|
"Malecón de Culiacán"

"Toca Quirino puerta de la PGR"

""
MALECÓN
03/11/2017

    El Gobernador Quirino Ordaz Coppel estuvo ayer en la Ciudad de México, donde se reunió con el encargado de despacho de la “inmolada” Procuraduría General de la República. 
    Lo acompañaron el Secretario General de Gobierno, Gonzalo Flores Gómez y el Fiscal Juan José Ríos Estavillo.
    Se presume que en el encuentro abordaron los temas de corrupción pendientes de la administración pasada, que no son pocos, y que la ciudadanía reclama se actúe en consecuencia para llevar a los desfalcadores del erario ante la justicia.
    También el asesinato del periodista Javier Valdez pudo haberse tratado en la reunión.
    El problema es que no sabemos el resultado de la reunión en la Procuraduría, mucho menos el avance de las dichosas investigaciones.
     
     
    Muertos ‘olvidados’
    Ayer, el encargado de los panteones de Culiacán comentó que anualmente llegan a la fosa común del panteón de la 21 de Marzo, cada año, alrededor de 100 cuerpos que no son reclamados, y por ende son enterrados con un número de averiguación previa y ya, sin nombre ni nada que los identifique.
    Para darle una idea, sólo se está hablando de un panteón, obvio es el más grande de Culiacán, pero, dimensionando que el promedio son 100 muertos por año, y el año pasado asesinaron a 439 personas en Culiacán, al menos más del 20 por ciento de esas personas fue a dar al panteón de la 21 de Marzo.
    Hablamos de asesinatos porque gran parte de los cuerpos que yacen ahí fueron privados de su vida violentamente. 
    Documentadas, son más de 700 criptas del 2008 a la fecha en el panteón que nadie visita ni identifica, por lo que sabrá cuántos más han dejado anteriormente.
    Muchas de las sepulturas ni siquiera tienen una cruz, nadie las visita, puedes caminar por la parte donde está la mayoría de las tumbas y no darte cuenta, es un terreno descuidado en el que terminaron 100 personas que apenas el año pasado se paseaban entre nosotros.
    Fantasmas sin nombre que en algún lugar alguien anda buscando.
    La historia parecería exclusiva de Culiacán, pero la mala noticia es que se repite por todo Sinaloa, sólo que en Culiacán los números siempre sorprenden.
     
     
    Goyete VIP
    ¿Cómo se sentiría usted si alguien, a quien le ha confiado sus recursos económicos, ha tomado ese dinero y se lo ha gastado para pagar servicios o artículos sin provecho?
    A propósito de lo que hablaba hace una semana la especialista colombiana Carmenza Barreneche, que vino a hablar de planeación urbana y terminó por dar una lección de ética y de ciudadanía.
    El hecho de que les parezca una buena idea a unos cuantos, no la convierte ni en una necesidad para el Gobierno ni en lo mejor para los sinaloenses.
    A través de solicitudes de información es posible que el Gobierno del Estado o los Ayuntamientos enseñen el cobre de quién utiliza los recursos, quién planea cómo manejarlos y también de quienes creen que deben gozar del erario nada más por estar en medios de comunicación.
    Por sentido común, nos parece una falta de respeto para los sinaloenses que se hayan gastado medio millón de pesos en comida y bebida para unos cuantos, nada más porque les gusta monearse en el Palacio de Gobierno.
    Medio millón de pesos, que en tiempos de la austeridad que defiende Quirino Ordaz Coppel (pero no aplica) servirían para cosas más importantes.
     
    Las razones  de Pucheta 
    Hace un par de días aplaudimos la decisión del Alcalde de Mazatlán, Fernando Pucheta, de cuestionar la decisión de Jumapam, de invertir el dinero de los mazatlecos en la compra de 50 vehículos.
    Las razones de Pucheta parecían válidas: se quejaba del derroche y argumentaba que nunca había sido notificado de la compra, dando a entender que el gasto se hacía a sus espaldas.
    Además aseguró que varios de los vehículos irían a parar a los directores, insinuando frivolidad y abuso, y remataba asegurando que eso no era el sello de su Gobierno.
    Hasta ahí todo parecía digno de aplauso, hasta que nos enteramos de los detalles del caso.
    Resulta que los vehículos son parte de una compra planeada y autorizada por el Consejo de Jumapam, y ¿quién creen que es el presidente de ese consejo?, exacto: el Alcalde, Fernando Pucheta.
    Resulta que el señor Alcalde no puede presumir que no sabía de la compra, a menos de que reconozca que no hace su trabajo o que no lo hace bien.
    Y rascando entre la mugre de la política, nos enteramos que además de no asistir regularmente a las reuniones del consejo, trae una “guerra” de patadas por debajo del escritorio en contra del Gerente de la Jumapam, Adrián Bastidas, simplemente porque es una posición del Gobernador, Quirino Ordaz Coppel.
    Ahí hay otra historia: conociendo la historia de alcaldes saqueadores que ha sufrido el puerto, Ordaz Coppel colocó a varios funcionarios de su confianza en puestos y dependencias claves para evitar problemas, lo que ha provocado enfrentamientos al interior de la Comuna. 
    Con su declaración, Pucheta intentaba dos cosas: sacar raja política y venderse como el político que no está de acuerdo con el derroche y al mismo tiempo desautorizar a Bastidas y empujarlo a renunciar.
    Parece que al final no se merece ningún aplauso.