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@rodolfodiazf
La persona sensata es aquella dotada de sentido común, sana percepción, refinada prudencia, excepcional cordura y óptimo juicio. Tradicionalmente se ha reservado la sensatez a las personas ancianas (senex), pues las canas se asocian al ser humano maduro que sabe ponderar rectamente las cosas. Empero, algunos estudiosos del lenguaje enlazan sensatez con saber dirigirse o tomar la dirección correcta, sentido que no estaría en desacuerdo con la etimología precedente.
La sensatez no debe estar ligada necesariamente a la edad adulta, aunque se debe reconocer que es una virtud más rara y escasa entre los jóvenes. La fogosidad, arrojo y carácter impetuoso de la juventud no serían un caldo de cultivo propio de la sensatez. No obstante, es pertinente admitir que existen jóvenes sensatos al igual que adultos insensatos.
El Emperador romano Marco Aurelio reflexionó profundamente sobre la sensatez y modo de vivir fundamentado en la filosofía estoica. Para él, la vida era demasiado breve y los honores del poder o la fama se disipaban como el humo.
“En la vida humana, afirmó, el tiempo no es más que un instante. La sustancia del ser humano cambia sin cesar, sus sentidos se degradan, su carne está sujeta a la descomposición, su alma es turbulenta, la suerte difícil de prever y la fama, un signo de interrogación… Además, a la fama sigue el olvido”.
Por tanto, se cuestionó: “¿Cómo puede hallar el ser humano una manera sensata de vivir? Hay una sola respuesta: en la filosofía. Mi filosofía consiste en preservar libre de daño y de degradación la chispa vital que hay en nuestro interior, utilizándola para trascender el placer y el dolor, actuando siempre con un propósito, evitando las mentiras y la hipocresía, sin depender de las acciones o los desaciertos ajenos”.
¿Vivo con filosófica sensatez?