsar sus propias candidaturas. Entonces, el reclamo de Juan Eulogio se vuelve vacuo, porque ha sido omiso con la presencia ubicua de Héctor Melesio provocando un daño severo a la centenaria casa de estudios por las razones que esgrime el rector contra los otros candidatos.

Y, por el significado de esta alianza, que muchos han visto como traición de Rocha Moya a sí mismo, a su discurso liberador de cacicazgos, es que la UAS está metida en un lío mediático.

Sin embargo, los pronunciamientos de Mario y Sergio, válidos como candidatos porque apuntan a uno de los grandes problemas de Sinaloa, la apropiación privada de lo público sería más creíble si antecede un compromiso con la institución.

A ambos de extracto priista, habría que recordarle, que la existencia de este cacicazgo se explica en buena parte porque los sucesivos gobiernos de este color no solo lo han tolerado sino han hecho política con esta anomalía institucional llamada Universidad-partido, entonces, su reclamo es hueco, ruido solamente, incluso, en esta contienda el PRI intentó llevarlo de aliado, pero este pidió las perlas de la virgen y no se le concedieron, por eso la distinguida universitaria Ana Luz Ruelas quizá no yerra cuando afirma que si Mario Zamora gana la elección, irá al día siguiente a saludar a Héctor Melesio.

Vamos, no basta con atacar el cacicazgo para que esa población de 150 mil universitarios se ponga en sintonía con quien habla fuerte o hace un video. Se necesita algo más de punch para que la mayoría de los universitarios se sume a una candidatura del PRI o MC. Cierto, hay una molestia generalizada con Rubén Rocha, por su incongruencia, por su falta de respeto a sí mismo, por desperdiciar esta oportunidad para reivindicarse y devolver su dignidad y autonomía a la UAS, y así emprender una nueva ruta, al son de la música esperanzadora que ofrece la llamada 4T y que, en Sinaloa, hoy se llama pragmatismo, una suerte de neoliberalismo político, donde todo se vale, no hay ideología y principios que valgan.

Héctor Melesio ya triunfó en el arranque con la alianza completa, y vaya de que manera, siendo un partido que en 2018 quedó reducido a una diputada y un puñado de regidores, ahora tendrá mano en las candidaturas de varias alcaldías, entre ellas la de Mazatlán, que se la servirá muy probablemente al Químico Benítez para sacudirse a cualquier otro aspirante entre ellos a Elsa Bojórquez, la valiente síndica procuradora, distritos electorales y síndicos procuradores, y en caso de ganar la gubernatura, insistirá en su sueño no cumplido con Quirino Ordaz de hacer cogobierno con Morena, cómo lo señala animoso en un texto que recientemente publicó en el Sol de Sinaloa.

Ahí, es donde radica la gravedad de esta alianza, que la esperanza que muchos sinaloenses han depositado en Morena se convierta en frustración y desesperanza. Y es que los factores reales de poder sean los que sigan gobernando porque a la par vemos que los desprendimientos del PRI tendrán el efecto de restarle votos a Mario Zamora, y la agregación de Héctor Melesio y su partido es fortalecer la candidatura de Rocha Moya y al proyecto continuista y llama la atención en todo esto el no al PT y al Verde.

Todos estos movimientos tratan de alcanzar lo que en ciencia política se llama gobierno unificado en el Poder Ejecutivo y en el Legislativo, es decir, dominio absoluto del estado, que ningún otro haga contrapeso más allá del ruido propiamente electoral de una oposición débil, meliflua, irrelevante.

O, sea, los sobrevivientes de esa izquierda que durante décadas picó piedra para crear una Sinaloa igualitaria y solidaria, hay malas noticias, creo, que como nunca, se cierra la pinza para ejercer el control del estado y de paso, se le manda decir a AMLO que en Sinaloa sí habrá 4T, pero la que sirva para la conservación del poder.

Vamos, estamos en la antesala de un gobierno que muy probablemente tendrá poderes acotados, aunque Rocha Moya diga “no cederemos nada del gobierno” y Mario llame a cambiar el estado.

