"Guadalupe Aguilar: Cada persona tiene paisajes interiores sublimes"
MAZATLÁN._ Piezas que conectan al espectador con su interior y al mismo tiempo Guadalupe Aguilar, que observa su entorno, se emociona con él, lo trabaja, lo analiza, lo transforma en obras de arte para proponer una reflexión sobre cómo los paisajes exteriores pueden generar la observación de paisajes interiores para que el espectador se conmueva.
La exposición La permanencia de lo efímero se inauguró en la Galería Baupres.
Por la profundidad de su contenido, una reflexión sobre lo ambiental, la vida, lo sublime en el ser humano, su integración inmanente al universo y la belleza visual de sus obras se ha convertido en la más sobresaliente que se ha expuesto en este año en Mazatlán.
Es una muestra que provoca una reflexión sobre el individuo, sus paisajes interiores que son un reflejo de los paisajes que se repiten en el universo, pero además conmueve por sus formas, sus texturas y sus colores estimulan el ojo y al mismo tiempo las neuronas y, sobre todo, la imaginación.
Guadalupe trabaja con la parafina para crear momentos marinos, las olas en una tormenta o el misterio del océano en la oscuridad de la noche, decenas de semillas tiemblan frágiles, sostenidas por alfileres, creando una superficie cargada de textura y movimiento, pero sobre todo, de la delicadeza volátil de una semilla armada con una estructura etérea que le permite volar, buscando generar vida.
Las cortezas de los árboles de la región: el papelillo y el pochote le sirven para crear la idea de la tierra, de lo verde, de la vida, recrea la sincronía y la simetría de un grupo de semillas germinando, las fibras vegetales de arbustos y enredaderas crean un espejo con el intrincado y bella estructura de las neuronas, para plantear un mapa de interconexiones cerebrales.
Guadalupe Aguilar logra conjugar lo macro y lo micro en cada una de sus piezas, lo etéreo y lo absolutamente material está presente, lo sublime que existe en las minúsculas cosas que adquieren en su obra dimensiones faraónicas, gracias al juego que le propone a la imaginación de quien se acerca a su obra.
Lo efímero convertido en permanente
“Todo tiene una permanencia, aparentemente lo efímero tiene una duración más corta, el eje central de esta exposición es el entorno paisajístico actual de Mazatlán, las semillas que vuelan en primavera de los árboles de pochote, las semillas se desprenden de los árboles, vuelan y caen en el suelo, las vemos juntas en las orillas de las banquetas y dejan de interesarnos instantáneamente, no pensamos que algunas se convertirán en árboles y otras, la mayoría se irán a la basura”, comentó.
“Como artista las rescato de su vida efímera, no todas las semillas se convertirán en árboles, las rescato, las trato a través de estrategias artísticas para que tengan una vida más larga, les aplico barniz, les pongo un alfiler. En esta exposición hago un trabajo delicado, me gusta ese trabajo manual de las mujeres, que tiene que ver con la sutileza, la delicadeza, el trabajo que casi no se ve, uso filamentos, alfileres, fibras vegetales”.
Los paisajes pequeños
Guadalupe Aguilar busca los paisajes internos para conmoverse y conmover, le gusta el concepto de lo sublime, que es lo que no tiene dimensión, es inmenso y por eso asusta.
“Estamos acostumbrados a que lo sublime sea enorme, como los paisajistas ingleses de William Turner que representa un mar que te come, una tormenta en la que el hombre está perdido en medio de la inmensidad. Para mí, lo sublime puede ser lo delicado que creemos que se está deshaciendo”.
Un portal del Universo y de los paisajes interiores
La exposición es una especie de portal, un portal para entrar a los paisajes minúsculos, una uña, un pistilo o el proceso mental, la sinapsis. La artista se pregunta cuántas fibras se unen en el proceso de pensamiento, qué colores se generarán en esa interrelación de neuronas.
“Intento llevar una reflexión hacia el paisaje interior de cada espectador de la obra y a partir de ahí ver el paisaje exterior de otra manera; valorarlo por su belleza y porque lo necesitamos. Desde ahí reflexiona sobre cómo estos universos minúsculos son parte de algo más grande hasta tener conciencia de que el universo está contenido en lo minúsculo y en lo macro, todo es un espejo de todo”, compartió.
Guadalupe Aguilar hace filosofía aplicada a las artes visuales.
“Para mí, el arte, es una herramienta de la filosofía, ese es uno de los postulados de mi poética, leo mucha filosofía, justo esas ideas son las que quiero transmitir, crear algo visual, tangible, para que la gente se concentre, cuando estoy haciendo la obra estoy pensando en comunicarme con el otro, a mí los tratados filosóficos me emocionan porque te ayudan a entender el mundo de diferentes maneras, las ideas filosóficas las dibujo, las proceso, las trabajo y se convierten en un objeto en una pieza visual”.
La claridad
“‘Creo que el arte es un hecho comunicativo: emisor, receptor y mensaje’, decía el artista visual Marcel Duchamp. El mensaje toma el lugar de la obra, el artista es el emisor y el espectador es el receptor, a mí sí me interesa comunicarme con el espectador con un lenguaje estético, mi lenguaje es la escultura, la instalación, la pintura”, compartió.
“Intento llevar una reflexión hacia el paisaje interior y desde ahí ver el paisaje exterior de otra manera, cada persona es un universo y éste está contenido en nosotros y al mismo tiempo estamos inmersos en un gran universo”.
Expo abierta
La exposición estará abierta en la Galería Baupres hasta el 30 de abril, de 16:00 a 20:00 horas, se permitirá el acceso en grupos de seis personas a lo largo de la tarde.