"Playas y panoramas icónicos de Mazatlán"
Ramón Peraza Vizcarra*
MAZATLÁN._ Es indudable que uno de los atractivos principales de Mazatlán son sus playas arenosas y la agradable temperatura de sus aguas durante la mayor parte del año, así como su gran variedad de paisajes y recursos oceánicos bióticos.
Estas cualidades han propiciado el desarrollo de su infraestructura hotelera y lo han convertido en uno de los destinos turísticos importantes del País, que atrae cada vez más inversiones en bienes y raíces, sobre todo, en construcciones de torres de lujo frente al mar en régimen de condominio, y nuevos fraccionamientos en los terrenos aledaños.En la actualidad se ejecuta un ambicioso proyecto de remodelación en diversos espacios turísticos típicos del puerto con el propósito inmediato de ofrecer una buena imagen en el Tianguis Turístico 2018, que se realizará en Mazatlán por vez primera.
A continuación se presentan, en el marco de la remodelación, algunos comentarios breves sobre la zona comprendida entre el Faro y Punta Camarón (Disco Valentino).Desde el Faro hasta la Escuela de Ciencias del Mar (Punta Tiburón), se encuentra la porción rocosa del litoral mazatleco donde se localizan los paseos más antiguos y emblemáticos con sus glorietas y pérgolas: el Paseo del Centenario, Olas Altas y el Paseo Claussen, La remodelación del Faro, Olas Altas y el rescate del espacio abandonado por décadas, que ocupó en el Paseo Claussen las ruinas del antiguo Hospital Civil son los trabajos que se realizan en esta franja.La mayor parte de la zona es rocosa, con presencia de acantilados.
Su orientación norte-sur y la falta de barreras que retengan la fuerte deriva litoral de la arena, probablemente sean la causa de que no se formen playas en este segmento, con excepción de Olas Altas y Pinitos, la primera formada en la Bahía de Olas Altas entre dos promontorios rocosos, y la segunda, muy pequeña, formada entre el Fuerte de la Casa del Marino (Punta Chile) y la Escuela de Ciencias del Mar.De Ciencias del Mar hasta Valentino se encuentran las playas del malecón.
Este sector forma parte de la Bahía de Puerto Viejo y es uno de los más atractivos del puerto. Las playas que bordean el malecón son arenosas y aptas para el disfrute del bañista, principalmente las ubicadas entre el tramo comprendido entre Playa Norte y el Acuario.
En el tramo norte, del Acuario al Valentino, las playas son más riesgosas para el bañista, ya que el oleaje incidente entra franco y concentrado, y genera corrientes litorales fuertes que pueden ser peligrosas.Con la remodelación del malecón realizada a fines de sexenio del Gobernador Juan S. Millán, hace más de 12 años, sus playas, ya de por sí angostas, se hicieron más estrechas, pues se amplió la banqueta hacia el mar. Para optimizar espacios modificaron la pendiente del muro del malecón, haciéndola casi vertical.
Los muros, sobre todo los verticales, son enemigos de las playas, ya que las olas chocan en él y arrastran la arena hacia el mar, acelerando la erosión y el deterioro de la playa.Como complemento “estético y utilitario”, en el tramo Acuario-Valentino, edificaron sobre la playa cuatro baños y vestidores en forma de glorieta circular con el aljibe respectivo para el depósito de las aguas residuales (ahora son ruinas).
Estos tanques de concreto, de los cuales todavía quedan restos, y las bases de las glorietas que sobresalen más del metro sobre la arena contribuyen a erosionar las playas y son una muestra no sólo de mal gusto, sino también de lo que no se debe hacer sobre la playa.
En numerosos puntos del malecón existen descargas pluviales que erosionan la playa durante la estación de lluvias, la descarga más notable se localiza frente a las instalaciones de la Universidad de Occidente, descarga que drena aguas fétidas de la laguna localizada detrás de las instalaciones mencionadas. En la parte centro-sur se encuentran una serie de restaurantes edificados sobre la playa.
Éstas son enramadas construidas por lo general sobre una base de cemento, la cual al funcionar como un muro vertical contribuyen al deterioro de la playa.Si bien es cierto que por su configuración geográfica y topográfica el litoral del malecón en la Bahía de Puerto Viejo es una zona de dispersión natural de la energía del oleaje, la cual permite la depositación de la arena, también es cierto que las modificaciones efectuadas han alterado y siguen alterando la morfología y la calidad de la playa, lo que es evidente sobre todo durante los meses de agosto a octubre cuando el nivel del mar en la región es más alto e incide el oleaje originado por ciclones y tormentas tropicales.
