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"Observatorio"

"Sinaloa: veinte días para no rendirnos"

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OBSERVATORIO

    Nunca renunciar a exigirle al Gobierno

     

    A partir de hoy empieza la etapa crucial que definirá cómo nos irá en Sinaloa con la pandemia del coronavirus. Es la hora de la prueba para todos, no solamente para el Gobierno y el sistema de salud pública, sino para acompañarnos sin diferencias en las previsiones, medidas, exigencias, ayudas y orientaciones, con la certeza de que es la única manera de salir bien librados como individuos, familias y sociedad. Lo que hagamos mal se nos regresará con consecuencias implacables; de lo que acertemos dependerá el alivio y la fortaleza.
    Una de las noticias más leídas el sábado fue el contagio que afectó a una hija del Gobernador Quirino Ordaz Coppel, lo cual tuvo que suceder para que gran parte de la población virara del apego a las fake news, que nos arrinconan en la vulnerabilidad, a la comprensión de la realidad del virus que acecha a quien sea y entenderlo así resulta indistintamente crucial.
    Así somos y ni modo. Seguimos siendo la comunidad que le apuesta bastante a la eliminación providencial de las adversidades y cae en cuenta de los peligros hasta que éstos tocan a nuestras puertas. Aspirar a la posverdad implica el pago de víctimas porque mientras la autenticidad se planta a los ojos de una persona o de la colectividad han de mediar teorías, hipótesis, memes, chistes y charlatanería en todas las modalidades.
    Pero de aquí al 20 de abril deberá haber, por la buena o por la fuerza, una tregua en la tremenda capacidad popular para enredarnos. La obra colectiva consiste en ponerle una barrera cívica al Covid 19 y toda esa parafernalia falsa que se ha creado en torno a la enfermedad. Desarrollar una capacidad sensorial tipo quirúrgica para tomar solamente la información creíble, dada por las instituciones y expertos especializados, colocándole todos los cubrebocas posibles al desparpajo comunicativo.
    Empezar a demandar, ya, que el Gobierno de Sinaloa tome las medidas correctas. Si existe algo de moraleja en esto, es que el Covid-19 nos llega como una película que ya hemos visto muchas veces porque atrás hay la experiencia internacional y el comportamiento del mal en países como China, donde se originó el coronavirus, que durante tres días ha detenido los contagios locales, significando la probabilidad de que aquí no nos vaya tal mal.
    Aun así, preguntemos: ¿Tienen los gobiernos municipales y estatal una lenta reacción o están actuando como la emergencia lo requiere? ¿Poseen las pruebas de laboratorio necesarias para cuando el coronavirus escale a mayor número de personas infectadas? ¿Están atendiendo también a las poblaciones rurales o se han concentrado en lo urbano, donde está la atención de los medios de comunicación? ¿Son suficientes los 120 ventiladores pulmonares que se tienen en Sinaloa? ¿Han pensado en comprar más equipos y sustancias de contención y atención del virus, que China está produciendo de manera masiva y está en posibilidades de donar o vender a otros países, a precios bajos?
    ¿Estamos los sinaloenses ejerciendo la presión suficiente para que los gobiernos federal y estatal eviten caer en exceso de confianza? ¿Independientemente de que se necesiten o no, se cuenta con las áreas de cuidados intensivos, en las que deberá permanecer hasta 14 días un paciente que entre en estado grave? ¿Sin esconder la verdad, qué número de personas se prevé tengamos con contagios críticos?
    ¿Para qué alcanzará la ayuda económica? Ante la posibilidad de que el gobierno de Quirino Ordaz Coppel le solicite al Congreso autorización para contratar un crédito ¿de qué servirá, en qué se gastará y por cuánto crecerá la deuda pública? El recurso que destinará el Gobierno federal a Sinaloa ¿qué tanto es, para qué alcanza y en qué tiempo llegará? ¿Alguien les ha solicitado ayuda al sector empresarial local, que siempre está dispuesto a ayudar, para adquirir parte de lo que se necesita? ¿Están enteradas nuestras autoridades que China le ofrece ayuda al mundo y recientemente envió cargamentos de equipo a Lombardía, Italia, y a Venezuela, disponiendo de mucho más en su estrategia de solidaridad.
    Es fundamental que preguntemos mientras ponemos la parte que nos toca como sinaloenses. Desde la casa, con la actitud quedarnos ahí y salir solamente a lo más indispensable, con la mano extendida al prójimo compartiendo lo que podamos y cumpliendo con la responsabilidad civil de vigilar que las instituciones de gobierno hagan el máximo esfuerzo, más allá del discurso y la simulación, para que todo salga bien, para que a todos nos vaya bien.
    Hoy inician tres semanas decisivas en Sinaloa que nos dirán si todavía somos el pueblo que deja la discrepancia a un lado cuando asoma algún infortunio y que, como ha sido siempre, sale victorioso por obra de la cohesión ciudadana. Saldremos de esta prueba como hemos superado las anteriores; una vez que la amenaza pase, seremos más fuertes, más fraternos. Seremos más sinaloenses.

    Reverso
    Que casa y familia sean,
    Nuestras transitorias coartadas,
    Mientras fabricamos barricadas,
    Contra virus que nos golpean.

    Bañistas en peligro
    Si las fechas de Semana Santa están dentro de los veinte días que la proyección de instituciones nacionales e internacionales de salud consideran como de mayor amenaza por coronavirus, ¿por qué se tardan las autoridades locales en cerrar las playas al flujo de visitantes y en dejar de cultivarles a los vacacionistas la expectativa de que podrán ir a ellas sin correr riegos? Es increíble que la responsabilidad social de algunas empresas hoteleras y restauranteras se esté anticipando a la voraz esperanza gubernamental que antepone la continuidad del negocio cuando lo cardinal es cuidar la salud pública.
    alexsicairos@hotmail.com