De manera gradual, sostenida, somos testigos de la ejecución de asesinatos motivados por causas muy distintas a las del narcotráfico.
Por décadas, hemos visto que el crimen organizado ha hecho valer sus reglas al imponer el terror con homicidios.
El 90 por ciento, al menos, de las privaciones de la vida están relacionadas con el narco.
Pero este año ha dado muestra de la presencia de psicópatas, de despiadados asesinos de sangre fría.
¿De qué otra manera puede explicarse el feminicidio de Dayana?
La niña tenía 5 años al momento de su rapto en junio de este año.
Fue asesinada y luego, su verdugo, deja a la intemperie el cráneo de la menor. Solo eso, no su cuerpo.
Esa área ya había sido recorrida por los investigadores, lo que habla de la capacidad de cálculo del criminal.
El 3 de octubre también fue raptada en Navolato la joven Jovana Sarahí Mendoza Osuna.
Diez días después, su cadáver fue hallado en avanzado estado de descomposición.
El 16 de octubre, Melanie Guadalupe, de 16 años y habitante de Mazatlán, fue asesinada en el interior de su casa.
La Fiscalía acusa a un tío de ella y hoy tendrán su primera audiencia.
En mayo de 2015, María Guadalupe de 9 años también fue asesinada. La estrangularon.
Vivía en La Reforma, Angostura. A la fecha se desconoce quién fue el asesino.
Algo está sucediendo que, como sociedad, estamos produciendo psicópatas, cada vez más trastornados y sádicos.
Es preocupante.
Alzar la voz para diferenciarnos
Por el caso de Dayana y el de todas las niñas asesinadas a manos de locos perversos, fríos y calculadores, la sociedad sinaloense debería de tomar las calles para exigir justicia.
Hacerlo, aunque sea para demostrar que no estamos tan enfermos como ellos, para diferenciarnos como el lado de la sociedad que aspira a la justicia.
Si con los crímenes de estas niñas no es suficiente para que Sinaloa tiemble, entonces, el diagnóstico es que esta entidad está poblada por sociópatas... o cómplices.
Doble gasto
Nadie le discute al Gobernador Quirino Ordaz Coppel la colocación de la leyenda “Mazatlán” sobre el malecón, originalmente todos deseaban que ahí estuviera.
Es un lugar emblemático, vistoso, pero, ¿por qué comprar otras?, ¿por qué no mover las del Martiniano Carvajal?
Las primeras las compró el ex Alcalde Carlos Felton, durante su gestión, las colocó en una de sus obras más polémicas, costaron más de 400 mil pesos, han sido imagen de videos de música, fotos del recuerdo de cientos de turistas y locales, eran las letras del pueblo.
Ahora se colocan unas nuevas, del mismo tamaño y diseño pero con un precio más elevado, arriba de los 500 mil, 100 mil pesos más aproximadamente.
Aplaudidas por la gente, por el turismo que recorre el malecón, por los locales que aman su puerto, pero la pregunta es ¿por qué?
¿No era más fácil moverlas?, pagar de nuevo por otras letras se ve frívolo, sin embargo no han salido las autoridades estatales a declarar esta controversia de las nuevas letras de ‘La Perla del Pacífico’ y se espera que lo hagan pronto, hay muchos mazatlecos que se preguntan lo mismo.
Justicia ciudadana
Cada vez es nos queda más claro a los mexicanos que si las autoridades no nos ofrecen justicia, nosotros vamos a ir a buscarla.
El caso viene a cuento por la solicitud de miles de personas que han firmado la petición de que se le niegue la permanencia en Reino Unido a la esposa del ex Gobernador de Veracruz, Karime Macías.
La señora es el clásico ejemplo de los familiares que se han beneficiado por su relación con políticos corruptos mexicanos, que cuando llega la hora de pagar los platos rotos, ellos simplemente continúan disfrutando del botín.