Dos poemas ultraconocidos

BUHEDERA
    Dos poemas ultraconocidos... y supuestamente ‘cursis’: ‘El brindis del Bohemio’... Mamá, soy Paquito (poema de Salvador Díaz Mirón)...
    ...Y supuestamente cursis

    El brindis del Bohemio -(versión de Manuel Bernal: 1942-2004) https://duckduckgo.com/?q=el+brindis+del+bohemio+por+manuel+bernal&atb=v98-1&iax=videos&ia=videos&iai=https%3A%2F%2Fwww.youtube.com%2Fwatch%3Fv%3DlTlhr1X2hPw

    Mamá, soy Paquito

    Poemas de Salvador Díaz Mirón

    Cubierto de jiras,

    al ábrego hirsutas

    al par que las mechas

    crecidas y rubias,

    el pobre chiquillo

    se postra en la tumba,

    y en voz de sollozos

    revienta y murmura:

    “Mamá, soy Paquito;

    no haré travesuras”.

    Y un cielo impasible

    despliega su curva.

    “¡Que bien que me acuerdo!

    ¡La tarde de lluvia;

    las velas grandotas

    que olían a curas;

    y tú en aquel catre

    tan tiesa, tan muda,

    tan fría, tan seria,

    y así tan rechula!

    “Mamá, soy Paquito;

    no haré travesuras”.

    Y un cielo impasible

    despliega su curva.

    Buscando comida,

    revuelvo basura.

    Si pido limosna,

    la gente me insulta,

    me agarra la oreja,

    me dice granuja,

    y escapo con miedo

    de que haya denuncia.

    “Mamá, soy Paquito;

    no haré travesuras”.

    Y un cielo impasible

    despliega su curva.

    Los otros muchachos

    se ríen, se burlan,

    se meten conmigo,

    y a poco me acusan

    de pleito al gendarme

    que viene a la bulla;

    y todo, porque ando

    con tiras y sucias.

    “Mamá, soy Paquito;

    no haré travesuras”.

    Y un cielo impasible

    despliega su curva.

    Me acuesto en rincones

    solito y a oscuras.

    De noche, ya sabes,

    los ruidos me asustan.

    Los perros divisan

    espantos y aúllan.

    Las ratas me muerden,

    las piedras me punzan...

    “Mamá, soy Paquito;

    no haré travesuras”.

    Y un cielo impasible

    despliega su curva.

    Papá no me quiere.

    Está donde juzga

    y riñe a los hombres

    que tienen la culpa.

    Si voy a buscarlo,

    él bota la pluma,

    se pone muy bravo,

    me ofrece una tunda.

    “Mamá, soy Paquito;

    no haré travesuras”.

    Y un cielo impasible

    despliega su curva.