La remodelación actual del malecón y de las inmediaciones al monumento al pescador arrancó de manera similar a la realizada a fines de la administración del Gobernador Millán, echándose la bolita entre los funcionarios encargados de Semarnat y Profepa a través de declaraciones ambiguas, imprecisas y contradictorias, sobre los permisos de construcción sobre la playa, los estudios de impacto ambiental correspondientes y la supervisión de los proyectos de obra.
El delegado estatal actual de la Semarnat, Jorge Abel López Sánchez, puso fin a esas ambigüedades declarando que la Comuna tiene autorización para realizar obras en la zona costera del puerto desde 2004 (fecha de la anterior remodelación), con vigencia de 20 años (permiso casi a perpetuidad, y sin tener en cuenta la enorme variabilidad del ambiente costero; como si el litoral fuera estático).Es evidente que a las autoridades correspondientes lo que les interesa es hacer obra y ejercer los presupuestos, sin importar las consecuencias ambientales de las mismas, ya que inician los trabajos y después los justifican (a ver cómo).
El problema es que las playas son sistemas de gran fragilidad y la edificación sobre ella rompe su equilibrio natural, a veces con consecuencias desastrosas.Legalmente las playas son áreas de no construcción.
Una cosa es la definición legal de playa y otra es la de Zona Federal Marítimo Terrestre, donde pueden existir concesiones y modificaciones, previo estudio de impacto ambiental; en las playas no.Las playas son áreas de no edificación, de libre acceso y tránsito peatonal.
Ambas zonas son bienes públicos nacionales, por lo que con más razón se deben preservar estas áreas como bien común que son.Con la nueva remodelación del malecón se vuelve a invadir espacio de playa, sobre todo en Playa Norte, donde como parte del proyecto derrumbaron las vetustas y feas construcciones sobre la playa, entre ellas un restaurante cantina, para construir en su lugar una explanada de usos múltiples, gimnasio al aire libre y un club de natación.
Lo curioso es que se les “olvidó” derrumbar el restaurante-cantina vecino fincado también sobre el mismo tramo de playa, terreno que podría haberse integrado al proyecto o dejarse como parte de la playa.
Esta ampliación de zonas de esparcimiento para la población frente al mar supuestamente está integrada con el recién remodelado parque “Martiniano Carvajal” y la cancha de básquet con su flamante velaria, situados frente a la zona en remodelación.Existen planes y proyectos para urbanizar a corto plazo lo que queda de las lagunas paralelas al malecón.
Estas lagunas y el aledaño Bosque de la Ciudad van a ser transformados en una zona casi idílica denominada Parque Central Mazatlán (o Central Park como el de NY).
El proyecto contempla: la construcción de un Museo de la Ciudad, un Acuario de nivel internacional, un jardín botánico, áreas recreativas y una serie de conexiones que permitan que el parque se transforme en una articulación urbana importante, un lugar destino, una reserva ecológica de fauna y flora regional y el espacio público más importante de la ciudad.Por lo pronto se está construyendo (con permiso y todos los estudios) una avenida paralela al malecón en el espacio de la Laguna del Camarón, que conectará con el Parque Central.
Dada la realidad, parece utópico que el gobierno aplique verdaderas políticas y prácticas sustentables de desarrollo regional y local. Permaneceremos escépticos hasta que se demuestre lo contrario.
CAMBIOS Y DAÑOS A LA ZONA DE PLAYA
Hace 12 años, a fines de sexenio del Gobernador Juan S. Millán, se hizo una remodelación del malecón y sus playas, ya de por sí angostas, se hicieron más estrechas, pues se amplió la banqueta hacia el mar. Se edificaron sobre la playa cuatro baños y vestidores en forma de glorieta circular con el aljibe respectivo para el depósito de las aguas residuales, que ahora son ruinas.
En la parte centro-sur se encuentran una serie de restaurantes edificados sobre la playa.
El problema es que las playas son sistemas de gran fragilidad y la edificación sobre ella rompe su equilibrio natural, a veces con consecuencias desastrosas.
Ramón Peraza Vizcarra Oceanólogo y Maestro en Ciencias del Mar
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