@_martinmoreno
SinEmbargo.MX
En política, lo que cuenta son los resultados. Y en economía, con López Obrador ha sido un sexenio perdido.
Sin crecimiento económico desde 2019 -antes de la pandemia, para que no salgan con su cantaleta hueca de echarle la culpa al coronavirus-, el gobierno de AMLO ya mostraba su fracaso. Y durante 2020, 2021 y 2022, la tendencia fue la misma: un país sin capacidad de crecer en su economía.
Y no es opinión. No. Son las cifras irrebatibles y rotundas las que hablan:
Sexenio de López Obrador: crecimiento -es un decir- del 0.3 por ciento anual promedio. (Fuente: Banco de México. Reforma. Azucena Vásquez. 21/Diciembre/2022).
Sexenio con Carlos Salinas de Gortari: crecimiento del 4 por ciento anual.
Sexenio con Ernesto Zedillo: crecimiento del 3.2 por ciento anual.
Sexenio con Vicente Fox: crecimiento del 1.9 por ciento anual.
Sexenio con Felipe Calderón: crecimiento del 1.7 por ciento anual.
Sexenio con Enrique Peña Nieto: crecimiento del 2.4 por ciento anual.
Los neoliberales hacen pedazos a López Obrador en crecimiento económico. Lo apabullan con los números. Lo hacen pomada. ¡Vamos, hasta Peña Nieto derrota al tabasqueño!
Allí están las cifras. ¿Quién las desmiente?
¡Es la economía, estúpidos!, reza la clintoniana frase.
Y en economía, AMLO es un fracaso.
¿Cuáles fueron las razones por las cuales López Obrador semidestruyó a la economía mexicana, provocando cero crecimiento sexenal?
Las principales, entre otras, son:
Haber cancelado, a tontas y a locas, el Aeropuerto de Texcoco. Fue un acto financiero-social criminal que sembró la desconfianza entre inversionistas para con el gobierno de López Obrador. Daño irreversible.
Clausurar las rondas de proyectos petroleros con inversión nacional y extranjera.
Desconocer los convenios en materia energética con otros países.
Terminar con los apoyos crediticios para las micro, pequeñas y medianas empresas.
Abandonar a las empresas durante la pandemia, provocando el cierre de un millón de negocios y dejando sin empleo a 9 millones de mexicanos. Sí: AMLO es un miserable.
“Además, durante 2020 no se implementó una política fiscal de apoyos, como aplazamiento del pago de impuestos para que las empresas pudieran sortear la crisis generada por la pandemia, lo que provocó una caída del PIB”, advirtió la directora de Análisis Económico de Banco Base, Gabriela Siller.
A todo ello, habrá que sumarle las políticas socializantes de López Obrador que han sido un fiasco: estatizar la actividad económica desplazando a la inversión privada, enviar mensajes de inestabilidad para los capitales tanto nacionales como extranjeros, y no otorgar seguridad a los inversionistas, fueron el tiro de gracia para la economía mexicana.
Pero estas calamidades no le importan a López Obrador. Sus chifladuras solamente se centran en sus tres armatostes: la Base Militar Aérea de Santa Lucía, la Refinería Dos Bocas y el Tren Maya, que se han convertido en un barril financiero sin fondo que ha llevado a la quiebra a las finanzas nacionales. Obras tan inviables como onerosas. Tan caprichosas como inútiles. Y eso, algún día, AMLO lo deberá pagar.
¿Y qué le espera a México durante los 22 meses que restan del desastroso régimen de López Obrador?
“Los especialistas consultados para la encuesta de expectativas de Banxico consideran que los tres principales factores que podrían obstaculizar el crecimiento económico son la gobernanza, la inflación y las condiciones externas. A nivel particular destacan los problemas de inseguridad pública”, vaticina la información referida del diario Reforma.
Sexenio perdido en economía con López Obrador en la Presidencia.
México ya no aguantaría otro sexenio con la 4T. Sería Venezuela.
Hay que frenarlos al precio que sea.
ABRAZO DE AÑO NUEVO. A pesar del desastre de país que nos están dejando López Obrador y la 4T, en nuestras manos está que el odio propalado a diario desde Palacio Nacional no sea superior a nuestra esperanza y fuerza democrática para tener un mejor país en 2023. En nosotros está. ¡Felicidades por el Año Nuevo!