“Don Jaime se encuentra bien, estuvo presente, atento y participativo en las nueve horas que duró la audiencia. Está de buen ánimo, con plena dignidad y en conocimiento de su situación jurídica”, dijo en entrevista Víctor Olea, abogado defensor del ex Gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez alias “El Bronco”, recluso desde hace unos días en el Penal de Apodaca, centro penitenciario que él mismo inauguró cuando mandaba en la entidad.
Nuevo León tiene, de nuevo, a un ex Gobernador en la cárcel. En enero de 2017 el priista Rodrigo Medina fue fichado como el preso No. 0238 en el Penal del Topo Chico, pero nada más estuvo 19 horas antes de ser liberado, la Fiscalía de El Bronco lo acusaba de “quebranto al patrimonio del Estado” por 3 mil 567 millones de pesos.
Cinco años después, en otro Penal y por otras acusaciones, Jaime Rodríguez es fichado con el No. 10634. Ahora le tocó a Samuel García festejar el arresto de su antecesor, acusado de desvío de recursos humanos, financieros y materiales para conseguir las firmas necesarias para contender a la Presidencia de la República en 2018.
“El Bronco a la boleta” se leía en la portada de los rotativos del 9 de abril de 2018, un día después de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial decidieran aprobar la candidatura del neolonés. Llegaron hasta el máximo tribunal porque para el INE existía un pliego de irregularidades en la recolección de las firmas, desde apócrifas hasta ilegibles. Para entonces, Samuel García y Mariela Saldívar -una diputada local- ya lo habían denunciado por utilizar recursos públicos para conseguir las más de 866 mil firmas necesarias para ser candidato presidencial independiente.
Jaime Rodríguez fue sentenciado en junio de 2018, el TEPJF le comprobó el delito al “utilizar el tiempo en horas hábiles de 572 servidores y servidoras públicas para captar apoyos para su candidatura”. El Congreso de Nuevo León fue notificado entonces pero no hizo nada, El Bronco se amparó alegando que el Legislativo no tenía superioridad jerárquica sancionatoria sobre el Ejecutivo. Libró la sanción entonces, pero el año pasado perdió las elecciones, ganó su enemigo, se quedó sin aliados y está pagando las consecuencias.
En 2012 nacieron formalmente las candidaturas ciudadanas, se dijo entonces que vendrían a “sacudir” el sistema de partidos en México. Un grupo de hombres y mujeres lucharon por varios años para poder aparecer en las boletas sin las siglas de un partido. Llegar al poder con las manos limpias, sin ataduras, sin más compromisos que con los ciudadanos, fueron los discursos de Manuel Clouthier en Sinaloa, Pedro Kumamoto en Jalisco, Salvador Nava en San Luis Potosí, Héctor Armando Cabada en Chihuahua y Jaime Rodríguez en Nuevo León. Ganaron, lograron el sueño, pero el sistema de partidos terminó por pulverizar o cooptar sus movimientos.
De los independientes más representativos podemos decir que el ingeniero Manuel Clouthier se retiró de la política después de la derrota como candidato al Senado. Kumamoto renunció al discurso “anti partidos” y se construyó su “Futuro”, partido local que le dio una regiduría después de su diputación por mayoría. Armando Cabada, el independiente de Juárez, es ahora diputado plurinominal por Morena. Jaime Rodríguez “El Bronco”, de Nuevo León, está preso y el sistema de partidos revitalizado, rozagante, imperturbable e inquebrantable. Y sí, hubo ilusos que dijeron entonces que la partidocracia mexicana estaba a punto de extinguirse. Luego le seguimos...