"Sergio Torres, por la aventura política. Al irse estimula la desbandada priista"
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Sergio Torres Félix renunció al cargo que le otorgó Quirino Ordaz Coppel porque sabe que él no será el candidato del Partido Revolucionario Institucional a la Gubernatura de Sinaloa. Es un paso que el ahora ex Secretario de Pesca calculó desde hace al menos ocho meses y que finalmente da, aunque ello le signifique saltar de la alfombra de confort que le daba el cargo, al peliagudo terreno donde lo pinchará palmo a palmo la incertidumbre política.
Lo sabe, dice, pero le apuesta a un movimiento social en torno a la propuesta de construir contrapesos en la situación actual donde en la escena nacional y local domina e impone un solo partido. Asegura que cabildea con distintas siglas electorales, pero a ninguna le puede adjudicar todavía la candidatura con la que aparecerá en la boleta electoral. “Cierro un ciclo, como he sabido cerrarlos siempre, y abro otro. Es lo que hago ahora”, sintetiza.
Después de entregar su dimisión en la Oficialía de Partes de la oficina del Gobernador, él dice que está renunciando al cargo pero no al PRI. Pero es de esperarse que en cualquier momento decline también a la militancia en el partido que lo ha llevado a ocupar importantes puestos de representación popular. Inclusive podría abdicar a todo, llevado por el mismo sentimiento que le reclama a lo más profundo de sí mismo por qué no ha sido postulado a la grande siendo que cree tener los méritos suficientes.
En 2016, en la soledad de su despacho como Alcalde de Culiacán cultivó la idea íntima de competir por la titularidad del Ejecutivo Estatal, alentando por su “padrino” Manlio Fabio Beltrones, quien con tenacidad le ha alimentado dicha aspiración. Pero el entonces Presidente Enrique Peña Nieto se inclinó a favor de Quirino Ordaz Coppel, espoleado por el sector empresarial estatal que le cerró el paso a la pretensión de Gerardo Vargas Landeros para suceder en el gobierno a Mario López Valdez.
El desvanecimiento de la pirámide de poder en la cual Beltrones reinaba en la cúpula significó también el decaimiento del proyecto político de Torres Félix. Después de que su protector dejó la dirigencia nacional del PRI en junio de 2016 comenzaron a derrumbársele las fichas del dominó futurista a quien fuera barrendero municipal y desde ahí se encumbrara a lo alto del servicio público.
Lo único que ocurrió ayer es la concreción de un plan que Sergio Torres traía en mente desde marzo cuando anunció en Mazatlán, la tierra de Quirino Ordaz, que “con el PRI, sin el PRI o a pesar del PRI” aparecería en la boleta electoral de las votaciones del 6 de junio de 2021. Desde entonces físicamente era parte del equipo del Gobernador, y miembro del PRI, pero en lo emocional y aspiracional tenía los dos pies afuera.
A partir de hoy será interesante observar qué tanto pierde el PRI con la retirada de Sergio Torres del Gabinete estatal, que también es en los hechos el adiós al tricolor. O qué tanto gana. Habrá que deletrear con imparcialidad quiénes arropan al oriundo de Los Vasitos, cuáles poderes legítimos o fácticos adquiere al desprenderse de la tutoría priista, qué fantasmas revive él o le resucitan otros a quien cierra un ciclo en el gobierno pero abre muchos frentes para que lo ataquen sus adversarios.
Todo dependerá de la actitud que Sergio Torres muestre hacia el PRI y el Gobernador. Podría haber una reacción contestataria si a su salida del PRI le agrega la incitación a que lo sigan núcleos de este partido, o en caso de que sea cortés al inscribirse en una alternativa política que lo postule a la Gubernatura. Diplomacia o camorra determinarán en la álgida elección que viene si sus otrora correligionarios le sacan trapitos al sol o lo dejan que desarrolle tranquilo su sueño de ser Gobernador.
A pesar de que en la carta de renuncia hace algunas recriminaciones, como “atender a sectores que por su importancia estratégica increíblemente no los han volteado a ver desde el poder” o “me indigna el olvido en que se encuentran los trabajadores de la salud, los pescadores, los trabajadores del campo, los comerciantes, los trabajadores de los tres órdenes de gobierno, los estudiantes y los maestros” el tono que utiliza es moderado, no de guerra.
En resumen, las cosas han cambiado para Sergio Torres. Al renunciar a ser parte del gobierno de Quirino Ordaz y si ello se interpreta como el adiós al PRI, le estaría dando la espalda al sistema que le facilitó el acceso al celoso círculo del poder y él sabe muy bien que tener enemigos de esa envergadura le puede salir caro. Si es que algo aprendió en las cavernas de la política debe saber que sólo debe despertar a los alacranes que pueda matar.
Reverso
Que eche en su maletín,
Para estas nuevas pescas,
La botarga de 'El Morrín',
Su compañero de grescas.
Candidato por depuración
A como van las cosas la candidatura del PRI al Gobierno de Sinaloa se decidirá por decantación. Ya nomás quedan en la primera línea de pretensos el Secretario de Educación Pública y Cultura, Juan Alfonso Mejía López; el dirigente estatal priista, Jesús Valdés Palazuelos, y el Senador Mario Zamora Gastélum. Y en sección de “úsese en caso de emergencia” el Secretario de Desarrollo Sustentable, Carlos Gandarilla García; el coordinador de la bancada tricolor en el Congreso del Estado, Sergio Jacobo Gutiérrez y el Secretario de Desarrollo Social, Ricardo Madrid Pérez. A como va la purga la decisión no será tan difícil: el que aguante la dinámica de golpeteos y fuegos amigos es el que se quedará con la nominación.