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No podemos eludir referirnos a cuestiones que tienen relación con el estado de cosas que privan en la actualidad, con políticas públicas. Me interesa insistir en esos temas, porque tienen mucho que ver con el futuro del País y, además, a la ciudadanía le interesan sobremanera, porque está en juego la concreción de su bienestar. Hay un clima ciudadano, con plena conciencia, favorable a participar en la cosa política, con mucha responsabilidad. Los ciudadanos saben que no pueden descuidar su participación si está en juego el mejoramiento y solidez de los programas sociales.
Vienen tiempos políticos y, sin duda, algunos vientos agitados. Los ciudadanos están prestos a cuidar con mucho celo el futuro político que viene. El próximo año van a tener los ciudadanos de Coahuila y del Estado de México su primera prueba de fuego en las elecciones a Gobernador. Pasada esa elección, sigue la principal: la elección presidencial, fundamental para consolidar la transformación que en la actualidad impulsa, con denodada entereza, el Presidente Andrés Manuel López Obrador. Los ciudadanos están conscientes de su responsabilidad histórica en esta crucial elección.
Hay infinidad de factores que indican un triunfo holgado del partido Morena. De todas maneras, los ciudadanos van a ir con su moral elevada a participar en el proceso electivo. Estamos seguros que, en estos procesos electivos, habrá una masiva participación y una prístina claridad en los resultados. Por lo menos, es lo que la ciudadanía le está pidiendo a las autoridades electorales del INE. No es poca cosa lo que se va a poner en juego, del triunfo popular depende confirmar la cuarta transformación en marcha.
Las condiciones políticas en el País auguran buen ambiente para estos dos procesos electorales futuros, esperamos ese estado de cosas se mantenga y cada día se fortalezca la participación cívica, pensando siempre en lo mejor para el País. Seguros estamos de que los amplios núcleos sociales van a hacer a un lado la apatía y participarán activamente en las tareas organizativas y políticas, preparando las condiciones objetivas para que las elecciones próximas sean exitosas. Los partidos cercanos a los ciudadanos -y no los que representan a las élites- tienen, en las próximas elecciones, todo para ganar, pero no pueden dormirse en sus laureles ni confiarse, porque necesitan alcanzar el triunfo de manera inobjetable.
De cómo se organice el proceso electoral depende en mucho salir avante sin tropiezos, esa debe ser la meta principal para los partidos favorables a la agenda social. Hacer las cosas con atención en los detalles, sin desdeñar a los sectores dispuestos a participar, sumar sin tregua como si estuvieran en la oposición, esa debe ser la consigna para lograr el triunfo del partido político Morena. El tiempo vuela y los eventos políticos que comentamos están a la vuelta de la esquina.
El Presidente Andrés Manuel López Obrador, con su llamado a conseguir la paz mundial, expresado el 16 de septiembre, proponiendo una salida política a la guerra en Ucrania, lo dimensionan como un auténtico estadista, por su sinceridad y franqueza, así como por su alcance de miras. Su propuesta es un llamado a mediar entre las partes del conflicto bélico para buscar la paz. Propuso una Comisión de Paz, integrada por el Primer Ministro de la India, Narendra Modi, el Papa Francisco y António Guterres, secretario general de la ONU, para que busquen la paz y pongan fin a la guerra entre Rusia y Ucrania; o, cuando menos, se den una tregua de cinco años, que permita abrir canales de entendimiento en pro de la paz. Terminar esa guerra, que repercute en el deterioro de la economía de los pueblos del mundo, sobre todo por la inflación de los energéticos y los alimentos, tiene una importancia global.
El llamado del Presidente López Obrador ha encontrado una enorme receptividad en todos los rincones de la tierra. Infinidad de gobiernos y personalidades del arte y la cultura en el mundo se han pronunciado en apoyo a tan trascendente llamamiento por la paz, digno de encomio, por su entereza y sentido de responsabilidad, por parte de un Presidente de un país amante de la paz y la libertad, como ha demostrado su histórica política de solución pacífica a los conflictos, la no intervención en los conflictos internos y la libre autodeterminación de los pueblos.
Estamos convencidos que México cuenta con un Presidente a la altura de las circunstancias internacionales, con una visión clara sobre el momento histórico por el que atraviesa la humanidad, un estadista a la altura de su tiempo.