CIUDAD DE MÉXICO._ Desde que se disputa un juego por el campeonato de la Serie del Caribe, a partir de Hermosillo 2013, los conjuntos mexicanos han accedido a cinco finales, más que ninguna otra representación en el torneo, con balance favorable 3-2.
Ese año, en el estadio Sonora que rechinaba de nuevo, los Yaquis de Ciudad Obregón ganaron la recordada batalla de 18 innings a los Leones de Escogido (Dominicana); Naranjeros de Hermosillo en 2014 a Indios de Mayagüez (Puerto Rico) en Venezuela y Venados de Mazatlán en 2016 a Tigres de Aragua (Venezuela), en Santo Domingo.
Se mordió el polvo en el Hiram Bithorn de San Juan en 2015, Tomateros contra los cubanos Vegueros de Pinar del Río y en Culiacán 2017, Águilas de Mexicali, superados por los boricuas Criollos de Caguas.
El sexto día de actividad en San Juan será de semifinales, una tercera oportunidad para regresar a la fase decisiva luego del desplome de los propios Guindas en Guadalajara 2018 y en Panamá 2019, donde los Charros de Jalisco (2-2) quedaron cortos, aniquilados por el “run average”.
Además de algo que se sacaron de la chistera --“team quelity balance”-- que con las uñas mandó a la final a los cubanos Leñadores de las Tunas (2-2) y también a casa a los venezolanos Cardenales de Lara (2-2).
LOS colombianos (0-4) agradecen y celebran invitación para la Serie del Caribe Mazatlán 2021, prometiendo presentar un mejor plantel que el de su estreno y, de paso, se dicen dispuestos a “comprar” el turno de 2022 a la Liga Dominicana para estrenarse como organizadores del clásico de febrero.
Quienes guardan silencio son los directivos de la Liga Venezolana, tras los fallidos intentos de 2018 y 2019, por ahora esperanzados en que los estadunidenses no reelijan a Donald Trump en las próximas elecciones, considerado improbable por los que saben de política.
El acaudalado empresario, quien se ha sometido a varias “pruebas” en proyección nacional para demostrar que no usa peluquines y a quien ayer exoneraron en el juicio político, va muerto de la risa por otros cuatro años.
“NO me tocó estar aquí cuando eso pasó. Quiero aportar algo nuevo”. ¿Quién lo dijo? A) El nuevo gerente general de los Astros de Houston, James Click. B) Joey Meneses, al tanto de que los Tomateros no ganan la Serie del Caribe desde 2002. C) El dueño de los Algodoneros de Guasave, Alfredo Arámburo.
La respuesta: James Click, hablando del tema que por lo que se ve no pasará de moda en mucho tiempo, incluso si los Astros demuestran —muy factible— que pueden volver a ganar sin robar señales.
OBSERVACIONES: Según las cuentas alegres del comité organizador de la Serie del Caribe 2020 que finaliza mañana, por primera vez en varias lunas no sólo no habrá pérdidas, sino que hablan de ganancias estimadas en 10 millones de dólares.
Como ya ha sido costumbre, el único equipo en el clásico caribeño que no saltó al campo ataviado con el uniforme de una selección nacional fue el de Venezuela, los Cardenales de Lara, aunque es probable que en semifinales saquen la del color vino tinto, al igual que en otras ocasiones.
Testigos a prudente distancia de las brillantes rutinas del novato Édgar Torres en los playoffs y serie final con los Venados de Mazatlán, más el añadido de ayer en Puerto Rico, versus Colombia, los Generales de Durango se frotan las manos, ante la posibilidad de una oferta de organización conocida de aquel lado del Bravo o, bien, disponer del zurdo poblano como potencial estelar.
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