Asipona ‘regaló El Faro’ al empresario Amado Guzmán, por 7 mil pesos al mes

    Es una afrenta muy grave a los mazatlecos y a sus autoridades legalmente constituidas, y por eso la sociedad civil ya se organizó en un colectivo en defensa del Faro, con acciones que incluyen la batalla en la calle y en los tribunales.

    Este es un llamado a denunciar la gestión de Asipona en Mazatlán, y a tomar la ciudad que nos pertenece.

    En los últimos meses la empresa paraestatal a cargo del Contraalmirante Mariel Aquileo Ancona ha otorgado concesiones irregulares y poco transparentes.

    Están entregando permisos para el desarrollo de proyectos turísticos, en zonas que la población utiliza como lugares públicos.

    A Mazatlán todavía le falta incrementar sus activos de uso colectivo. Tanto el Faro, como la Isla de la Piedra, son espacios que ameritan una fuerte inversión pública.

    Ahí se pueden poner en marcha proyectos que armonicen la conservación del ecosistema, con la cultura, el arte, la ciencia y la contemplación. Poner la arquitectura, el ingenio y la imaginación al servicio de la gente. Cualquier cosa es mejor que una tirolesa.

    Pero manejan el tema como si no hubiera alternativa para hacer más atractiva la ciudad para los turistas. En el mundo hay muchos ejemplos de jardines botánicos que son al mismo tiempo museos al aire libre y observatorios del cielo y la naturaleza.

    Su diseño, construcción y administración adopta diversas modalidades, que van desde la participación público-privada, hasta proyectos en los que el Gobierno se hace cargo de la inversión y el mantenimiento .

    Lo trascendental, sin embargo, es la búsqueda por hacer que los espacios sean de utilidad a las necesidades de la ciudadanía. En este caso, lo que los mazatlecos requieren es compensar la pérdida del espacio público debido a la turistificación y la gentrificación.

    En vez de apuntar hacia allá, la autoridad federal, mediante Asipona, contribuye a agravar el problema concesionando los lugares más emblemáticos de Mazatlán, para que particulares lucren con ellos de forma indiscriminada.

    Todavía más grave, lo hacen mediante negociaciones a escondidas, como hampones, tratos entre camaradas, aprovechando que es un territorio administrado por la Federación, para favorecer iniciativas que no benefician a nadie, más que a sus bolsillos.

    Asipona actúa de manera abusiva y por fuera de la naturaleza jurídica de sus facultades. Su finalidad es administrar la operación comercial de la zona portuaria. Nada tiene que hacer otorgando permisos para desarrollos turísticos.

    Mediante su Director General, firmaron un contrato con la Operadora Turística Observatorio 1873 S. A de C. V., del empresario Amado Guzmán, para permitir la instalación de una tirolesa en el cerro del Crestón.

    El contrato permite a la empresa utilizar parte del cerro hasta por 20 años, a cambio de una renta de apenas 84 mil pesos anuales, o lo que es igual, 7 mil pesos al mes.

    Aunque el rechazo de la ciudadanía ni siquiera es por la burla de los 84 mil pesos. Bien pudieron ser 8 millones, y la indignación hubiera sido la misma.

    La molestia es por la falta de transparencia y socialización del proyecto. El Contraalmirante Ancona de la Secretaría de Marina piensa que puede disponer de un espacio tan significativo para los mazatlecos, sin consultarles su parecer.

    Este es un problema que se ha agravado con la militarización de funciones públicas que no tienen nada que ver con la seguridad. A los militares nunca les ha parecido bien rendir cuentas, apenas a sus superiores.

    Atinadamente el Alcalde Edgar Gonzalez ha buscado oponerse y detener la obra. Asegura que el Ayuntamiento no otorgó permiso y por lo mismo se aprestaron a suspender los trabajos, aunque sin éxito porque la empresa inmediatamente quitó los sellos de clausura. Se dice que hasta demandaron al Municipio por allanamiento. De ese nivel es la prepotencia.

    Esto es una afrenta muy grave a los mazatlecos y a sus autoridades legalmente constituidas, y por eso la sociedad civil ya se organizó en un colectivo en defensa del Faro, con acciones que incluyen la batalla en la calle y en los tribunales.

    Ahora solo falta que todos los políticos que aspiran a la Alcaldía se pronuncien y se sumen a la ciudadanía para frenar los abusos que comete Asipona amparada en que es una dependencia federal. Administrar la ciudad no solo es pavimentar calles.

    Quien pretenda ocupar la Presidencia Municipal debe mostrar sin titubeos que está dispuesto a enfrentar a los grupos de poder que en Mazatlán se han acostumbrado a tomar los espacios de la ciudad como su principal fuente de negocio.

    Implicaciones ambientales y culturales

    Interesante la postura del colectivo ciudadano en defensa del Cerro del Crestón. Aseguran que el proyecto de la tirolesa conlleva la destrucción de un espacio natural que representa valores culturales, simbólicos y emotivos para los mazatlecos. El cerro del Crestón, donde se ubica el Faro, es un símbolo de identidad popular; pero además, es un ecosistema con un delicado y complejo tejido de la trama de la vida.

    Acciones colectivas

    Además de las demandas de amparo que ya se presentaron para contener el proyecto, el colectivo realizará un mitin al pie del Faro, este sábado 4 de mayo, a las 8 de la mañana. Se invita a toda la ciudadanía para que participe.

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    jorge.ibarram@uas.edu.mx

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