Ahora que José Luis Sevilla y Armando Villarreal Ibarra fueron inhabilitados para ocupar cargos en el gobierno, la pregunta es ¿qué pasará con Ernesto Echeverría?
Si el Secretario de Obras Públicas y el de Administración y Finanzas de Mario López Valdez fueron castigados por “decisiones irregulares”, ¿por qué no se castiga al ex Secretario de Salud?
Mientras estuvo al frente del sector Salud estatal, el médico hizo negocios con empresas de medicamentos, como lo hizo en el reparto de contratos de servicios y obras públicas a favor de su socio, el empresario Javier Salido Artola.
Y no hay que olvidar que está suspendida una cuenta pública de Servicios de Salud de Sinaloa, por daños al Erario, calculados en 72 millones 495 mil 683.83.
Señora Secretaria de Transparencia, Guadalupe Yan, y Gobernador, Quirino Ordaz Coppel, ¿están protegiendo a Echeverría?
Porque se informó al público que la Secretaría de Transparencia investigaba los negocios del ex Secretario de Salud.
¿O ya lo olvidaron?
La lección que duele
El fin de semana el grupo “Las Rastreadoras” volvió a conmover a Sinaloa por su tenacidad y al mismo tiempo le volvieron a dar una lección a nuestras autoridades.
Las mujeres, cuya misión en la vida es encontrar los restos de sus familiares desaparecidos, encontraron los restos de una persona, cerca de Estación Dimas, San Ignacio.
Impresiona ver al grupo de mujeres valientes buscar en terrenos desolados el rastro de sus seres queridos desaparecidos, rompe el corazón verlas alegrase cuando localizan algo, porque saben que alguien encontrará a su hijo, a su esposo, a su papá, entonces toda una familia volverá a descansar.
Duele darnos cuenta en lo que nos hemos convertido y la paz que andamos buscando.
Por cierto, ya los integrantes del grupo de Las Rastreadoras superó los 450 miembros.
Si nuestras autoridades continúan en la negación total, la mediocridad infinita y de fracaso en fracaso en materia de seguridad, al rato la mayoría de los sinaloenses deambularemos por el estado buscando a nuestros familiares.
En la fiesta
Hay un consejero dentro del Consejo de Seguridad que prefiere seguir en fiestas, diversión y paseándose con un vaso de cerveza, en lugar de buscar mejorar las estrategias de seguridad.
Los robos siguen en hogares y en la vía pública, los mazatlecos sienten desconfianza, crean sus propias redes se seguridad y muchos han optado por tomar la justicia en sus manos, pues las autoridades han minimizado el problema.
Violencia en el paraíso
El fin de semana asesinaron a cinco personas entre La Paz y Los Cabos, mientras en Chihuahua le arrancaban la vida a 12 personas más. Tijuana vive el regreso a sus peores épocas de violencia y el paraíso llamado Cancún ofrece sus tours sobre calles donde se asesina al aire libre.
Solemos pensar que lo peor ha pasado, pero en términos de violencia las cosas parece que no tienen horizonte, México se encamina a cerrar un 2017 con récord histórico de asesinatos, mientras nuestros gobiernos siguen taladrando la idea de que el silencio nos llevará a la paz.
Llama la atención la violencia inusitada en los grandes polos turísticos de México, lugares que durante años se veían como verdaderos paraísos, aún y hasta para los delincuentes. Se pensaba que el hecho de que eran destinos internacionales obligaba al Gobierno federal a mantenerlos libres de la violencia, pero no ha sido así.
El problema es grave por las señales que manda, la violencia y el turismo son una mala mezcla, y cualquier desgracia podría ser un agravante difícil de borrar y cuyo costo sería inimaginable.
Por lo pronto Cancún y Los Cabos comienzan a resentirse en materia de reservaciones, la violencia nunca ha sido un buen promotor turístico.
La impunidad se replica
Un grupo de personalidades de talla nacional, entre ellos Cuauthémoc Cárdenas Solórzano, el poeta Javier Sicilia y el Obispo del Estado de Morelos, Ramón Castro Castro, exigieron algo que parece que se está convirtiendo en nuestro pan de cada día en México: que pare la represión contra la ciudadanía desde el Gobierno estatal.
Morelos vive una extraña persecución, de un lado se encuentra el Rector de la Universidad Autónoma del Estado Morelos, Jesús Alejandro Vera Jiménez y su esposa, y del otro lado el Gobernador, Graco Ramírez.
Resulta que el rector defendido por la ciudadanía y un grupo de personalidades ha sido objeto de cateos en su domicilio, persecución policiaca y un linchamiento público desde las oficinas del Gobierno de Ramírez.
Tiempo atrás, el ex futbolista Cuauthémoc Blanco ya había denunciado al Gobernador por presionarlo para que no compita por la próxima Gubernatura del estado, donde todos los morelenses aseguran que el Gobernador quiere imponer a un hijastro como candidato.
Imagine, lector ¿hasta dónde hemos llegado?
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