¿Desde cuándo las alianzas son de gratis?, saben, que, en caso de llegar al poder, eso no sucederá, que es y será una pieza ejecutiva de ese poder silencioso, tras bambalinas, que es el que realmente estará operando, no Feliciano Castro, el viejo soñador, que alguna vez se imaginó siendo el Che sinaloense y que hoy tiene el nombramiento de coordinador de la campaña de Rocha Moya.

Quisiera ser más optimista y trasmitir la idea de que Sinaloa manifestará un mejor futuro con la posible llegada del badiraguatense, o mi paisano Mario Zamora, pero los datos y gestos a la vista no me permiten concluir con ese sueño que, a muchos sinaloenses, especialmente universitarios, hoy los tiene deprimidos y solo los más oportunistas y fanáticos le buscan la cuadratura al círculo.

Y es que, como despiadadamente correcto lo señala Alejandro Sicairos, en su colaboración del pasado martes, el problema es que con estas alianzas no habría círculo, hay lo que hay y no habrá de otra. Ya está decidido.

Y el pedido de Juan Eulogio será anécdota, parte de la tragicomedia que estamos viviendo los sinaloenses, y la UAS seguirá siendo en esta campaña una referencia de los despropósitos que están juego, del summum molesto y algo más, la estatua de mármol de la incongruencia que exalta el cineasta polaco Andrzej Wajda en una película memorable sobre la real politik. Óraleee!, como clamaría el payaso Brozo.

A Juan Eulogio Guerra Liera, Rector de la UAS, se le complica su llamado a respetar a la institución universitaria para mantenerla a distancia de pretensiones políticas porque la institución “no es un partido político”.

Y es que si bien está en su derecho de hacer el llamado, no puede pedir a Mario Zamora, el candidato para gobernador por la coalición ¡Va por Sinaloa!, y a Sergio Torres, candidato al mismo cargo por Movimiento Ciudadano que no se pronuncien en contra del cacicazgo que ha creado él junto con los ex rectores Héctor Melesio Cuén y Víctor Antonio Corrales Burgueño y que el mismísimo Presidente López Obrador lo ha reconocido.

Y es que Héctor Melesio, quien recientemente ha renunciado a su ambición de competir como candidato a gobernador por el PAS, es conocido por tener poderes extraordinarios en la institución rosalina.

Y hoy, que el líder también del PAS acordó ir en candidatura común con Rubén Rocha para que este compita por la titularidad del gobierno del Estado bajo la fórmula Morena-PAS mete a la UAS en un serio predicamento. Es imposible que Mario y Sergio no aprovechen ese nicho para impulsar sus propias candidaturas. Entonces, el reclamo de Juan Eulogio se vuelve vacuo, porque ha sido omiso con la presencia ubicua de Héctor Melesio provocando un daño severo a la centenaria casa de estudios por las razones que esgrime el rector contra los otros candidatos.

Y, por el significado de esta alianza, que muchos han visto como traición de Rocha Moya a sí mismo, a su discurso liberador de cacicazgos, es que la UAS está metida en un lío mediático.

Sin embargo, los pronunciamientos de Mario y Sergio, válidos como candidatos porque apuntan a uno de los grandes problemas de Sinaloa, la apropiación privada de lo público sería más creíble si antecede un compromiso con la institución.

A ambos de extracto priista, habría que recordarle, que la existencia de este cacicazgo se explica en buena parte porque los sucesivos gobiernos de este color no solo lo han tolerado sino han hecho política con esta anomalía institucional llamada Universidad-partido, entonces, su reclamo es hueco, ruido solamente, incluso, en esta contienda el PRI intentó llevarlo de aliado, pero este pidió las perlas de la virgen y no se le concedieron, por eso la distinguida universitaria Ana Luz Ruelas quizá no yerra cuando afirma que si Mario Zamora gana la elección, irá al día siguiente a saludar a Héctor Melesio.

