Aguas con el agua: el recurso más esencial se vuelve más escaso

    Desde el inicio de los tiempos, la humanidad ha entrado en conflicto por el control de distintos recursos valiosos. Desde los conquistadores que predicaban la palabra del Señor en búsqueda de oro, hasta los gringos que impulsaban la democracia en naciones ricas en petróleo

    El conflicto internacional siempre es por algún recurso valioso, el monóxido de dihidrógeno (H2O) es uno de ellos. El agua es el compuesto más versátil del planeta.

    El agua es un material transparente, insípido, e inodoro, y es comúnmente utilizado como solvente industrial, refrigerante en plantas nucleares, y diluente de pesticidas. Además, acelera la corrosión y oxidación de distintos metales. Asimismo, es utilizado como aditivo en comida chatarra y bebidas embotelladas. También es el principal constituyente de los ríos, lagos, y océanos de la Tierra.

    El planeta Tierra es único por una razón extremadamente rara, porque tiene vida y esto es gracias al agua. De ahí su apodo “el planeta azul”.

    Cuando pensamos en un recurso limitado y valioso, lo primero que se nos viene a la mente es el petróleo. Como recurso no renovable, la posibilidad de consumir todas las reservas de petróleo es una realidad muy tangible en el futuro cercano. Sin embargo, cuando hablamos del agua, resulta inverosímil pensar que es un recurso no renovable. Más aún, cuando el agua cubre el 70 por ciento de la superficie terrestre.

    El 96.5 por ciento del agua se encuentra en los mares y océanos, 1.7 por ciento en el subterráneo, y 1.7 por ciento en forma de hielo (Antártida y Groenlandia).

    De toda el agua disponible en la Tierra, sólo el 2.5 por ciento es agua fresca; de esta, el 98.8 por ciento se encuentra en forma de hielo y menos del 0.3 por ciento se encuentra en ríos, lagos, y en la atmósfera. Aproximadamente el 70 por ciento del agua fresca es utilizada para la agricultura.

    El cuerpo humano consiste de aproximadamente 60-80 por ciento agua, dependiendo del tamaño corporal. Para funcionar óptimamente, el cuerpo requiere entre 1-7 litros de agua al día para evitar la deshidratación (dependiendo del nivel de actividad física, temperatura, humedad, etc.).

    Actualmente, una de cada 9 personas no tiene acceso a agua potable. Más personas poseen un teléfono celular que acceso a agua segura para su consumo. A pesar de los avances en ingeniería y de que el acceso al agua potable ha mejorado en muchas partes del mundo, 2.5 billones de personas carecen de acceso a agua limpia.

    Se estima que para el año 2025 más de la mitad de la población mundial estará en una situación de vulnerabilidad. Para el año 2030, la demanda de agua potable excederá la oferta en un 50 por ciento. Asimismo, la ONU-Agua predice que para el año 2030 el 40 por ciento del agua fresca mundial habrá desaparecido. ¿Cómo es posible esto? ¿A dónde se irá el agua?

    El calentamiento global no solamente hace que te dé más “la calor”, el cambio climático está modificando la dinámica del ciclo del agua.

    Las lluvias son escasas donde antes había mucha precipitación (presas vacías) y los polos se están derritiendo (modificando la temperatura y composición de las corrientes marinas), alterando el ecosistema mundial a un grado sin precedentes. En un intento por regular este desequilibrio, la atmósfera genera supertormentas con el propósito de disminuir la temperatura global. El problema de estas supertormentas, a pesar de que “dejan caer” mucha agua fresca, es que el agua que precipita termina mezclándose con tierra y otros compuestos que impiden su consumo por el ser humano (“agua cochina”).

    Cuando un recurso tan esencial como el agua disminuye y la demanda aumenta, los precios se disparan. Los más vulnerables, como siempre, serán aquellos individuos en estado de pobreza.

    Medidas alternativas como la “desalinización” y la importación de agua (como en CDMX) siguen siendo muy costosas y dependen del uso de combustibles fósiles.

    En Medio Oriente, además del conflicto territorial y religioso, el conflicto ha escalado a uno por el acceso a agua fresca. México no es la excepción, con una población en aumento (137 millones de habitantes para el 2030) concentrada en áreas metropolitanas, la demanda de agua fresca es cada vez más un problema.

    Para poder resolver estos y muchos otros problemas actuales, necesitamos de más humanismo, educación, ciencia y tecnología en nuestras vidas.