‘El Químico’ del cuento de Blancanieves. Recordarle al Alcalde las arbitrariedades

OBSERVATORIO
    Benítez Torres y sus arranques de vanagloria provocan la necesidad de volverlo a desmenuzar como funcionario, sin la zalamería oficiosa del espejo del cuento de Blancanieves, con la única utilidad de sacarlo del error de creer que dirige un pueblo tonto, incapaz de disgregarlo en lo que dice y lo que hace. Cómo el que pudo ser el mejor gobernante en Sinaloa del partido Movimiento Regeneración Nacional cultiva el ego a tal nivel que pretende engañar a una sociedad entera, empezando con mentirse a él.

    Por si fuera como lo dice, de que se prometió a él, a su familia y a los mazatlecos “trabajar incansablemente de día y de noche para ser el mejor Alcalde que haya tenido Mazatlán”, entonces Luis Guillermo Benítez Torres ya los decepcionó a todos, empezando por defraudarse a sí mismo. La más elemental revisión a su gobierno, actos, deslealtades y violaciones a la ley lo colocan, sin rodeos, como Presidente Municipal fallido.

    En principio, es mejor turista que Alcalde. Sus viajes frecuentes lo alejan cada vez más de la sensatez. Además, candil de calle y oscuridad en casa, necesita de la fama ajena para darle brillo a su estrella política tenue, tan opaca como el procedimiento de compra de las lámparas cuyo contrato asignó a una empresa de manera directa, por 400 millones de pesos. El resplandor de otros, así se trate de presuntos criminales, lo utiliza como linterna en su oscuro trayecto de servidor público.

    La victoria del púgil Gilberto “Zurdo” Ramírez ante el alemán Dominic Boesel, en la categoría de los semipesados de la Asociación Mundial de Boxeo, les aporta a las glorias del deporte local y enorgullece a los mazatlecos. Éste sí es sinaloense ejemplar no como “El señorón”, miembro del Cártel Jalisco Nueva Generación detenido en el puerto el 29 de abril, a quien “El Químico” le atribuyó abonarle a la buena imagen del centro turístico porque al elegir vacacionar aquí “le dan una promoción extra”.

    Benítez Torres y sus arranques de vanagloria provocan la necesidad de volverlo a desmenuzar como funcionario, sin la zalamería oficiosa del espejo del cuento de Blancanieves, con la única utilidad de sacarlo del error de creer que dirige un pueblo tonto, incapaz de disgregarlo en lo que dice y lo que hace. Cómo el que pudo ser el mejor gobernante en Sinaloa del partido Movimiento Regeneración Nacional cultiva el ego a tal nivel que pretende engañar a una sociedad entera, empezando con mentirse a él.

    ¿Es el mejor Alcalde? A no ser que hable de la excelencia embaucadora con la cual dispuso de bienes de los mazatlecos y de recursos públicos por más de 140 millones de pesos para pagarle con inaudita presteza a la empresa Nafta, filial del grupo Arhe, lo derivado de un viejo litigio que durante las dos anteriores administraciones municipales se fue postergando para no acceder a tan abusivo arreglo. Y que, aparte, la negociación favorecida siga como proveedora de la Comuna.

    O podría fincar Benítez su satisfactoria autoevaluación en el hecho de la embestida brutal de violencia en razón de género que desató contra la ex Síndico Procuradora Elsa Isela Bojórquez Mascareño, la mujer que trató de ajustarlo a la honestidad administrativa y por ello recibió la mayor agresión misógina del Alcalde. Recordemos que por este delito “El Químico” fue inhabilitado para aspirar a reelegirse en el cargo y logró que el Partido Sinaloense lo rescatara para que acabara traicionando a las siglas que hicieron la labor de salvamento.

    La intolerancia y persecución contra opositores, así se trate de periodistas, regidores, organismos cívicos, o de sus mismos colaboradores, es otro tema que echa abajo las buenas cuentas del Alcalde marismeño. Hoy mismo libra la acometida intransigente contra desplazados por la violencia que buscan un hogar-refugio digno en Mazatlán, dando motivos para que el Movimiento Amplio Social Sinaloense interponga en el Congreso del Estado la solicitud de que le abran juicio político a Benítez Torres, quien está muy cerca de la línea que saltó Jesús Estrada en Culiacán al ir en sentido contrario de “por el bien de todos, primero los pobres”, del Presidente López Obrador.

    Se puede integrar un dossier extenso de los indebidos procederes del Edil mazatleco, desde lo irascible a lo delictivo, e inclusive dársele el beneficio de la duda en cuanto a que puede corregir lo hecho en tres años y medio en lo resta del segundo período en el cargo. Pero la conjetura de la no reincidencia resulta quimérica frente al más reciente desliz autoritario del Alcalde que por sus pistolas decidió otorgarle el contrato a la empresa Azteca Lighting para que, sin licitación ni cotejo con otros proveedores, le venda al Ayuntamiento 2 mil 139 luminarias con un costo todavía no transparentado de 400 millones de pesos.

    Inclusive en el soliloquio de Benítez Torres donde juró ser el mejor Alcalde de Mazatlán no cuentan las voces de aquellos que lo exhortan a enmendar. Él mismo se evalúa, asigna excelentes calificaciones y se declara satisfecho. Cualquier objeción a ese autoelogio exacerbado la descalifica tildando a los críticos, que lo único que quieren es que entre en razón, de enemigos, corruptos o parte del complot para evitarle que en aspire en 2027 a suceder a Rubén Rocha Moya en la titularidad del Ejecutivo estatal.

    Sería muy diferente si dejara de preguntarle a su espejo embustero quién es el mejor Presidente Municipal y se dedicara a cumplir con su obligación conforme lo determina la ley. Que transite del torvo político que es al gran líder que les urge tener a los mazatlecos.

    Reverso

    El esfuerzo ha sido en balde,

    Por cristalizar ese plan,

    De que sea de Mazatlán,

    ‘El Químico’ el mejor Alcalde.

    Un cedazo ciudadano

    Haya sido como haya sido el Gobernador Rubén Rocha Moya se someterá, porque él mismo lo propuso, al procedimiento que lo ratificará o le revocará el mandato que la Constitución le permite durante seis años, pero que la decisión popular determinará en 2024 si le extiende o le trunca el período de gobierno. Ayer el Congreso del Estado aprobó la reforma constitucional correspondiente, a propósito de servidores públicos que por más que sea pésimo su desempeño siguen en los cargos y crecen las consecuencias a pagar por la sociedad. Pues ya no, al fortalecerse la democracia participativa los ciudadanos podrán refrendar o remover a los políticos ineptos.