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“No hay hombres al cual, cuando fallece, no tenga a alguien que se alegre por su desgracia, por más que haya sido un hombre de bien y sabio”. Marco Aurelio.
¿Transgénico?
Una amiga pregunta: “Lo de Regeneron (el coctel que supuestamente le dieron a Trump para curarlo del virus) suena como transgénico también, ¿no? Eso de ‘anticuerpos monoclonados’ me suena curioso”.
Consulto el asunto y me sale esto:
https://www.youtube.com/watch?v=Zw1r5dZmkm4&list=TLPQMTExMDIwMjDLVTRbw_UiRw&index=1
Ver sobre todo del minuto 11 al 14. La fuente es la polémica CNN, y la respuesta del doctor entrevistado me deja un cúmulo de dudas: ¿Fusionar una célula cancerosa con un linfocito? ¿Y el doctor dice que hay medicamentos creados así desde 1975 contra enfermedades como el lupus? Gulp.
Guitarrera
Descubrí la expresión en el ameno podcast “De todo un mucho” que tienen Yordi Rosado y Martha Higareda. Como oootros 100 mil trillones de datos, yo ignoraba esta expresión. Se refiere a la masturbación femenina y alude al movimiento rápido y rítmico de la mano al rasguear una guitarra (tipo flamenco o jarana, entiendo). Ver técnica del rasgueo de guitarra: https://duckduckgo.com/?q=rasguear&atb=v98-1&iax=videos&ia=videos&iai=https%3A%2F%2Fwww.youtube.com%2Fwatch%3Fv%3DgjxuiFiUIQA
El mar
Esta canción, en esta versión de Ray Conniff, era obligada en todas las tardeadas del Mahatlán en mi adolescencia de 1963 a 1965. Esta canción (original de Charles Trenet en 1945), en esta exacta versión de 1961, la bailé ene veces entonces. Varios y varias compañeros de esa época, ya murieron. https://duckduckgo.com/?q=youtube+ray+coniff+la+mer&atb=v98-1&iax=videos&ia=videos&iai=https%3A%2F%2Fwww.youtube.com%2Fwatch%3Fv%3DztvEczjodbsç
Tartessos
Fue el primer imperio ibérico conocido por nosotros (huelga decir que es otro de los enemil datos que yo ignoraba), que existió 24 siglos antes del gran imperio español de Felipe II. Ver:
https://www.youtube.com/watch?v=UIpMsTFa0_0
Wikipedia: “Tartessoso Tartéside (en griego antiguo, Tártēssos, en latín, Tartessus) es el nombre por el que los griegos conocían a la que creyeron primera civilización de Occidente. Posible heredera del Bronce final atlántico, se desarrolló en el triángulo formado por las actuales provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, en la costa suroeste de la península ibérica, así como en la de Badajoz durante el Bronce tardío y la primera Edad del Hierro. Se presume que tuvo por eje el río Tartessos, que pudo ser el que los romanos llamaron luego Betis (antes Oleum flumen = río de aceite) y los árabes Guadalquivir (del árabe al-wādi al-kabīr, que significa ‘El Río (o el Torrente) grande’). Sin embargo, hay autores que la sitúan en la confluencia de las bocas del Odiel con el Tinto (ría de Huelva), puesto que bajo la propia ciudad onubense es sabido que se hallan sepultados importantes restos. También se ha situado el núcleo del país tarteso en torno al río Berbate (Porlan, 2015).
“Tartesos influyó sobre las tierras del interior y el Algarve portugués. Los tartesios desarrollaron presumiblemente una lengua y escritura distinta a la de los pueblos vecinos y, en su fase final, tuvieron influencias culturales de egipcios y fenicios.
“La primera fuente histórica que alude a Tartessos se halla en la obra de Hecateo, en el siglo VI antes de Cristo, quien fue considerado por los autores antiguos como un logógrafo, término que definía a los historiadores antes de los tiempos de Heródoto y Tucídides. Hecateo menciona varias ciudades tartésicas, mientras que Heródoto (la siguiente fuente relevante) habla del rey Argantonio (que se cree significaría El hombre o señor de la plata) que gobernó más de 100 años y de su incontable riqueza, sabiduría y generosidad. Una más tardía data del siglo IV después de Cristo, del escritor romano Rufo Festo Avieno, que escribió una obra titulada Ora maritima, poema en el que se describen las costas mediterráneas. De esta obra Avieno dijo que era un ‘periplo’, es decir, un viaje de navegación costera realizado por un marino griego o cartaginés, en el que partiendo de las costas de Britannia o de Cornualles (Inglaterra) llegó hasta Massalia (actual Marsella). Como resultado de aquel viaje se narran los lugares visitados por el desconocido marino, que proporciona las noticias más antiguas sobre la península ibérica.