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García Melo tiene mucho que contar
Todo indica que el expediente Salvador Cienfuegos Zepeda, el ex Secretario de la Defensa Nacional que enfrenta cargos en Estados Unidos por delincuencia organizada, lavado de dinero, transporte de drogas y narcotráfico, tendrá un apartado especial destinado a los tiempos en que el General Moisés García Melo tuvo a su cargo la coordinación suprema de la seguridad pública durante el gobierno de Mario López Valdez.
Quién de 2010 a 2014 se desempeñó como comandante de la Novena Zona Militar con sede en Culiacán y fue jefe de la Tercera Región Militar con el cuartel central en Mazatlán, además de confiársele toda la estrategia de seguridad pública en Sinaloa, pondrá en jaque no solamente al aparato gubernamental que cubrió el sexenio 2011-2016 en Sinaloa, sino también hará tambalear la decisión de que el Ejército siga al frente de las acciones para contener la violencia en los estados.
La narcopolítica, la infiltración del crimen a las esferas militar y policiaca, pero sobre todo la terquedad gubernamental para que la protección de los ciudadanos siga a expensas del Ejército serán tópicos que empezarán a ventilarse en los tribunales y en los sótanos del poder, al estar en entredicho que la institución que cuida la soberanía nacional transó con el hampa y solapó a funcionarios de alto nivel que se convirtieron, por acción u omisión, en servidumbre de los capos.
Será García Melo quién provocará la gran interrogante de qué pasó en Sinaloa con el Ejército Mexicano que aseguró nos cuidaría. Poco a poco asoman en la Corte del Distrito Este de Nueva York las piezas del rompecabezas de un paisaje que el ciudadano común vio, conjeturó y experimentó el miedo de saberse con certeza a cargo de gobiernos de facto cuyo código es la crueldad.
Se trata de un General muy poderoso que no permitía que ni un policía se moviera sin ser del conocimiento de él. Alegó en sustento de tal determinación que las corporaciones locales de seguridad pública estaban infiltradas por el crimen organizado y que la delación echaba a perder los operativos antinarcos. Hoy, es lo que establece la DEA, eran sus soldados los que blindaban el traslado de drogas.
En aquellos tiempos la célula del narco liderada por Fausto Isidro Meza Flores acusó a las autoridades estatales y federales de operar para limpiar a Sinaloa de los grupos rivales al Cártel encabezado por Guzmán Loera, desatándose enfrentamientos que privaron de la vida tanto a soldados como a delincuentes. ¿Será una de las tantas verdades que se develarán ante el juez Alexander MacKinnon?
Cuando un elemento del cuerpo de seguridad del entonces Gobernador Mario López Valdez acusó al Mandatario y sus jefes policiacos de proteger al Cártel de Sinaloa, García Melo se encontraba en el centro del dominio de la estructura policiaco-militar. El General en realidad nunca hizo un deslinde claro en cuanto a su posición frente a esos señalamientos y así, entre dudas, dejó el mando de la Tercera Región Militar en enero de 2014.
Todo indica que de un momento a otro se verá obligado a responder ante la justicia, pero no la de México sino la de Estados Unidos. Entonces se conocerá la verdad oculta de aquel Mando Único que desempeñó en los días cuando en Sinaloa no brilló el sol de la legalidad en las cloacas del poder a pesar de que era un secreto a voces la mancuerna gobierno y narco, mientras la población estaba en medio del fuego cruzado, sin que nadie que la pudiera o quisiera defender.
Según lo que ha trascendido de la investigación realiza la Administración Antidrogas de aquel país, García Melo es otro de los generales mexicanos que tuvo vínculos con el Cártel de Sinaloa cuando Joaquín Guzmán Loera tenía el control absoluto de esta organización del narcotráfico. E insistimos que lo interesante en el ámbito local es que afecta la imagen de la estrategia para poner la seguridad a cargo de militares. La confianza en las fuerzas verde olivo se verá afectada y desvanecerá la última carta que los gobiernos federal y local se juegan para la pacificación y el estado de derecho.
De acuerdo con lo publicado el martes por la agencia de noticias Infobae, García Melo será parte del efecto dominó que la detención de Cienfuegos causará en la estructura militar, ya que en testimonios en poder del Departamento de Justicia estadounidense se presume la participación para allanarle el camino al trasiego de drogas en la región que comprenden Sinaloa, Durango y Chihuahua.
Este capítulo del dosier Cienfuegos por supuesto que no acabará en algo bueno.
Reverso
¿Te acuerdas de esos días,
Cuando decía el General,
Que el miedo que tú temías,
Aquí era asunto normal?
¿Quién dio la orden?
Quien conoce la estricta disciplina militar sabrá que no actuaron de motu proprio los seis integrantes de la Guardia Nacional que fueron traídos a Mazatlán para ingresar a la prisión de la Tercera Región Militar al ser señalados como presuntos responsables de la muerte de una mujer durante la protesta por la defensa del agua que se realizó el mes pasado en la Presa La Boquilla de Chihuahua. Ese es el problema: los mandos sacrifican a los subordinados en tanto la historia se conoce completa y esclarece las verdaderas culpas y de tal manera se hilan secretos como los que acopió durante años el General Cienfuegos.