La Sinfonía del Destino

    La Sinfonía No. 5 en Do menor, de Beethoven, escrita en 1808, se conoce como ‘Sinfonía del destino’, porque Anton Schindler, secretario y biógrafo del compositor alemán, le preguntó sobre las cuatro primeras y famosas notas (tres breves y una larga: Ta-ta-ta-taaaa: Sol sol sol mi) y Beethoven respondió: ‘Así llama el destino a la puerta’.

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    Hoy, la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes retomará su programación de esta temporada con tres interesantes interpretaciones: el Danzón No. 5, de Arturo Márquez; el estreno mundial de la pieza musical Urbano, de Marcela Rodríguez, y culminará con la Quinta Sinfonía de Beethoven.

    Arturo Márquez es originario de Álamos, Sonora (1950). Su danzón más famoso es el No. 2 (que compuso para su hija Lily Márquez), pero la serie alcanza ya nueve. La OSSLA, bajo la batuta de Miguel Salmón del Real, interpretará el No. 5, titulado Portales de Madrugada, compuesto en 1997.

    Urbano, como apuntamos, es un estreno mundial. La autora es Marcela Rodríguez, nacida en la Ciudad de México (1951), quien ha escrito conciertos, oratorios, óperas, música de cámara, sinfónica y de teatro.

    La Sinfonía No. 5 en Do menor, de Beethoven, escrita en 1808, se conoce como “Sinfonía del destino”, porque Anton Schindler, secretario y biógrafo del compositor alemán, le preguntó sobre las cuatro primeras y famosas notas (tres breves y una larga: Ta-ta-ta-taaaa: Sol sol sol mi) y Beethoven respondió: “Así llama el destino a la puerta”.

    Esta explicación no ha sido totalmente convincente y deja abiertas muchas dudas. Incluso, en Francia se conoce más a esta sinfonía como “Canto de la Victoria”, por su explosivo final. Lo que sí es comprobable, es que Beethoven padecía, ya, una pronunciada sordera. En 1802, escribió: “Ha faltado poco para que me quitara la vida. Solo por el arte continúo en este mundo... Quiero enfrentar cara a cara el destino, no me va a doblegar por completo”.

    Como pianista, su carrera estaba terminada; solamente podía aspirar a trascender como un gran compositor, y a esta sublime tarea -afortunadamente- se consagró por completo.

    ¿Afronto valerosamente la adversidad? ¿Me doblego indefenso ante el destino?