"Sinaloa y Covid: ¿dónde está el piloto? Fracasan cálculos epidémico y político"
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Sinaloa cierra la semana 14 de la emergencia nacional por coronavirus con un ritmo acelerado de incidencia que encamina al estado hacia los mil decesos y 2 mil casos activos, aunque la enfermedad más grave que asoma es la fragmentación de la energía que Gobierno y sociedad requieren para hacerle frente a las cuatro crisis que convergen: la sanitaria, económica, social y la descoordinación de autoridades. ¿Qué no nos dijeron hace días que íbamos bien?
Si fuera contagioso el delirio de los complots podríamos conjeturar los sinaloenses que nos quieren tumbar del columpio del miedo en que estamos desde hace 104 días, cumplidos ayer a partir de que se detectó al primer caso de Covid-19 en Culiacán. Marean las tantas manos que empujan el balancín de un lado a otro, peleando por darle impulso a apetitos personales o de grupo.
Sin embargo, el oscilante estado de cosas es el preludio de una larga y tensa jornada por la reactivación pues la lógica federal y estatal pasó del “sálvese cada quien como pueda” al “contágiese quien quiera”, en tanto las autoridades asumen el Plan Pinocho, de lavarse las manos con agua y con jabón para desentenderse de cualquier responsabilidad al aproximarse el recuento de los daños y las culpas.
El jueves 10 de junio algo similar a otro BOA, el Bloque Opositor Amplio que el Presidente Andrés Manuel López Obrador sacó a relucir para distraer la atención nacional, cobró forma en Sinaloa aunque las mismas siglas podría significar Búsqueda de Otros Acuerdos porque los asumidos fueron rebasados por la realidad a la que se refiere que el Subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell , al llamar “segunda curva de contagios” a lo que en lenguaje llano es el fracaso de los modelos matemáticos usados para calcular el golpe pandémico en Culiacán.
Era necesario que los sectores económicos sinaloenses alzaran la voz en reclamo de orden y conexión entre lo que el coronavirus ha causado y lo que las instituciones federales, estatales y municipales han dejado de hacer. Hacía tiempo que un presidente de Codesin no golpeaba la mesa del Gobernador en turno, como lo hizo Lauro Meléndrez, al recriminar que las empresas fueron dejadas desprotegidas, a su suerte.
Desde el mismo barco donde el sector privado está “luchando casi solo contra la tempestad” el dirigente de la Coparmex en Mazatlán, Jorge García Félix, instó a Quirino Ordaz a instrumentar un nuevo plan en el cual el Gobernador “sea nuestro líder porque ya vimos que muchas cosas no funcionaron y ahora hay que accionar esta segunda fase”. Es, sin matices, la pregunta de dónde está el piloto.
No es para menos la alarma que adquiere fuerza en los empresarios y en la sociedad. Cuando al fin el gobierno de Ordaz Coppel da señales de querer quitarse la camisa de fuerza que le impone la Federación en lo concerniente al manejo de la Covid-19, convergen bruscos factores de inestabilidad que convocan al Mandatario local a colocarse en el timón del navío que hace aguas.
Y si el Gobierno federal lo único que aporta todos los días son estadísticas y el color rojo que pinta todo el territorio de los 11 ríos, entonces haya sustento la aclaración que hace el Secretario de Salud estatal, Efrén Encinas Torres, de que la predicción de que en Covid-19 Sinaloa iba bien fue hecha por López-Gatell en la Ciudad de México y no aquí. Póngasele atención también a la atípica postura de Quirino Ordaz al puntualizar que los alcaldes de Morena, de color afín al del Presidente Andrés Manuel López Obrador, no están atendiendo muchas de las medidas que el Gobierno federal determina.
Se acumulan señales que son la víspera de la descomposición económica, política y social de Sinaloa. La orfandad de gobierno que exponen los sectores económicos, el llamado del empresario hotelero Carlos Berdegué a que no se retrase más el anuncio de reapertura del sector turístico y la irritación en comerciantes de Culiacán y Mazatlán porque sus modos de sobrevivencia prosiguen cerrados, avisan de la proximidad del trueno al chocar las realidades ciudadanas contra las mentiras oficiales.
Desde el 28 de febrero que se detectó el primer caso de coronavirus en Sinaloa habían transcurrido 104 días hasta el jueves 10 de junio. Suficiente tiempo para que fueran establecidas las acciones que bien pudieron evitar que llegara al momento de confusión, descoordinación y contemplación que ahora es caldo de cultivo en el cual la estabilidad entra en vértigo por los tantos vaivenes de desgobierno.
Reverso
Sinaloa entero cuenta,
Los daños que resultarán,
Antes de que el capitán,
Lo saque de esta tormenta.
Reverencia peligrosa
No se cuadra el Alcalde Luis Guillermo Benítez Torres ante el gobierno de Quirino Ordaz Coppel que operó para que Mazatlán tuviera estadio y futbol de primera; la genuflexión la dedica “El Químico” al Grupo Salinas que encabeza Ricardo Salinas Pliego, el empresario consentido del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Cuidado, en la Liga de Beisbol del Pacífico ya se conoce el precio de tanta cortesía.