Sin voluntad política o sin coordinación basada en inteligencia institucional y ciudadana, no existe la seguridad pública.

    En beneficio de la ciudadanía todos los actores partidistas, económicos, gubernamentales, tienen a su alcance contribuir con la profundización y extensión de los avances registrados en la capital nacional, los mejores de las principales entidades condenadas por su densidad demográfica.

    Tres indicadores permiten evaluar los resultados en el combate a la delincuencia: el homicidio doloso y los robos de vehículo con y sin violencia. Y en esos casos, la tendencia en la CdMx es a la baja.

    En ninguno de esos delitos existe cifra negra significativa. Todos, por una u otra razón, son denunciados. Por tanto, son una forma metódica y acertada de evaluar el proceso de construcción de entornos seguros y libres de violencia.

    El homicidio doloso implica la intención y planeación de quitar la vida a otra persona. En las políticas en seguridad pública de otras administraciones se consideraba que este tipo de crímenes no se podían prevenir, por estar sujetos a los propósitos de las personas que los cometen, sobre los que no había control ni influencia.

    Esa lógica y la recurrente negativa a admitir la presencia en la capital nacional de grupos del crimen organizado favoreció una escalada en los asesinatos a partir del año 2015 cuando se tenía una tasa de 8.81 homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes. Para el año siguiente la tasa fue de 10.01, en el 2017 subió a 11.58 y en el 2018 fue de 15.12.

    La tendencia al aumento se detuvo en 2019, año en que se registraron 15.79 homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes. Y a partir de entonces comenzó un proceso de disminución.

    El análisis DISÍ del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, revela que, durante la administración de Claudia Sheinbaum, este delito presenta una reducción del 35 por ciento este año comparado con 2019.

    Entre las seis entidades más pobladas del país, la capital nacional es la que registra la menor tasa en homicidios dolosos, con 10.28. Puebla presenta 11.76, Veracruz 13.11, Estado de México 13.23, Jalisco 22.03 y Guanajuato 45.65.

    El querer ser una ciudad segura demanda un compromiso para alcanzar el ser una ciudad segura. El homicidio doloso sí se puede prevenir y disminuir.

    Dos factores han sido centrales en ese proceso en la capital nacional. Por un lado, la capacitación e inteligencia policial para la investigación, persecución y detención de objetivos prioritarios generadores de violencia.

    Por el otro, el impulso a programas sociales como los PILARES o Sí al Desarme Sí a la Paz -en el que participa de manera activa el Consejo Ciudadano-, que han permitido construir una ciudadanía participativa, solidaria y que cada vez se aleja más de los medios violentos para la resolución de conflictos.