El popote y los plásticos, los grandes enemigos de los océanos

Atarraya
08/02/2025 04:01
    Los plásticos no tienen cabida en los océanos ni en el planeta. Por años se ha advertido de los efectos negativos; sin embargo, su producción no deja de crecer.

    Hace unos meses trabajamos con niñas y niños en la colonia Guerrero, en el Centro de la Ciudad de México, construyendo un mural que retrata la importancia de los océanos y de quienes los habitan. Cuando les preguntábamos qué era lo que más afectaba a los delfines, tortugas, ballenas, caballitos y estrellas de mar, la mayoría respondía que la basura plástica, y dentro de esta, el gran ganador fue el popote.

    El popote se ha convertido en el enemigo de las tortugas y los hábitats marinos. Cuando se habla de plásticos en los océanos, la imagen que tenemos grabada es la de una tortuga con un popote en la nariz. Es un continuo recordatorio de que no estamos haciendo lo suficiente para que los popotes y plásticos no lleguen a los océanos.

    Luego de las regulaciones que prohíbieron los popotes y algunos plásticos de un solo uso en CDMX (2020), las y los habitantes usamos, vemos y pedimos cada vez menos popotes. Es positivo porque denota que cada vez hay mayor conciencia; sin embargo, la culpa no es del consumidor, sino de quienes siguen produciendo esos plásticos de un solo uso.

    Los popotes son un problema, pero no todo el problema. Se estima que 15 millones de toneladas de plástico entran a los océanos cada año, lo equivalente a tirar dos camiones de basura llenos de plástico al mar cada minuto. Esto afecta a casi un millón de especies marinas, desde los más pequeños, como el zooplancton, hasta los de mayor tamaño, como la ballena azul, ya sea porque se enredan en el plástico o lo ingieren al confundirlo con comida (1).

    Los plásticos no tienen cabida en los océanos ni en el planeta. Por años se ha advertido de los efectos negativos; sin embargo, su producción no deja de crecer. Mundialmente, la producción anual de plásticos pasó de 1.8 millones de toneladas en 1950 a 465 millones de toneladas en 2018, y solo el 9 por ciento de todos los plásticos que se han generado en la historia de la humanidad han sido reciclados.

    Si bien es importante tener una cultura de reciclaje, esto no es suficiente para tener un impacto real en la reducción de plásticos de un solo uso. Se debe de reducir, desde sus orígenes, en la producción.

    El cuidado del medio ambiente, de los océanos, es responsabilidad de todos y todas. En Ciudad de México nos hemos dado cuenta de que no necesitamos popotes, que no necesitamos bolsas de plástico, somos personas que nos adecuamos a las situaciones. Sin embargo, no es tarea solo de las y los ciudadanos y, aunque se agradece, no se trata solo de la buena voluntad de las industrias. Es necesario que las autoridades creen regulaciones que detengan los plásticos de un solo uso y que garanticen que no lleguen a los mares.

    En Oceana sabemos que para lograr grandes cambios se requieren de acciones en conjunto. Solo así podremos garantizar que los popotes de plástico no regresen y que los demás plásticos de un solo uso que contaminan la CDMX ya no existan, como el plástico que envía el comercio electrónico. Este plástico es igual de dañino que el de los popotes, y este 3 de febrero, día internacional de no usar popote, hacemos un llamado al Congreso de la Ciudad de México para regular el uso de plásticos innecesarios en los reempaquetados del comercio electrónico.

    Las autoridades, la ciudadanía y las empresas habitamos el mismo planeta, la misma ciudad. Si cada uno hace lo suyo y pone un grano de arena, podemos tener océanos saludables, abundantes, y ciudades sanas y limpias. Eliminemos todos los plásticos que dañan la salud de los océanos, de los seres humanos y del planeta.

    La autora es Nancy Gocher es Campañista Senior y Directora de Incidencia de Oceana en México

    1. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0025326X19310148?via%3Dihub