A un mes del sexenio, la realidad de la violencia demanda replantear la estrategia de seguridad

    En los primeros días del sexenio de Sheinbaum, Guerrero, Guanajuato y Sinaloa se enfrentan a una preocupante escalada de violencia que ha dejado cifras alarmantes de atrocidades y policías caídos. Es necesario replantear de manera urgente la estrategia de seguridad para evitar los errores del pasado y construir alianzas que permitan una respuesta integral y efectiva contra la criminalidad en México.

    Los primeros días del sexenio de la Presidenta Claudia Sheinbaum han estado marcados por una preocupante escalada de violencia en los estados de Guerrero, Guanajuato y Sinaloa. De acuerdo con el informe “Galería del Horror: Atrocidades y Eventos de Alto Impacto” de Causa en Común, hasta el 25 de octubre se registraron 42 atrocidades en Guerrero, y 40 tanto en Sinaloa como en Guanajuato. Entre estas atrocidades destacan ataques con coches bomba a instituciones de seguridad, asesinatos de funcionarios y actores políticos, así como múltiples enfrentamientos entre grupos criminales y las fuerzas del orden. A esta alarmante cifra se suman 23 policías asesinados en el mismo periodo, elevando a 249 el número total en lo que va del 2024, con estos tres estados encabezando la incidencia.

    En este contexto crítico, el martes 29 de octubre tuvo lugar la primera conferencia matutina de seguridad de la Presidenta Sheinbaum, un evento que ha despertado expectativas. Por un lado, el Secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, reconoció la gravedad de la situación y anunció una reestructuración de la estrategia de seguridad para reforzar los estados críticos, entre ellos Michoacán y Chiapas, además de los ya mencionados. Por otro lado, Marcela Figueroa, nueva titular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, presentó datos de incidencia delictiva y admitió tendencias preocupantes.

    Si bien el reconocimiento oficial de la realidad es un paso necesario, no es suficiente. Las experiencias de sexenios anteriores han demostrado que las estrategias basadas únicamente en el despliegue de fuerzas de seguridad, sumadas a la negación o minimización de las cifras de violencia, resultan ineficaces. La nueva administración cometería un error monumental si replicara modelos que no han dado resultados.

    Ante esta situación crítica, resulta imperativo replantear la estrategia de seguridad a partir de un análisis profundo de las omisiones y fallas de la administración anterior. Desde Causa en Común hemos señalado insistentemente que las causas y manifestaciones de la violencia en cada región son distintas y requieren enfoques regionalizados para su control y disminución. Las y los mexicanos no sólo enfrentan violencia criminal, sino también violencia de género, familiar, comunitaria y social, una multiplicidad de violencias que se entrelazan y agravan la situación de inseguridad.

    La acumulación de violencias y atrocidades en los últimos años refleja patologías sociales complejas que demandan soluciones integrales. Es necesario incorporar enfoques sociológicos y psicológicos para comprender las realidades locales y diseñar intervenciones efectivas. Fortalecer las estructuras y programas del sector salud, especialmente los relacionados con la atención psicológica, es fundamental para abordar las raíces profundas de la violencia en México.

    Asimismo, es crucial que la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas y la Comisión Nacional de Búsqueda cuenten con los recursos necesarios para brindar servicios esenciales y ofrecer apoyo jurídico y económico a las víctimas de atrocidades. Financiar proyectos que documenten, visibilicen y expliquen las diversas formas de violencia permitirá formular propuestas que prevengan y atiendan la grave situación de criminalidad que enfrenta el país.

    Para que estas iniciativas tengan éxito, la construcción de alianzas estratégicas es fundamental. El gobierno debe colaborar estrechamente con organizaciones de la sociedad civil, la iniciativa privada, el sector académico y gobiernos locales para diseñar y ejecutar programas de seguridad, prevención y desarrollo social que respondan a las necesidades específicas de cada comunidad y región.

    El reto que enfrenta la nueva administración es enorme. Reconocer la realidad es solo el primer paso; sin embargo, este debe ir acompañado de acciones concretas y efectivas. El gobierno necesita apoyarse en la mayor cantidad posible de fuentes de información y aliados para obtener una visión completa de la violencia y la inseguridad en el país, y así diseñar estrategias que realmente marquen una diferencia.

    México no puede permitirse repetir errores del pasado. La sociedad exige y merece un enfoque innovador y comprometido que priorice la seguridad y el bienestar de todos los ciudadanos. Es momento de actuar con responsabilidad, transparencia y colaboración para construir un país más seguro y justo.

    El autor es René Gerez López, especialista penal e investigador de Causa en Común (@gerezcong)

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