Ayer, el Congreso del Estado se convirtió en el centro de atención de la clase política y de sectores informados de la sociedad.
Pese a que la noche del lunes se informó de la reculada que daba la mayoría priista, para someter a votación el dictamen que modifica la forma en cómo se procesan las cuentas públicas, un numeroso grupo acudió a manifestarse.
Al recinto llegaron ciudadanos de Culiacán, Los Mochis y Mazatlán, para atestiguar que, en efecto, los legisladores cumplían su palabra de no votar la reforma a los artículos 37 y 43 de la Constitución local.
Con esta modificación, los representantes populares dejarían de votar, a favor o en contra, los dictámenes sobre el manejo financiero de los recursos públicos del Gobernador, alcaldes y demás autoridades del orden estatal y municipal.
En pie de guerra
Los ciudadanos iban preparados con pancartas improvisadas, por aquello que está prohibido introducir a la “casa del pueblo” cartulinas, lonas, mantas, con mensajes de inconformidad, hasta de pequeños juguetes que emulaban a los roedores.
Al lugar llegaron personajes disímbolos y líderes políticos del PAN, PRD y Morena.
Entre otros, Sebastián Zamudio, Claudia Morales y Jesús Estrada Ferreiro.
También hizo acto de presencia Manuel Clouthier Carrillo, Diputado federal independiente.
De igual forma, empresarios, líderes sociales, maestros, universitarios y un amplio mosaico de expresiones.
Con este tipo de asistencia quedó demostrado que ya quedaron atrás los viejos tiempos, en el que se llenaban auditorios con “acarreados”, para echarle porras a los políticos, o bien, para “reventar” reformas contrarias a sus intereses.
En estos tiempos se llenan auditorios con sinaloenses, decididos a defender sus derechos.
Exhibidos
La falsa lectura que originalmente dieron los priistas a las movilizaciones de rechazo a la reforma constitucional, en el sentido de que era empujada por los panistas, quedó rebasada ayer.
Los 30 diputados locales que iban a avalar este dictamen sin aclarar las dudas y en medio de las sospechas que levantó entre la sociedad la intentona de “encerrar” los asuntos públicos en manos de unos pocos, quedaron rebasados y exhibidos ante el pueblo.
Ojalá que las y los diputados hayan aprendido la lección.
Por lo pronto ya anunciaron que abrirán un proceso de consulta con ciudadanos interesados, para despejar cualquier duda y sacar un dictamen de consenso. Se vale rectificar.
Bien por los ciudadanos, que por lo pronto lograron parar tan oscura reforma.
Reclamo popular
Los gritos, la bulla y la carrilla para los diputados de la actual Legislatura se está haciendo cada vez más común en las sesiones del Congreso del Estado.
Muchos seguramente pensarán que de nada sirve, pero basta con mirarle la cara a varios de los que asistieron hoy y fueron víctimas de las decenas de ciudadanos hartos del valemadrismo legislativo.
Y es que a propósito de la intención de los diputados de la Comisión de Fiscalización, de cerrar a su círculo el análisis y discusión de las cuentas públicas, los ciudadanos acudieron a reclamar esas y otras viejas trácalas.
En la bola, llevaron decenas de ratas de juguete con las que señalaron a los diputados y reclamaron a ex funcionarios, hoy legisladores, sobre el desfalco que el Gobierno del Estado actual, ya admitió que se cometió durante el sexenio de Mario López Valdez.
Juan Pablo Yamuni, llamado zar anticorrupción por el propio Malova, hoy Diputado por el Partido Acción Nacional, y Jesús Antonio Marcial Liparoli, ex director de Gobierno, hoy Diputado priista, fueron ayer víctimas de la molestia ciudadana.
El primero porque el anuncio del saqueo de las arcas confirmó que no fue más que una pantomima muy cara los seis años, y el segundo tachado de flojo y aviador en el Congreso.
Quizás a los legisladores se les resbale, pero seguramente el ejercicio sirve de catarsis para los ciudadanos que acuden al Congreso a reclamar la desfachatez de nuestras autoridades.
Hay que ir.
¿Y la oposición?
En este primer semestre del año la oposición ha pasado de noche, al momento ninguna fracción ha reaccionado, ha documentado o siquiera ha hecho de contrapeso a decisiones impositivas de la autoridad municipal.
En los últimos días, los regidores de oposición se han dedicado a “filtrar” inconformidades como la presentación de La Gilbertona, un personaje del centro del Estado que se presentará en la hora municipal, cuando tienen acceso a documentos sobre auditorías, cuentas públicas, gasto corriente, deuda..., pero de eso parece que ni se acuerdan.
Ahí están los recursos federales que, dicen, se están aplicando en colonias priistas, pero sólo lo critican, no lo comprueban, a pesar que puedan hacerlo.
Ayer era casi mediodía y sólo había tres de 18 regidores en sus oficinas. Muy mal mensaje.
¿Cómo miden su productividad?