"¿Un voto de confianza a los políticos? El Sinaloa que emergerá de la unidad"
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A menos que cuenten como futurismo electoral, los montajes que muestran a los alcaldes enfundados en peculiares trajes y equipos que los hacen parecer eficaces exterminadores del coronavirus, los políticos con proyectos para los comicios de 2021 lucen apaciguados en la actual emergencia nacional sanitaria y ello contribuye a que reine cierta calma en Sinaloa, tregua indispensable para que las autoridades tomen las mejores decisiones contra la pandemia.
Los actores anticipados a la votación del domingo 6 de junio del año próximo están paralizados en la fase dos de sus campañas particulares, siendo cautelosos en estos tiempos donde muchos ni siquiera sabemos si vamos a vivir para emitir el sufragio, no se diga tener el ánimo de escuchar ambiciones que sin detenimiento mezclan el virus de Wuhan con la bacteria de la avaricia del poder.
Existe un marco de acciones que sí le es permisible a los pretensos a cargos de elección popular y este se delimita en la gestión de ayuda rápida, real y suficiente para que los sinaloenses libremos esta coyuntura de peligro lo más ilesos posible. Al detectar los ciudadanos que la solidaridad viene exenta de codicias de votos, sin duda avalará todos los esfuerzos que se unan a los que realiza la sociedad y gobernantes de la tierra de los 11 ríos.
Hasta hoy, a más de 45 días de que se registró el primer caso de contagio por Covid-19 en Sinaloa, la percepción dominante es que los actores y factores que jugarán en la sucesión gubernamental han estado a la altura de las mesuras que impone la crisis de salud. Esto es resaltante porque en lo que han hecho pesa mucho el espíritu de apoyo a la población, difuminándose la apetencia política.
En medios formales de comunicación y en las veleidosas redes sociales proceden a desdibujarse las campañas anticipadas con miras a ocupar el puesto que hoy desempeña Quirino Ordaz Coppel. Independientemente de los acuerdos en que participan en el Senado Imelda Castro Castro, Rubén Rocha Moya y Mario Zamora Gastélum, todos apegados a la agenda que impone el coronavirus, la actividad proselitista casi no se nota.
Los diputados federales sinaloenses también están en modo de pausa en lo referente a jalar votos. Sí les ha faltado definir posturas individuales en lo que se refiere a la aportación material o moral en respaldo a los contagiados y las familias que en situación de aislamiento ven en vilo la posibilidad del sustento diario, sin embargo, ante el eventual pase a la Fase 3 de la pandemia se verán forzados a sacrificar parte del ingreso personal para sacar adelante a algunos de los más económicamente fregados.
Por su parte, el Congreso del Estado ya envía señales de sensibilidad en la emergencia presente al destinar parte de sus ahorros internos, derivados estos de la austeridad en el funcionamiento del Poder Legislativo, para la compra de equipos de respiración asistida que según se estima se ocuparán por centenas en las semanas próximas. Es poco, tal vez, no obstante que de seguro la aportación crecerá conforme la contingencia lo amerite.
Los alcaldes en general andan bien. Quitándole un poco la vista a los aparatosos shows en los que aparecen como modernos “cazafantasmas” o fumigadores consuetudinarios que blanden cloro contra el bicho que nos asusta, la actitud mostrada es correcta, pues emigraron a tiempo de la conducta valemadrista que mostraron al inicio de la pandemia, a las medidas que como autoridades les corresponde realizar.
El Gobernador Quirino Ordaz Coppel, dígase lo que se diga, se ha puesto al frente de las estrategias y a cada momento da la cara ante los cuestionamientos de la población. El informe diario, sus frecuentes apariciones en Facebook y Twitter, pero sobre todo los procedimientos de anticipación a la Fase 3, ponen a su lado la confianza de la mayor parte de los sinaloenses. Si al microscopio con el cual se le vigila se le elimina la lente de las diferencias políticas, al menos por hoy, habrá que reconocerle que lo hace bien.
El escuadrón principal de la batalla contra el Covid-19, que somos los sinaloenses, avanza en moderar la confusión creada al principio de la circunstancia donde, es normal, nadie estábamos preparados para proceder de la mejor manera ante algo que no conocíamos. Décadas de desconfianza en el Gobierno, de desaciertos que marcaban cada momento de emergencia nacional, no ayudan para darle la confianza a ciegas a los políticos que gobiernan.
Hoy, entre todos, habremos de salir fortalecidos del reto colosal que pone a examen al planeta entero. El personal médico recibirá el abrazo agradecido de los ciudadanos, los gobernantes tendrán el viento de la comprensión social a su favor, los políticos pretensos abrirán pauta para conocerlos en momentos difíciles y evaluarlos conforme a su comportamiento. Y así, acomodándose todos los componentes de la unidad, imaginemos el Sinaloa que emergerá de la dura prueba en que estamos.
Reverso
Sin el rencor que nos teníamos,
Sólo por no pensar igual,
Hoy sabremos que sí podíamos,
Derrotar al virus letal.
Descomplicar la ayuda
Como evidencia de que goza de cabal salud la concordia característica de los sinaloenses, la presión colectiva ayudó a que las instituciones de socorro médico se movilizaran en el caso de una persona que en mal estado de salud necesitaba de ayuda el martes en las inmediaciones de la Ley del Valle, en Culiacán. Ojo con esto, autoridades que responden en la contingencia sanitaria por Covid-19, ya que sería terrible para la gente percibir que la posibilidad de auxilio se traba cuando más se necesita.