gfarber1948@gmail.com
www.farberismos.com.mx/web/
Todo país tiene el gobierno que se merece.
Otro Dumas
El Gus: “El tercer Dumas escribió La dama de las camelias, que fue un enorme éxito. Tomó buena parte del material de su relación con Alphonsine DuPlesis, una cortesana muy cara que comenzó como niña muy pobre a prostituirse, a los 12 años. Murió apenas cumplidos los 23, de una tisis galopante, agravada por un estilo de vida con escasa comida, mucha champaña y mucho hachís. Según algunas versiones, el padre de Alphonsine, al parecer un vulgar buscavidas, intentó cobrar una participación en los grandes ingresos de la obra, sin éxito alguno”.
Nuevo feudalismo
A propósito de esta amenaza que muchos vemos venir (y sobre la cual avisamos desde hace veinte años), Gerardo dice: “Si lo vemos en su sentido amplio más allá de lo económico, es el retorno a la Edad Media, profetizado por Nikolai Berdiaiev y asumido décadas después por Legoff, Duby y Eco. Es un tema de primer orden. En mi libro El fin de lo sagrado, lo comenté con la necesidad del contrapunto que se debía establecer entre la tradición y la modernidad, porque la ruptura entre éstas podía significar un retroceso a partir del caos, porque la modernización es un ‘solvente universal’; así también en El último dios, lo vuelvo a tratar y culmino con un concepto apocalíptico producto de la predominancia del capital financiero. Es la idea, desde el punto de vista filosófico y cultural, de que existe el riesgo de retorno al feudalismo”.
¿No se repite?
El paisano Joaquín: “No concuerdo. Socialismo y feudalismo pertenecen a un pasado remoto que no se repetirá. Retorna lo incompleto y la ausencia de integridad en nuestras acciones individuales. Buckminster Fuller (1895-1983) lo advirtió hace mucho, pero como era un viejito muy adelantado para su tiempo, nadie escuchó ésa y otras ideas e inventos que curiosamente aún permanecen en espera”. ¿Seguro que hay algo en la historia imposible de repetirse? Parece muy improbable, pero ojalá tengas razón.
El ruso citado
Wikipedia: “Nikolái Aleksándrovich Berdiáyev (1874-1948) fue un escritor y filósofo ruso, cuyas profundas convicciones religiosas y su oposición al autoritarismo marcaron su obra (25 libros, 14 de ellos traducidos al español) y su vida. A los 25 años, sufrió el destierro en el norte de Rusia, condenado como marxista radical por el régimen zarista. En Alemania efectuó estudios de posgraduado. Profesó en la Universidad de Moscú, siendo después expulsado de su patria por su resuelta oposición al comunismo. Siendo un ferviente cristiano ortodoxo no ahorró críticas a la iglesia institucional, por lo que fue acusado de blasfemia. Destinado al exilio de por vida en Siberia, interrumpió esa condena gracias al estallido de la Primera Guerra Mundial y luego por la Revolución de Octubre. Su pensamiento y personalidad no podían aceptar a los bolcheviques, ya sea por su autoritarismo como por el predominio de la función del Estado sobre la libertad individual. En el primer período revolucionario prosiguió dando lecciones y escribiendo. Tenía un gran dominio sobre los deportes de arco y flecha, y por la forma de tocar el arpa. La ética de Berdiáyev culmina en la fórmula ‘Obra como si oyeras la llamada de Dios y como si estuvieras invitado a cooperar en su obra, con un acto libre y creador; descubre en ti la conciencia pura y original; disciplina tu persona; lucha contra el mal en ti y a tu alrededor, no con miras de crearle un reino, rechazándolo al infierno, sino con el propósito de triunfar realmente de él, contribuyendo a iluminar y a transfigurar a los malos’. Su filosofía es una de las más profundas afirmaciones del existencialismo cristiano. En el centro de sus reflexiones se encuentran los conceptos de creación y de libertad, en manifiesta oposición a una ‘sociedad colectivista y mecanizada’, distantes tanto del paraíso revolucionario marxista como del eventual triunfo de un individualismo acérrimo que separa la espiritualidad de la justicia social y cuyos fines sean la realización de los propósitos de Dios”.