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"Puerto Viejo"

"Y ya de cierre..."

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    osunahi@hotmail.com

    Dicen que el tronado le va a todas y en esas anda el PRI nacional, urgido de posicionarse entre la ciudadanía y procurando aglutinar a sus bases dispersas, las que abandonaron el barco cuando vieron que se hundía, ha lanzado una campaña nacional, a través de la cual, pretenden convencer al electorado de que en el balance de los resultados obtenidos por las administraciones federales emanadas de sus filas, destacan más los positivos que los negativos.

    La dichosa campaña corre bajo la frase eje: “El PRI es el culpable de...” con el complemento de que el tricolor es responsable de que tengamos una diversidad de servicios públicos, todos ellos mandatados por el texto constitucional y deben ser cumplidos por los que gobiernan, sin importar su origen partidista, como son los casos, por ejemplo, del sistema de educación pública, salud, vivienda, energía eléctrica.

    Es decir, acciones que ineludiblemente tenían que cumplirse, sin que importara la calidad y eficiencia de las mismas.

    En el caso de la educación pública, existe un largo antecedente que nos remonta hasta las culturas anteriores a la llegada de los españoles y tal aspiración formó parte tanto del movimiento de independencia como de la revolución de 1910.

    Pues ahora en su campaña reivindicadora, el PRI nos dice que millones de mexicanos han podido recibir instrucción escolar, gracias a los frutos conseguidos por los titulares del gobierno federal surgidos de sus filas y ciertamente, bajo dichas administraciones tomó forma el sistema de educación pública, como también es verdad, que bajo el manto tricolor se corrompió a las bases magisteriales pastoreadas en dos momentos distintos por Carlos Jonguitud Barrios y Elba Esther Gordillo, lo cual, provocó que cundiera la mediocridad en la enseñanza, y adosado a ello, el abandono criminal de los centros educativos.

    De todo eso y de muchas otras cosas que han perjudicado al sistema educativo gratuito, ha sido culpa del PRI, recordando también, que el PAN aportó su cuota de insuficiencia durante los 12 años que mantuvo el control del Poder Ejecutivo federal.

    En su rosario de supuestos logros, los genios del marketing priista nos dicen que el PRI es el culpable de que los mexicanos cuenten con un sistema de salud pública el que sirve a millones de mexicanos que procuran recuperar o mejorar su salud. Se acepta la existencia de servicios e instalaciones médicas surgidas bajo la gobernanza federal de los ejecutivos federales surgidos de las filas priistas, pero lo que no dicen los presuntuosos de logros en salud pública, es que también exprimieron los fondos asignados a salud dentro de los presupuestos federales, de tal suerte que llevaron a la ruina el abasto de medicamentos e insumos, así como las instalaciones y equipos hospitalarios, en perjuicio de la integridad y la vida de los que por necesidad recurren al sistema gubernamental de salud.

    Centenas de funcionarios y empleados del sector salud se enriquecieron sin la menor pizca de remordimiento por el perjuicio que le causaban a los enfermos y de eso, también es el culpable el PRI, con pilón de parte del PAN.

    El PRI también es el culpable de imponer una implacable economía de mercado y relegar el aspecto social, arrojando con ello a millones de paisanos al farragoso terreno de la pobreza.
    Y en cuanto a seguridad pública, el PRI también es el culpable del crecimiento de la violencia en sus diversas manifestaciones: narco tráfico, asesinatos dolosos, secuestros, levantones, extorsiones, trata de blancas y demás delitos que desquebrajaron la tranquilidad social.

    Y ya de cierre, pues el listado de la mala herencia del PRI es muy largo, sin lugar a dudas, me atrevo a afirmar que los gobiernos emanados de la cuadra tricolor también son culpables de haber fomentado la corrupción institucional y la impunidad, males que también recibieron el aliento de los presidentes surgidos del maltrecho PAN. ¡Buen día!