Vamos, no basta con atacar el cacicazgo para que esa población de 150 mil universitarios se ponga en sintonía con quien habla fuerte o hace un video. Se necesita algo más de punch para que la mayoría de los universitarios se sume a una candidatura del PRI o MC. Cierto, hay una molestia generalizada con Rubén Rocha, por su incongruencia, por su falta de respeto a sí mismo, por desperdiciar esta oportunidad para reivindicarse y devolver su dignidad y autonomía a la UAS, y así emprender una nueva ruta, al son de la música esperanzadora que ofrece la llamada 4T y que, en Sinaloa, hoy se llama pragmatismo, una suerte de neoliberalismo político, donde todo se vale, no hay ideología y principios que valgan.

Héctor Melesio ya triunfó en el arranque con la alianza completa, y vaya de que manera, siendo un partido que en 2018 quedó reducido a una diputada y un puñado de regidores, ahora tendrá mano en las candidaturas de varias alcaldías, entre ellas la de Mazatlán, que se la servirá muy probablemente al Químico Benítez para sacudirse a cualquier otro aspirante entre ellos a Elsa Bojórquez, la valiente síndica procuradora, distritos electorales y síndicos procuradores, y en caso de ganar la gubernatura, insistirá en su sueño no cumplido con Quirino Ordaz de hacer cogobierno con Morena, cómo lo señala animoso en un texto que recientemente publicó en el Sol de Sinaloa.

Ahí, es donde radica la gravedad de esta alianza, que la esperanza que muchos sinaloenses han depositado en Morena se convierta en frustración y desesperanza. Y es que los factores reales de poder sean los que sigan gobernando porque a la par vemos que los desprendimientos del PRI tendrán el efecto de restarle votos a Mario Zamora, y la agregación de Héctor Melesio y su partido es fortalecer la candidatura de Rocha Moya y al proyecto continuista y llama la atención en todo esto el no al PT y al Verde.

Todos estos movimientos tratan de alcanzar lo que en ciencia política se llama gobierno unificado en el Poder Ejecutivo y en el Legislativo, es decir, dominio absoluto del estado, que ningún otro haga contrapeso más allá del ruido propiamente electoral de una oposición débil, meliflua, irrelevante.

O, sea, los sobrevivientes de esa izquierda que durante décadas picó piedra para crear una Sinaloa igualitaria y solidaria, hay malas noticias, creo, que como nunca, se cierra la pinza para ejercer el control del estado y de paso, se le manda decir a AMLO que en Sinaloa sí habrá 4T, pero la que sirva para la conservación del poder.

Vamos, estamos en la antesala de un gobierno que muy probablemente tendrá poderes acotados, aunque Rocha Moya diga “no cederemos nada del gobierno” y Mario llame a cambiar el estado.

¿Desde cuándo las alianzas son de gratis?, saben, que, en caso de llegar al poder, eso no sucederá, que es y será una pieza ejecutiva de ese poder silencioso, tras bambalinas, que es el que realmente estará operando, no Feliciano Castro, el viejo soñador, que alguna vez se imaginó siendo el Che sinaloense y que hoy tiene el nombramiento de coordinador de la campaña de Rocha Moya.

Quisiera ser más optimista y trasmitir la idea de que Sinaloa manifestará un mejor futuro con la posible llegada del badiraguatense, o mi paisano Mario Zamora, pero los datos y gestos a la vista no me permiten concluir con ese sueño que, a muchos sinaloenses, especialmente universitarios, hoy los tiene deprimidos y solo los más oportunistas y fanáticos le buscan la cuadratura al círculo.

Y es que, como despiadadamente correcto lo señala Alejandro Sicairos, en su colaboración del pasado martes, el problema es que con estas alianzas no habría círculo, hay lo que hay y no habrá de otra. Ya está decidido.

Y el pedido de Juan Eulogio será anécdota, parte de la tragicomedia que estamos viviendo los sinaloenses, y la UAS seguirá siendo en esta campaña una referencia de los despropósitos que están juego, del summum molesto y algo más, la estatua de mármol de la incongruencia que exalta el cineasta polaco Andrzej Wajda en una película memorable sobre la real politik. Óraleee!, como clamaría el payaso Brozo.