Desconcierto

LA TAREA NUNCA ACABA
juanalfonso@uas.edu.mx / @juanalfonsoML
Morena no tenía a nadie enfrente. A la oposición le faltaba creatividad y disposición. Mientras repetía los mismos argumentos del pasado, las mismas caras y estilo de hacer política que llevaron a López Obrador a la presidencia de la República, los grupos en los partidos resguardaban sus parcelas de poder. Los mismo en el PRI, PAN y PRD, tanto como en Movimiento Ciudadano. La irrupción del fenómeno Xóchitl Gálvez está cambiando las coordenadas para todos.

La política mexicana está de fiesta. Hasta hace quince días todo era un día de campo para el partido oficialista. La oposición logró ganar la agenda pública, lo que no lograba en cinco años. Primero fue el método del Frente Amplio Opositor (FAO) y luego los “xochitlovers”, dos fenómenos imprevistos irrumpieron en escena y los cálculos se modificaron. La reserva democrática de las y los mexicanos le regresó la incertidumbre al resultado electoral. Ahora hay que cuidar la certeza del debido proceso durante los próximos diez meses. NO es tarea fácil.

Morena no tenía a nadie enfrente. A la oposición le faltaba creatividad y disposición. Mientras repetía los mismos argumentos del pasado, las mismas caras y estilo de hacer política que llevaron a López Obrador a la presidencia de la República, los grupos en los partidos resguardaban sus parcelas de poder. Los mismo en el PRI, PAN y PRD, tanto como en Movimiento Ciudadano. La irrupción del fenómeno Xóchitl Gálvez está cambiando las coordenadas para todos.

La hidalguense no es la candidata predilecta de las burocracias partidistas. Santiago Creel es para el PAN lo que Beatriz Paredes es para el PRI o, incluso, Enrique de la Madrid. Con mayor o menor afinidad, pero estos tres políticos de larga tradición aparecen más cercanos de los grupos políticos de Marko Cortés y de “Alito” Moreno. Es decir, la Senadora Gálvez es una “outsider”, su victoria al interior del proceso del FAO sería calificada como una victoria ciudadana. Este es justo el dilema del Frente. ¿Y si no ganara?

Durante años la oposición se vio impedida de instalar una narrativa exitosa frente al régimen de la cuarta transformación. Aparece finalmente una aspirante que rebasa los límites de las militancias partidistas y le roba al Presidente su trillada confrontación de “los ricos contra los pobres”. No pertenece a las camarillas del poder empresariales, cree en la educación como medio de superación para dejar la pobreza y tiene una historia de superación que contarle a México. Las y las políticos tradicionales son en gran parte responsables, justa o injustamente, de tener a la oposición “en el sótano”, ¿por qué habría de cambiar si abanderaran una candidatura?

El escenario cambió para el Frente Amplio Opositor, aunque no menos para Movimiento Ciudadano. La eventual candidatura de “una outsider” que conecta con el electorado clasemediero, jóvenes y mujeres, con una agenda progresista de derechos similar a la de MC, le complica a Dante Delgado la decisión de mantenerse fuera de la alianza. De llegar a convertirse en la Coordinadora del Frente, la presión recaería sobre el llamado partido de “la tercera opción”. Siempre podría mantenerse al margen, pero ahora con un costo social y electoral muy alto para su partido. Dante corre el riesgo de ser visto como “Alito” Moreno, de querer mantener una franquicia para sí mismo; mientras el Frente jugaba a “lo mismo”, tenía margen, hoy no. Todo es cuestión de tiempos.

Adicionalmente, MC enfrenta una confrontación tradicional entre los dirigentes partidistas del centro de la República y sus liderazgos locales. Enrique Alfaro, Gobernador de Jalisco, declinó sus aspiraciones presidenciales. En un mensaje inteligente, aprovecha para presionar a Dante para sumarse al Frente, lo que le da margen de negociación en la otra sucesión que le interesa, la suya. El Gobernador de Jalisco no ve a Pablo Lemus, Alcalde de Guadalajara como su sucesor, sino a su amigo, el Senador Clemente Castañeda. Lo mismo Samuel García, quien hace un guiño a su dirigente nacional y asegura que con el PRI, “ni a la esquina”. En realidad, le ocupa un acuerdo en el que sea él quien decida su sucesor (a), y no se imponga ninguna figura, como la de Luis Donaldo Colosio en un futuro.

La irrupción de Xóchitl regresó al escenario a los partidos del Frente, colocó frente a la pared a la llamada “tercera vía” y ahora tiene al Presidente frente a un dilema. En un escenario competido, ¿Claudia Sheinbaum, sí va? Dicho de otra forma, ¿qué es más importante, Claudia o “su legado” cuatroteísta?

Dejemos de lado su calificación como gobernante, como candidata es pésima. ¿Se arriesgará el Presidente a no jugar con lo mejor que tiene? La tensión se siente en medio del proceso ilegal de Morena. Marcelo Ebrard ya amenazó con dejar el partido “si manipulan la encuesta”. Algunos ingenuos todavía lo ven en MC, con su amigo Dante, pero esa opción se quemó con el entusiasmo de la clase media y Xóchitl. A Adán Augusto ya lo soltaron desde Presidencia, está defenestrado. Sus relojes, sus excesos, no suman a la contienda. Monreal, ¿será acaso que veremos un caballo negro?

Aún quedan diez meses para la elección. El trabajo de los “xochitlovers” es ganar. Si lo hacen, obligarán a todos los actores a reconsiderar sus posiciones. Lo más interesante es que la opción sí la pueden tener los ciudadanos en sus manos, no los políticos ni los partidos.

Que así sea.