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"Observatorio"

"Separar educación y sucesión en Sinaloa"

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OBSERVATORIO
24/08/2020 17:55

    alexsicairos@hotmail.com

    Mejía López, ¿Secretario y precandidato?

    Siendo Sinaloa uno de los estados donde el Secretario de Educación Pública anda en precampaña, con mayor razón la lupa cívica se colocará sobre el sistema pedagógico durante el año lectivo que comenzó ayer. Para tener posibilidades de aparecer en la boleta de elección de Gobernador se necesita que los alumnos del sistema de enseñanza del nivel básico reporten buenos aprovechamientos en el kárdex escolar, pues de otra manera tanto el pretenso como el modelo didáctico saldrán reprobados.
    Juan Alfonso Mejía López, a diferencia de otros que levantan la mano como aspirantes al Gobierno de Sinaloa, tiene a su cargo una de las áreas más sensibles para cualquier sociedad y por ese motivo será evaluado en el semestre que inicia por la palabra empeñada de que “lo hicimos bien, ¡lo haremos mejor!” que es el slogan de guerra con el cual hace referencia a un exitoso cierre del segundo semestre del año escolar anterior y apertura del período nuevo.
    Con una aspiración que tiene el soporte particular del desempeño en la SEPyC desde que asumió el cargo en octubre de 2018, de aquí a diciembre tendrá que acreditar con honores todas las asignaturas para hacer realidad su proyecto político. En el Partido Revolucionario Institucional lo tratan como al “cerebrito” que se gana la aversión de los condiscípulos por ser el consentido del profesor, sin embargo, el PRI sabe que el coeficiente intelectual es pecata minuta en caso de verse obligado a optar por el abanderado decolorado como carta que le funcionaría en la apuesta al voto daltónico.
    Mejía había tenido la cancha para él solo en el juego sucesorio en que está. De aquí en adelante habrá más equipos que porras y los contendientes lo escrutarán en lo que haga o deje de hacer. Nada fácil el reto de alcanzar buenos resultados educativos y aparte limpiar la escuela de motivaciones políticas e injerencias inductivas de índole proselitista, porque de allí depende el avance o fracaso de la pretendida candidatura.
    Por lo pronto trae desbordada la certidumbre de que hizo las cosas correctas en la etapa de la educación sinaloense en tiempos de pandemia. Ayer, al darse el banderazo para que 865 mil alumnos retomen la enseñanza sin tener que acudir a las aulas, remarcó la frase de “Lo hicimos bien, ¡lo haremos mejor!” que suena más a speech político que a lema para referenciar la sencillez de un pueblo que enfrenta la pandemia a pesar de los descuidos del Gobierno.
    Hubo quienes percibieron que el Museo Materia se convirtió en escenario para el arranque de una campaña política, más que la apertura del ciclo escolar. Es obvio que el matiz electoral enturbie la lente por la que de hoy en adelante se le dará seguimiento al trabajo del Secretario de Educación del gobierno de Quirino Ordaz Coppel. Igual no tarda el Mandatario sinaloense en pedirles a sus colaboradores que renuncien al cargo para que se dediquen de tiempo completo a la conquista de correligionarios.
    Por lo pronto, con el complejo inicio del ciclo escolar 2020-21 comenzó paralelamente el examen al que las familias someten a los políticos en el gobierno antes de decidir si dentro de algunos meses les refrendan o les retiran la confianza, con base en la moraleja de que la educación de los hijos es sagrada y quien la entorpezca o pervierta lo pagará con votos. Arma de doble filo para los que están al frente de los sistemas públicos de aprendizaje, a los alumnos se les debe enseñar a pensar y no a decirles a sus padres por quién sufragar.
    Las aulas, esos espacios huecos en las escuelas que esta vez se suplen por el perturbador pupitre de casa, les deparan lecciones fundamentales a aquellos partidos o personajes que en el ejercicio del servicio público o en la búsqueda de cargos de representación social aun consideran que la educación es el inmejorable trampolín para entrar a las familias y seducirlas políticamente. Albricias: el efecto es a la inversa.
    La educación, entre más se fortalezca, robustece la aptitud humana para tomar decisiones correctas en todos los ámbitos de la vida. El intersticio intelectual reservado para que aloje el libre albedrío empieza a ser ocupado por el conocimiento que es el fundamento del discernimiento libre y principie la evolución de habitante autómata a ciudadano comprometido con el entorno político económico y social.
    La prioridad, ya, es tener un buen Secretario de Educación porque la formación de mejores sinaloenses es obligación de alta prioridad para el Estado. De si emerge de la SEpyC un competitivo o mal candidato, esa es harina del costal de partidos y grupos de poder y ahí se la echan los implicados. En síntesis, lo urgente tiene que ver con separar el complicado ciclo escolar de la muy embaucadora acción electorera.

    Reverso

    Forjar alumnos analíticos,
    Sin esos dilemas siniestros,
    De remedar a los políticos,
    O aprender de sus maestros.

    De buena educación

    Como en la escuela de antaño, que con reglazos y alumnos hincados en las esquinas del aula disciplinaba a los discípulos desmadrosos, por fin los mazatlecos pudieron educar al Alcalde Luis Guillermo Benítez Torres hasta lograr que ayer le ofreciera una disculpa pública a la Síndico Procuradora, Elsa Bojórquez Mascareño, víctima del acoso laboral y violencia de género proveniente de “El Químico”. Se le reconoce el valor civil y la mano extendida, aunque las orejas de burro deberían dejárselas unos días más como escarmiento a políticos que con cualquier migaja de poder pierden la buena educación.