"Fernando Espinoza, el niño que soñaba con el Carnaval de Mazatlán"
Ariel Noriega
MAZATLÁN._ Allá en La Brecha, en Guasave, también hay Carnaval, es pequeño comparado con el Carnaval de Mazatlán, pero la pasión es la misma y pone a bailar a todo el pueblo.
Ahí, vestido de faraón, de indio azteca o de falso niño, Fernando Espinoza aprendió a amar la fiesta de oropel y diamantina.
La fiesta grande de los mazatlecos la miraba por televisión y fue ahí donde comenzó a soñar con una corona.
“Fue cuando yo estaba muy chiquito, allá en La Brecha. Lo que más me llamaba la atención es que cualquier persona, aunque sea una persona pobre, puede convertirse en un Rey o una Reina, aunque sea por un día”, recuerda Fernando.
Después de vivir todos los carnavales de su infancia, la vida sacó a Fernando de La Brecha y lo llevó a estudiar Ciencias de la Comunicación en Culiacán, y una vez titulado viajó a Mazatlán donde encontró un espacio para trabajar en el periódico Noroeste.
El Carnaval
Cuando Fernando llegó a vivir al puerto, ya lo había visitado en varias ocasiones para conocer y disfrutar su Carnaval, pero participar en él todavía le parecía un sueño lejano.
“Yo conocía el Carnaval de Mazatlán, pero pensaba que las personas que formaban parte de la realeza eran personas especiales, que pertenecían a algún grupo, hasta que llegué a Mazatlán”.
Fernando se inscribió y fue elegido para participar como candidato a Rey, la noticia voló hasta La Brecha, donde ya se sentían parte del Carnaval de Mazatlán y comenzaron la fiesta.
“En La Brecha siempre nos sentimos muy orgullosos de las personas que salen y destacan fuera, en otras ciudades”, cuenta.
El pueblo apoyó a Fernando, se organizaron rifas y un baile al que asistieron todos, y que contó con la presencia del cantante Roberto Junior.
Fernando Espinoza durante la segunda manifestación de candidatos.
La llamada
Llegó el día del segundo y último cómputo, y los 110 mil pesos que reunió Fernando lo alejaron de la corona del Rey del Carnaval, pero le aseguraron un espacio en la realeza, lo convirtieron en Príncipe Real.
No hubo momento para la tristeza, cuando iba bajando del escenario, Fernando recibió una llamada; era su padre, desde la lejana Brecha, un hombre serio, reacio a mostrar sus sentimientos.
“Mi papá es muy seco, pero el día del cómputo me llamó y me dijo ‘Ya ganaste, ganaste porque fuiste a otro municipio, un lugar donde nadie te conocía y ahora eres su Príncipe, de su Carnaval, de su máxima fiesta’”, recuerda Fernando que le dijo su padre.
La llamada le permitió a darse cuenta de lo que había logrado, así que desde ese momento eliminó la tristeza por el resultado y le dio paso a la alegría, esa que siempre lo acompaña y que le ha permitido ser cantante y bailarín.
El pasado 30 de enero se llevó a cabo el último cómputo de votos, de donde surgieron los primeros reinados del Carnaval 2020.
Un ganador
La historia del Príncipe Fernando es la historia de un niño que amaba el Carnaval, del joven en una ciudad extraña que decidió ser parte de una fiesta que siempre trajo en el corazón y la de un fuereño sin un centavo en la bolsa que quiso hacer realidad un sueño.
“Yo me siento ganador porque desde el momento en que me inscribí yo gané. Cuando decidí participar no tenía ni 2 pesos en la bolsa, era mi peor momento económico, el peor momento económico de mi familia, sin embargo, decidí participar”.
Fernando se considera un buen perdedor, algo que ha aprendido en una multitud de competencias de canto, baile o de teatro, donde ha ganado, pero también donde ha aprendido a perder.
De día es reportero de espectáculos y de noche ameniza fiestas como cantante de un grupo versatil, pero ahora también es Príncipe, uno de esos que vivirá para siempre con el orgullo de ser parte de la historia del Carnaval de Mazatlán.
PARA SABER
Este jueves 20 de febrero, en el arranque del Carnaval de Mazatlán 2020, Paco Vazga será coronado como Rey y Fernando Espinoza como Príncipe Real.
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