Anzuelos y carnadas de Paola Gárate
Seducir a la UAS para cautivar al PAS
Más que un acto de generosa solidaridad con la Universidad Autónoma de Sinaloa, se trata de un guiño al Partido Sinaloense la postura de la dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional, Paola Gárate Valenzuela, al considerar que los juicios que enfrentan funcionarios de la institución educativa por abuso de autoridad y uso indebido de recursos públicos son “vil venganza política” del Gobernador Rubén Rocha Moya. De vuelta la apuesta al oportunismo irreflexivo, el PRI pretende seducir a otras siglas creyéndose todavía electoralmente atractivo.
Tal vez Paola Gárate conoce al dedillo las carpetas de investigación en las cuales la Fiscalía General del Estado soporta las acusaciones contra el Rector Jesús Madueña Molina, el ex Rector Juan Eulogio Guerra Liera, el ex abogado general y ahora Secretario General Robespierre Lizárraga, e integrantes del Comité de Compras anterior y actual, para resolver que no hay delitos a castigar y reducirlo todo al argumento de la utilización de la estructura gubernamental para atropellar a la Universidad. Ojalá y esto fuera ese paraíso de Universidad transparente, libre de grilletes y santuario de garantías, derechos y leyes respetadas.
Ella incurre en lo mismo que acusa a otros al adelantarse a lo que determine el Juez, pues de antemano anula las indagatorias del Ministerio Público y establece la persecución política como el fondo de la causa penal. Detrás de la defensa que hace de los indiciados, que son los que están en el banquillo de la justicia, no la UAS, lanza un suculento señuelo apostándole a que el partido de Héctor Melesio Cuén Ojeda engullirá la carnada sin revisar antes de qué tipo de gusanos se compone el bocado.
Entonces Paola Gárate lanza a la opinión pública el desafío de descifrar el crucigrama futurista de si al Partido Sinaloense le conviene aliarse con el PRI cuyo desprestigio significa un lastre en lugar de una balsa de salvación, o a la inversa, al Revolucionario Institucional le resulta benéfica la terquedad de jalar al PAS a la alianza Frente Amplio por México en momentos en que los electores aborrecen las confabulaciones mafiosas que prometen combate a la corrupción y al mismo tiempo la solapan.
Pero no es tan sencillo como la seducción que vía defensa de la UAS intenta Paola Gárate con el PAS, pues Cuén Ojeda debe tomar sus propias previsiones ante la eventual derrota que sufra el bloque de partidos PRI-PAN-PRD. Podría jugársela con la Oposición a sabiendas de que otra vez será traicionado o mantener la apuesta con Adán Augusto López Hernández, coordinador de la campaña de la morenista Claudia Sheinbaum, quien será un hombre poderoso si es que se logra la continuidad de la llamada Cuarta Transformación.
Cuando Cuén Ojeda pospone el esclarecimiento de si el PAS irá solo en la elección constitucional de 2024, o bien participa en alianza y con cuál coalición, acude al instinto de aquel que hasta al jocoque le sopla después de que con leche se quema. A cada rato se dice traicionado y así como ahora les ofrece disculpas a los ciudadanos porque “nos equivocamos por haber sido partícipes durante el pasado proceso electoral, con el cual impulsamos y apoyamos la candidatura a la Gubernatura de Rubén Rocha Moya”, en un año estaría pidiendo perdón en caso de atender el gesto insinuante de Gárate y decide ir mancuerna con el desacreditado PRI.
Igual que Rocha aceptó el acompañamiento del PAS que el dirigente de Morena, Mario Delgado, creyó necesario para ganar la elección de 2021, hoy Paola Gárate realiza cálculos en el sentido de que entre más partidos vayan juntos son mayores posibilidades de triunfos y acude al viejo esquema utilitario con la etiqueta visible de “úsese y tírese”. Realmente le preocupa poco la condición de enjuiciados en que están algunos cuadros directivos de la UAS; lo que hace es meter hilo para sacar hebra al confeccionar el tejido fascinante que deslumbre al PAS.
En lo que toca al PRI debiera definirse si la defensa de los funcionarios universitarios sujetos a dos vinculaciones a proceso es a título particularísimo de la dirigente del tricolor o se trata de una cuestión consensuada con los liderazgos panistas y perredistas, acudiendo a la táctica de tomar en sus manos brasas ardientes como acto de faquirismo político que sí son espectaculares pero poco efectivos respecto a los fines buscados. Ni más ni menos el subterfugio propio del criminal que para expiar sus culpas en prisión se aferra a la certeza de que afuera hay gente peor.
Y de esto se verá bastante en las semanas que le quedan al 2023, porque en cada elección crece el reto a la capacidad de asombro de los sufragantes y aumentan también los motivos para la abstención. Volveremos a atestiguar a partidos vendiéndose al mejor postor en la puja que no repara en las máculas porque si éstas fueran contrastadas sería complicado definir qué sigla atrae a más perfiles patibularios. Bienvenidos de nuevo; ya entramos a la fase donde las convicciones, pactos, palabras y lealtades son de hule.
Dirá en su defensa Paola,
Si es que la seducción procede,
Que una cosa es darles piola,
Y otra que alguien se enrede.
De tan corta memoria frente al modo atrabiliario con el que gobernó a Culiacán Jesús Estrada Ferreiro del 1 de noviembre de 2018 al 10 de junio de 2022, algunos de los que entonces lo criticaron o lo padecieron festejan ahora el proyecto de resolución que discutirá este día la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación disponiendo que sea reinstalado en el cargo al ex Alcalde que enfrenta procedimientos penales por delitos cometidos. ¿La justicia operando el absurdo de que despache como Presidente Municipal y desde allí se defienda del juicio que está por iniciar en su contra, utilizando recursos públicos?
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