ARHE-Benítez, un cuento con final feliz. Arreglo de fábula bajo lámparas oscuras

OBSERVATORIO
    Qué casualidad que el arreglo, el cual a Benítez Torres lo ‘llenó de gusto’, ocurre en plena efervescencia de la crisis política en que se encuentra el Alcalde al investigarle la Auditoría Superior del Estado el manejo irregular de recursos públicos porque asignó de manera directa, sin licitación de por medio, el contrato de compra-venta de lámparas para el alumbrado público de Mazatlán, por 400 millones de pesos.

    Con uno de esos finales felices que ya ni los cuentos de hadas los tienen, el 6 de junio el presidente del Grupo ARHE, Juan José Arellano Hernández, le envió un oficio al Alcalde de Mazatlán, Luis Guillermo Benítez Torres, para notificarle que la empresa desistió del cobro de 111 millones de pesos por intereses y gastos en el caso Nafta Lubricantes, el extraño cargo extra después de que en marzo se le terminó de pagar a dicha firma los 141 millones de pesos del litigio original. ¿Realmente ocurrió así esto que “El Químico” presumió como fruto de sus buenas relaciones?

    Por donde se le busque, y por más que el corolario se parezca a aquellos donde las fuerzas del mal siempre terminan abatidas por las legiones del bien, se ve descabellado que el consorcio de los Arellano Hernández decidiera ir más allá de haber logrado que el Gobierno mazatleco le cediera cuatro predios propiedad del municipio, valuados en 96 millones de pesos y 39 millones de pesos pagados en 13 abonos.

    Qué casualidad que el arreglo, el cual a Benítez Torres lo “llenó de gusto”, ocurre en plena efervescencia de la crisis política en que se encuentra el Alcalde al investigarle la Auditoría Superior del Estado el manejo irregular de recursos públicos porque asignó de manera directa, sin licitación de por medio, el contrato de compra-venta de lámparas para el alumbrado público de Mazatlán, por 400 millones de pesos.

    El Grupo ARHE sale con este acuerdo maravilloso cuando todos los signos de interrogación derivados del juicio político que destituyó al Alcalde de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, apuntan ahora hacia Benítez Torres, el que la opinión pública considera el siguiente a someterse al procedimiento reparador de la gobernabilidad en los municipios que la 64 Legislatura del Congreso del Estado instaura sin la posibilidad de reversa.

    Con la atención y la conversación atisbándolo, “El Químico” intenta maniobras de salvamento político al estilo Estrada, que en vez de rescatarlo lo hunden más. “Aprovechando las buenas relaciones que tenemos con el empresario Juan José Arellano Hernández se logró que Nafta se desista, y esto lo subrayo y lo digo fuerte, se desiste del cobro de los 111 millones de pesos de intereses que era lo cuantificado en el Juzgado... lograr que un empresario se desista a mí me llena de gusto porque finalmente los teníamos que pagar y eso nos va permitir hacer muchas cosas en la ciudad”, dijo.

    Pero hay otra cláusula que Benítez deberá atender antes de cerrar por completo el expediente Nafta Lubricantes. Juan José Arellano le dedica un buen espacio a la carta desistimiento para reclamar “respeto y consideración por los diferentes servidores públicos que conforman la administración pública”. Dice que ese funcionario, cuyo nombre no da, “ha vulnerado sistemáticamente ese respeto, incumpliendo con la obligación de conducirse de manera proba hacia los ciudadanos, puesto que de forma maliciosa ha expuesto públicamente al Grupo con afirmaciones falsas y tendenciosas”.

    Y Grupo ARHE acude de nuevo a su ya conocida advertencia de “ejercer cualquier acción legal” después de insistirle al Alcalde de Mazatlán que “analice y cuestione la actitud la actitud irregular por parte de un integrante de su equipo de trabajo y actúe en consecuencia, refiriéndose al parecer a Edgar González Zataráin, Secretario del Ayuntamiento, quien a raíz del cobro de los 111 millones de pesos por intereses cuestionó la amistad que pudiera existir entre el Alcalde Benítez y la firma ARHE.

    “Vamos a defender (al Ayuntamiento) a como dé lugar porque para empezar no hay condiciones, y aunque hubiera condiciones, es injusto, y es abuso, la verdad es un abuso”, declaró a finales de mayo el segundo hombre más importante de la estructura del gobierno mazatleco. “Pues qué bueno que son amigos, si no imagínate”, dijo González Zataráin refiriéndose a la relación que contra viento y marea tiene y defiende Benítez Torres con los Arellano Hernández.

    Al final, le ofrende o no la renuncia del funcionario que el Grupo ARHE le pide, el Alcalde de Mazatlán recibe uno de esos flotadores políticos que vienen como anillo al dedo cuando las aguas bravas del poder llegan al cuello de aquellos que acuden a padrinazgos que un día son salvavidas y al siguiente las pesadas lozas que precipitan los hundimientos.

    Haya sido como haya sido el arreglo con ARHE, circunstancial o prefabricado, el perdón del pago de 111 millones de pesos por intereses y gastos del juicio de Nafta contra el Ayuntamiento lo utilizó “El Químico” como salvoconducto frente al caso de alto impacto que se le viene encima: probables prácticas de corrupción en las luminarias oscuras donde todo indica que la ASE obligará a limpiar el proceso de asignación del contrato.

    Reverso

    Ni Pinocho y su nariz,

    O Cenicienta con su zapato,

    Tuvieron final tan feliz,

    Como Benítez en este trato.

    A ponerse truchas

    Qué más claro debe decirse que como lo expuso en la semanera de ayer el Gobernador Rubén Rocha Moya al llamar a los alcaldes y servidores públicos, incluyéndose él mismo, a “ponernos truchas todos los que estamos en esto” porque puede ocurrir lo mismo que le sucedió a Estrada Ferreiro en Culiacán. Al negar que se trate de persecuciones políticas e insistir en el apego a la triada moral de la Cuarta Transformación de no mentir, no robar y no traicionar, remarcó que quien maneje mal los recursos públicos, cometa errores o no aplique la ley en sus compras, está expuesto a investigaciones y acciones similares.